En una sociedad acelerada en búsqueda de ganancias, mercancías o éxito individual, donde el tiempo se valora de forma monetaria; poner el freno para desarticular costumbres y sentidos comunes es un acto político. Este es el camino que eligen la directora y el protagonista de Tempus Fugit. Luciana filma a su hijo, Camilo, y juntos construyen un dispositivo que reflexiona en palabras y en imágenes sobre la centralidad de los vínculos, la empatía, la soledad del mundo, la velocidad del tiempo.
“Tempus Fugit se introduce en el universo de pensamientos y evocaciones de Camilo, un adolescente con una enfermedad muscular, en el momento en que transita hacia la vida adulta. La dialéctica de la película, cristalizada en un extenso registro fílmico de 16 años, navega entre la escritura de textos de corte filosófico, y conversaciones que mantiene con su amigo Luis, con una mirada crítica hacia los sistemas sociales, sus propias relaciones, y a sí mismo.
Su forma de sentir, impulsa los saltos temporales en una dirección u otra, con sus derivas y ensoñaciones, similar a las formas en la que opera la memoria. El tiempo se convierte en tema y vehículo a la vez.”
El nuevo documental de Luciana Terribili (Tiempo de elecciones, Padre de la Chacarera, Un día gris, un día azul, igual al mar) tuvo su pre-estreno en la muestra DOC Buenos Aires, y este jueves llega a las pantallas del Cine Gaumont, Av. Rivadavia 1635 (CABA) a las 20.15 horas
Para conocer más sobre la realización de esta película dialogamos con Luciana Terribili, y también nos envía unas palabras Camilo, el protagonista.
El registro de Tempus Fugit es un trabajo de muchos años ¿Cuándo surge la idea de que sea parte de una película? y ¿Qué cambia a partir de esto?
El registro anterior a las imágenes grabadas ya con la intención de ser película, es bastante escaso, es aquel donde Camilo tiene unos 3 años. Después de ahí, todo lo registrado ya estaba pensado dentro de la idea de película. Lo que sí no estaba planeado en absoluto, era filmar tantos años. Yo filmé un año entero y creía que ahí iba a residir el relato. En ese momento nos vinimos a vivir a Argentina nuevamente y fue muy duro porque tuvimos que regresar por los asuntos de salud de Camilo. Ahí pasaron cosas y detuve la filmación. Cuando la retomé, ya no era esa película, se había quedado atrás, era parte de una visión diferente acerca de lo que quería contar. Me sentí como quien pierde un poco la inocencia, la ingenuidad. Y lo único que me seguía susurrando mi parte más interior era que la necesidad de seguir filmando, era una intuición esencial que no debía desatender. Al menos si quería contar lo que quería contar, algo que ya no estaba segura de “qué” era. Perdí la seguridad absoluta, la certeza, y en ese perderme, algunos años filmados después, encontré Tempus.
El protagonista, Camilo, es tu hijo, y la película busca ser un vehículo de su propia voz.
¿Trabajaron por momentos de forma conjunta? ¿Cómo transitaron la experiencia?
Fueron etapas diferentes de su madurez, aunque él siempre tuvo una especie de pensamiento crítico hacia cualquier gesto que lo rodeaba, y eso no excluyó a la filmación. Él siempre tuvo consciencia, creo yo, de que la película era un espacio libre donde podía deambular física e ideológicamente y eso le divertía. De alguna manera fue algo bastante lúdico; y al final, cuando él creció en ambos sentidos, porque por un lado entró en la adolescencia y por otro pasó por un trance en donde estuvo cerca de la muerte, empieza a escribir. Escribe de alguna forma tomando conciencia de que el tiempo es limitado y que de la experiencia de estar en el mundo él quería dejar un rastro, si acaso íntimo, pero como la huella de vivir, de haber vivido. Por eso es un elemento que descubro como de gran importancia cerca del final del rodaje y empiezo a pensar cómo van a estar dialogando siempre con el resto de imágenes y casi que el resto va a estar en función de aquel pensamiento filosófico.
Camilo expone pensamientos que cuestionan modos de vida de la sociedad actual y su relación con el tiempo. ¿Qué ideas se destacan en sus reflexiones?
Pienso que él más que plantear muchas ideas, se pregunta cosas; y la respuesta del otro lado es la propia realidad que mira, entonces entra a reflexionar sobre las formas sociales consigo mismo y se permite ser más ambiguo. Esto desde los escritos ¿No? Después con Luis, confronta y se posiciona porque Luis ve los sistemas sociales de forma muy distinta. Las ideas que yo creo que destacan son, quizás, la de la empatía, la de reconocer en los vínculos algo esencial de la vida y que ambas cosas apuntan a la construcción colectiva, a no ponderar el individualismo y el “sálvese quien pueda” de una cultura postmodernista. También la idea de que la angustia existencial del ser humano, que siempre estuvo pero que hoy es un sufrimiento más solitario que nunca, ya que las vitrinas de las redes sólo quieren ver historias de éxito; ideas que son más bien señales de humo: “no dejemos de ser sensibles, de llorar ante las cosas, de que nos duelan”. Ahí él hace hincapié en la tan necesaria participación de las sociedades de consumo devenidas de la visión materialista de la felicidad y que viene a rellenar las carencias afectivas, consecuencias de lo mismo, donde las necesidades ya no son derechos sino negocios, donde creer se hace imprescindible. Y en esto último quiero resaltar que Camilo no termina ni de demonizar ni de claudicar nunca ante la cuestión de las religiones, sino más bien intenta entenderlas y dejar si acaso, la opinión al públique. Y por último creo que para él, y por eso el título, la idea de que el tiempo es la muestra de que todes estamos hechos de la materia fugaz que es la vida.
Las imágenes dan cuenta de la enfermedad muscular de Camilo, pero la película no está centrada en esto. La decisión logra enfocar la atención en su relación sensible con el mundo, sus iniciativas y sus ideas. ¿Cómo trabajaste este punto de vista?
Esta respuesta la comparto con Camilo que dice así: “Creo que a Luciana no le resultó muy difícil esto; quiero decir, la enfermedad muscular que tengo no es más que otras de las muchas características que me definen como ser humano. Ella simplemente me retrató de una manera fidedigna e integral y ahí es donde se ve inevitablemente lo poco relevante que es esta enfermedad para el tema que refleja la película y para mí mismo”
De mi parte (Luciana) sé que esta característica de “mi personaje” Camilo es exótica, pero no es más que un rasgo como lo es otra cualidad genética, racial, cultural, de género, (podría seguir). Yo no tuve dificultad en trabajar el punto de vista, porque es mi único punto de vista: me enfoqué en hacer una película acerca del pensamiento y la vida a través del mundo interior y particular de una persona. Yo simplemente me fui a buscar donde me parecía que había algo que merecía la pena contarse.
Probablemente desde una inquietud propia acerca de las cuestiones existenciales que aborda la película, me centro en alguien que me permite desde el acceso y la cercanía -aspectos fundamentales en el documental-, hacer una película que reflexiona sobre la vida y el tiempo como elemento que muestra nuestra fragilidad en el mundo, la de todes. Yo quería compartir desde el personaje Camilo lo que para mí es esencial: defender la mirada crítica, a la vez que poética en vías de extinción, sobre lo que significa vivir; intento ofrecer una película que habla acerca de tener una mirada política, de sostener ideología y de honrar en este caso de manera sutil, a las generaciones que nos precedieron y que mantuvieron un pensamiento soberbio y vital, por el que muchos dieron la vida y construyeron la utopía con sueños colectivos.
El montaje no es lineal, asocia imágenes e ideas, rompe tiempos. ¿Cómo construyeron esta propuesta?
La forma de la película devino de mirar en tiempo real el material en bruto con el montajista, Pablo Rabe, y descubrir donde radicaba el alma del material filmado. Es ahí donde todas las señales nos marcan el tiempo como eje temático: El propio tiempo de registro indicaba atrapar el tiempo y la transformación: porque con los años aparecían elementos nuevos, experiencia que cambiaba mi forma de pensar la película; o sea que había un fuerte concepto de tiempo en el propio hecho de filmar durante tantos años. Camilo habla constantemente del tiempo directa o indirectamente; escribe acerca de él también; el ajedrez y el reloj de las partidas son eso mismo; el concepto neoliberal donde siempre hay que aprovecharlo, donde se lo puede medir en cosas tangibles, en éxitos, en eficiencia, o como ganancia. Hay una frase que no entra en la película donde conversan Camilo y Luis que dice algo así “Yo quiero ser rico, para tener tiempo: el dinero me dará tiempo, y el tiempo me dará la felicidad” a lo que Camilo concluye “Entonces, el dinero te dará la felicidad” “Exactamente”
Respecto a romper la estructura cronológica del tiempo, queríamos asumir un compromiso con la manera de pensar y de ser de Camilo, y por eso decidimos que la mejor manera era la de trabajar el tiempo de forma que los Camilos de distintas épocas, pudieran coexistir y mirarse; cuando Camilo adulto entra a jugar con su pensamiento en off sobre la mirada pensativa del Camilo del pasado, lo llamábamos “el recuerdo del futuro”. Su ojo habilita las salidas al exterior, los saltos temporales, y a su vez, el universo sonoro de una escena permanece sobre otra escena de distinto tiempo, porque sigue allí ideológicamente, y porque también plantea el tiempo como algo no lineal, sino más en el esquema de un multiverso, donde todo está existiendo al mismo tiempo. Ya que no podemos comprobar más que desde nuestra pobre experiencia sensorial acotada a los 5 sentidos, no se nos permite creer diferente a lo que nos dijeron de cómo es algo, y perdemos cada vez más la capacidad de percibir y sentir de maneras más caóticas y dispersas, tridimensionales, casi como si eso fuera incorrecto dentro del mundo ordenado, evolutivo, y plano del capitalismo.