La trama del caso Hermosilla sigue sumando aristas. Este fin de semana el medio CIPER reveló una serie de intercambios a través de Whatsapp entre la actual Ministra de la Corte Suprema, Angela Vivanco y el otrora amigo de la vida de Andres Chadwick, Luis Hermosilla.
En los extractos de los chats, que comienzan el 2018, se dejan entrever el nivel de lobby que habría realizado Hermosilla a través de su red con Chadwick y Piñera para que Vivanco fuese seleccionada dentro de la quina propuesta por la Corte Suprema y luego nominada por Sebastian Piñera para la ratificación en el Senado.
Una vez conseguida la nominación por parte de Piñera, Hermosilla y Vivanco no escatimaron esfuerzos para agendar cafecitos con Felipe Kast (Evópoli), Victor Perez (UDI) y Quintana (PPD). También se lograron hacer gestiones para negociar a través de Marios Desbordes, quien trazó comunicación con Larroulet. Luego de la confirmación del Senado, Hermosilla se comunicó con Vivanco y le señaló: “ACH -Andres Chadwick- te manda muchas felicitaciones” “Luis, mil gracias por TODO, que es mucho”, respondió Vivanco.
Las conversaciones no quedan ahí. Durante varios años Vivanco y Hermosilla cultivaron una red que implicó nombramientos para Cortes de Apelaciones, comentarios y “gestiones” para evitar la rebaja de sueldos para los supremos, recursos en casos donde la PDI era querellante (y dónde Hermosilla tenía fichas puestas a través de su Director General, Sergio Muñoz, ahora preso).
Todas estas conversaciones han abierto una situación inédita, un grupo de parlamentarios han puesto sobre la mesa la posibilidad de acusar constitucionalmente a Vivanco y al resto de los miembros de la Corte Suprema que puedan estar involucrados en el caso.
¿Problema individual o sistémico?
El problema de la acusación constitucional (así como las del gabinete ministerial) es que individualiza las responsabilidades y termina escondiendo la estructura corrupta que hay detrás de los nombramientos para altos cargos en todo el aparato del Estado.
Los 30 años de la transición fueron haciendo aparecer diversos casos de corrupción como el MOP-GATE, PENTA, SQM en el mundo político, el PACO-GATE o el Milico-GATE en las Fuerzas Armadas. Ahora, el Hermosilla-GATE representa la salida a la luz de la corrupción en la justicia, un sistema que a la luz y que todos los partidos políticos tradicionales sabían que existía. Así como Hermosilla resultó ser el lobbista de Chadwick y la derecha, la Concertación también tiene sus propios lobbistas que hoy deben estar borrando conversaciones, comprando teléfonos y eliminando archivos en la nube.
Hoy la casta política y judicial está intentando encapsular el problema de Hermosilla tratándolo como un problema individual, con jueces y fiscales individuales y no como un modelo de general. Todos los nombramientos responden a un sistema de besamanos donde corren los favores de todo tipo, que además da acceso a privilegios como la casa de miles de millones donde habitaba Muñoz (PDI) o los altos sueldos a los que acceden los supremos (ni hablar de los lexus y otros).
Hasta ahora las diversas bancadas están evaluando la acusación y acompañarla de una reforma al sistema de nombramientos, hablan de transparencia pero no de democracia, a los partidos tradicionales les interesa mantener el control de las designaciones, sofisticando el mecanismo y evitar así que salga a luz nuevamente (como se hizo con el financiamiento a los partidos). Cualquier reforma que salga del parlamento, hegemonizado completamente por las mismas fuerzas que crearon el modelo Hermosilla, no será en beneficio de la clase trabajadora y los sectores populares.
¿Se viene el acuerdo político?
En la derecha cunde el nerviosismo, a pocas semanas de las elecciones municipales, el efecto Hermosilla ya comienza a mostrar cierto impacto en las encuestas. La última encuesta Criteria anotaba un aumento de 15 puntos en la percepción de corrupción ligada a Chile Vamos, llegando al 37%. Pero este aumento no afecta solo a la derecha, sino que afecta a todo el sistema político que mantiene una alta deslegitimación a ojos de la mayor parte de la población.
La casta política necesita apurar el cierre del conflicto, seguro aparecerán nuevos chivos expiatorios, Muñoz, Hermosilla o Vivanco, siguen siendo insuficientes para el terremoto político que implica.
Otros “señores de los pasillos” deben estar operando en este momento, negociando alguna clase de acuerdo como el Lagos-Longueira para terminar con alguna clase de reforma que ponga tierra sobre el problema pero que postergue la crisis para más adelante.
Una salida de fondo al problema de la corrupción y la justicia para ricos
Por más que rasguen vestiduras hoy en diversos medios, los partidos tradicionales y sus representantes conocen a la perfección el sistema de nombramientos y el rol que juegan lobbistas como Hermosilla en el camino de las designaciones. Ahora miran para el lado y desconocen a estos personajes pero a la vez reconocen que esto es una práctica habitual.
Por eso es imposible creer que alguna reforma que provenga de los mismos de siempre, pueda terminar con este sistema corrupto que beneficia a los mismos de siempre. Mientras los jueces y fiscales sigan siendo parte de una casta llena de privilegios que terminan respondiendo a quienes los ponen en sus cargos, será imposible terminar con esta situación.
Para terminar con los jueces al servicio de empresarios y políticos, hay que pasar a la elección popular de los jueces y la implementación de juicios por jurado, que todo funcionario judicial gane lo mismo que un trabajador calificado y sea revocable por sus electores. |