El debate público está centrado en las audiencias de Luis Hermosilla, el abogado de poderosos políticos del régimen y empresarios que se encuentra actualmente en prisión preventiva luego de ser formalizado por delitos tributarios, soborno y cohecho.
Pero a raíz de esto distintos personajes del régimen han salido a la palestra por su relación con Hermosilla y eventualmente ligados a sus operaciones políticas y económicas.
El juez de la Corte Suprema Jean Pierre Matus es una de ellos, quien se habría llegado a su actual cargo por medio de la influencia de Hermosilla.
También fue “salpicado” su amigo y ex ministro de Piñera, Andres Chadwick, considerando que Hermosilla fue su abogado defensor ante la Acusación Constitucional por violación a los DD.HH durante la revuelta del 2019 y que habría gestionado junto a Matus un informe al abogado alemán Kai Matus, el cual aparentemente fue financiado por Hermosilla con los dineros fraudulentos de Factop.
Previo a este juicio ya se habría revelado que Sergio Muñoz, en su calidad de Director General de la PDI, le entregó información privilegiada sobre el caso Dominga, que involucraba directamente a Sebastián Piñera. Además de su relación con el ex fiscal Manuel Guerra, influenciando para garantizar la impunidad en caso Penta-SQM.
Este miércoles el abogado y hermano de Luis Hermosilla denunció públicamente al gobierno Boric, acusando una supuesta operación política contra su hermano, despotricando contra la fiscalía y el ministro de justicia. Pero además de estas descargas, anunció que solicitó al Ministerio Público una copia completa del celular de su defendido, y señaló en modo de amenaza “veamos qué fiscales le pedían favores a Luis Hermosilla, veamos qué ministros le pedían favores a Luis Hermosilla”.
Y es muy probable que de hacerse públicas todas las conversaciones de Hermosilla, se evidencien un sinnúmero de vínculos con políticos, empresarios y jueces. Se está abriendo una importante crisis para el régimen, que “salpica” a distintos sectores, y aún puede crecer más.
Los defensores del régimen intentan dejar este caso como una excepcionalidad individual, pidiendo las máximas penas, argumentando incluso como algo de la “naturaleza humana” corrompible; pero es todo lo contrario. Lo que buscan ocultar es que estas prácticas y estos personajes como Hermosilla son algo estructural del sistema capitalista.
En un sistema gobernado por una minoría social, como son los empresarios, se necesitan estos tipos de operadores políticos, que vinculan al poder económico, político y judicial, por medio del tráfico de influencias, el soborno y la corrupción. Puede caer Hermosilla, pero otro ocupará su lugar, incluso probablemente hay muchos “Hermosillas” realizando las mismas funciones, sirviendo al mismo objetivo: mantener el poder de los capitalistas, sus negocios y una estructura estatal en función de esos intereses. |