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30 de enero de 2025 Twitter Faceboock

Adopciones ilegales, forzadas y raptos
La búsqueda que mantiene la familia de Camilo Collinao Jineo en La Araucanía
Camila Delgado Troncoso

Con la autorización de la familia de Sara Jineo, queremos compartir la lucha por la verdad y justicia para encontrar a Camilo Collinao Jineo, bebé raptado en el año 1988 en Temuco. Su historia se entrelaza con el de muchas mujeres más, aunque la suya será conocida por la cobertura que realizó la prensa del Diario Austral, sin embargo aquello se volvió al pasar de los años en una crónica más, para la familia fue un hecho que marco un antes y después en sus vidas. Luego de los anuncios del Gobierno, hoy más que nunca para las familias deben existir avances, información, reparación, encuentros.

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La dictadura sigue siendo una herida abierta, por diversos lados este episodio histórico deja huellas presentes, heridas abiertas, temas inconclusos, búsquedas de verdad y justicia. Tal es el caso de los raptos ilegales y las adopciones forzadas en la dictadura cívico militar, que fueron una política sistemática, basada en una red de personas e instituciones públicas y privadas. Según la Agrupación Hijos y Madres del silencio, quienes realizan una labor de apoyo a las víctimas de adopciones y tráfico de niños en Chile, serían alrededor de 20 mil niños y madres que sufrieron adopciones ilegales y forzadas en dictadura, donde “Los jueces resolvían en tiempo récord, ya sea la adopción en Chile o la salida para el trámite en el exterior. Los principales países receptores fueron Suecia, Estados Unidos, Italia, Francia, Dinamarca y Alemania”, según señala la directora de la agrupación.

Esta práctica que recayó de manera particular en este territorio de la región de La Araucanía, es una considerado además una vulneración que se sustenta en politicas etnocidas, tal como lo señala Alina Namuncura Rodenkirchen, quien vivió esta realidad y tiene una comprensión profunda del tema; ”Se puede comparar el robo y las adopciones ilegales de bebés mapuche durante la dictadura militar con las políticas etnocidas implementadas en otros países coloniales, como el „60 Scoop" en Canadá, la "Generación Robada" en Australia, y diversas prácticas en Estados Unidos, entre otros. Estas acciones han llevado a una asimilación lingüística, cultural y espiritual, privando a las personas sustraídas de sus derechos a la identidad y a la pertenencia, creciendo en países donde nunca son aceptados por completo. Además, durante su vida, las personas mapuche sustraídos enfrentan diariamente pensamientos sobre ser abandonado y por otro lado sus madres mapuche conviven diariamente con la desaparición forzada de sus hijos, lo que genera un vacío emocional y un trauma transgeneracional en las madres y familias mapuche. Dada la cantidad de niños que han sido llevados al extranjero, es probable que la mayoría de las familias mapuche hayan sido afectadas por este crimen.”

Por otro lado, la doctora en Historia que se ha dedicado a investigar este tema, Karen Alfaro, consignó al medio DW, que “las víctimas eran mayoritariamente mujeres pobres, campesinas, trabajadoras del hogar, analfabetas o adolescentes. A ella se acercaban asistentes sociales, personal de salud, religiosas y curas, entre otros, y les decían que su hijo había muerto, que estaba enfermo y requería tratamiento en otro país, o que tendría una mejor vida en el extranjero.” Cualidades de una historia que se asemeja a lo que vivió doña Sara Jineo, mujer mapuche, lawentuchefe de su comunidad José Manuel Millapán Dos, ubicada en el camino al Ex-Aeropuerto Maquehue.

Su historia, es parte del entramado de 50 mil adopciones ilegales y forzadas de la dictadura, siendo el de ella uno de los casos más emblemáticos, que ha salido en reportajes en medios extranjeros como la BBC, y últimamente en un reportaje por parte de la Radio Bio bio, en el pasado 30 de agosto, el día internacional de la víctimas de desapariciones forzadas.

Fue el del caso de la mujer mapuche Sara Jineo Coñoenao, quien en 1988 a seis días de haber nacido su hijo Camilo Andrés Collinao Jineo, se le fue arrebatado de sus brazo en el Hospital Regional, comenzando así una historia de búsqueda permanente. A pesar de que eran cientos de mujeres más en búsqueda de sus hijos e hijas arrebatadas, el caso de Sara Jineo sería el que saldría a la luz pública a partir de las publicaciones del Diario Austral de esa época.

A 31 años del rapto de Camilo Collinao Jineo, sigue su búsqueda

El martes 26 de julio de 1988, aparece en la portada del Diario Austral, como noticia central “RAPTAN GUAGUA DESDE EL HOSPITAL”, acompañada de la información “Falsa enfermera la secuestradora”, “Impactante drama estremece a familia temuquense”, con está página se anuncia una pesadilla que pareciera ser un hecho noticioso único, que años más tarde dará cuenta de una realidad expandida e invisibilizada.

La noticia que se desarrolla en las páginas interiores del diario, relata los sucesos acaecidos el día anterior a la publicación, donde se señala que el rapto del menor llamado Camilo Andrés Collinao Jineo -nacido el miércoles 20 de julio de 1988-, ocurrió al mediodía luego que la madre del infante, Sara Jineo Coñoenao, de 39 años, domiciliada en el lugar de Sanquilco, en Maquehue, frente al aeropuerto del mismo nombre, concurrió al consultorio Miraflores, para el control del Niño Sano. Sara Jineo llegó acompañada de su hija Ana Patricia, de 13 años, ingresando ambas a dicho consultorio como a las 10.00 horas, para el momento de serle tomada la presión, pasó la guagua a su hija para que esperara fuera de la sala.

En esas circunstancias apareció una joven mujer, de aproximadamente 30 años, morena, ojos café claro, pelo corto, liso y castaño, alta, de contextura gruesa, con chaleco y vestido amarillo, botas café, bufanda amarilla, portando una carpeta del mismo color, que simuló ser enfermera.

La mujer enfrentó a Ana Patricia y la guagua, señalando, que debían acompañarla al hospital para controlar al infante porque supuestamente estaba enfermo, ante lo cual la muchacha respondió que no iría a ningún lugar sin su madre, que en ese momento estaba en el interior de la sala.

La mujer entonces esperó a la madre y le mostró una serie de radiografías, documentos y otros papeles del hospital, convenciendo que la guagua estaba enferma, razón por la cual la conminó para que la acompañara al Hospital Regional de Temuco.

En ese lugar, cerca de las 11.30, después de caminar aproximadamente once cuadras desde el citado consultorio al hospital, la supuesta enfermera la hizo tomar asiento en una de las salas de espera de ese centro asistencial, mientras, dijo, llevaba al niño al laboratorio para los exámenes pertinentes.

Transcurridos 25 minutos aproximadamente, la madre ante la impaciencia de ver a su hijo, comenzó a buscar a la mujer y luego de que la búsqueda resultara infructuosa, habló con los funcionarios del hospital, los que desconocían por completo la situación, dando inmediato aviso a Carabineros e Investigaciones y colocando los antecedentes del hecho que fueron puestos en conocimiento del magistrado del Segundo Juzgado del Crimen en Temuco.

No volvería a aparecer en la prensa hasta un año después, donde se entregaron más antecedentes por parte de la familia. La noticia es acompañada de una fotografía que habla del dolor de Sara Jineo, siendo consolada por uno de sus hijos.

Fue una acción planificada

Un martes 11 de julio de 1989 el drama de esta familia vuelve a reaparecer en el Diario Austral, ya no como portada, si no como un recordatorio de que se cumplia un año de la desaparición de Camilo, quien ya a esa fecha tenía un año de edad y que seguía desaparecido, sin dar frutos las indagaciones y operativos policiales, lo que denuncia categóricamente el hijo mayor, de nueve hermanos, de la familia Collinao Jineo, Francisco Collinao de 23 años de edad, quien manifestó su malestar por considerar que policialmente no se han agotado todos los medios. Por su parte, todas las investigaciones realizadas por ellos, incluyendo varios viajes a Santiago, tampoco han dado resultado.

Además se entregó relevante información al respecto, ya que se presume que la sustracción del bebe estaba planificado, ya que la mujer llegó preguntando por el nombre de la madre y sabía cuántos hijos tenía.

Así lo declaró Francisco Collinao, revelando además que cuando nació su hermano, alguien robó las fichas desde el hospital, porque a su madre la dieron de alta sin la ficha de control.

Un retrato hablado y una búsqueda desesperada

La última noticia que se registra en época de dictadura del caso, saldrá el martes 25 de julio, a un año exacto de la publicación de la desaparición en 1988.

Se da cuenta que después de un año la búsqueda ha resultado infructuosa. Incluso los familiares del menor comenzaron a indagar en diferentes ciudades llegando a Santiago, pero sin resultado positivo.

En esta oportunidad, la noticia es acompañada de un retrato hablado de la mujer que llevó a cabo el robo del bebé, sin embargo se señala que a pesar de ser difundido a nivel nacional, no ha sido ubicada hasta la fecha, lo que se mantiene hasta día de hoy, manteniendo una desaparición tanto de ella como del bebé.

También se publica la fotografía de su familia, que a pesar de ser numerosa, mantiene un vacío al no estar acompañada de su hermano y su hijo, Camilo Andrés Collinao Jineo.

El caso pasó a los tribunales, iniciándose la causa ROL 74171, caratulada “Sustracción de un menor”. Después de esta noticia, no se supo más del caso por años.

Hace unas semanas, el hermano mayor de la familia Collinao-Jineo contó a Radio Bío Bío, que un detective que trabajó en el caso le dijo que había peces gordos metidos en este caso y que a su hermano lo habían sacado del país. Sonia Collinao -hermana- detalló al mismo medio, que en el expediente aparecen nombres de personas conocidas en La Araucanía, que ocuparon puestos importantes en la zona, muchas ya jubiladas y donde hay asistentes sociales involucrados, que han asumido una especie de pacto de silencio en torno al tráfico de niños en dictadura.

Ese pacto de silencio, sigue siendo una herencia que se expresa en la existencia de leyes como la amnistía que otorgó Pinochet en 1978, que benefició a miles de violadores de derechos humanos. Serán los familiares y agrupaciones de Derechos Humanos, en conjunto con todos los sectores y movimientos sociales, que deben exigir que esta política del Gobierno de Boric,no sea una mera continuación o actualización de estos planes y comisiones que en los años 90 fueron implementados por la Concertación y continuados por estos mismos gobiernos a inicios de los años 2000. Debe ser una ruptura radical con la lógica de sostener la impunidad y promover la reconciliación. Debe ser una apuesta por la verdad, el castigo y la justicia plena, hacia los responsables materiales y políticos de estas desapariciones forzosas, sin restricciones ni condiciones, más que nunca se vuelve crucial una real reparación para las y los familiares de la víctimas que durante 51 años no tienen respuesta.

 
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