El movimiento de mujeres del NOA tuvo que abrirse camino con peleas que involucran a jueces, jefes de policías, proxenetas, hijos del poder, funcionarios de gobiernos peronistas o radicales y las fuerzas represivas. Contra la miseria de este sistema y para combatir su atraso clerical y heteronormativo este movimiento mantiene viva su llama, porque lo ha forjado alrededor de muchas peleas, de discusiones y batallas políticas libradas.
La sede del encuentro sin ir más lejos ha sido protagonista de un levantamiento que pudo demostrar la fuerza que tienen los trabajadores y los oprimidos cuando coordinan sus luchas bajo una misma demanda.
El gobernador Gerardo Morales enfrentaba tensos momentos sociopolíticos. Su plan de avanzar contra los derechos democráticos como el de la protesta y con el saqueo del litio, sobre el territorio de los pueblos originarios, mediante una reforma de la constitución provincial, se vio entorpecido por una serie de sucesos.
Una enorme huelga docente se alzó contra la miseria del gobernador y despertó simpatía en el pueblo jujeño. Fueron días de enormes movilizaciones por demandas salariales donde también se levantaban con fuerza carteles en los que se podía leer “Abajo la reforma de Morales”. Una crónica publicada en este medio relata las movilizaciones de la siguiente manera: “En pleno centro, las cajas y las quenas quebradeñas le dan alegría a la lucha. El pueblo trabajador jujeño no se calla. Hace música con su protesta”.
Hacia el norte, jóvenes, ancianas y niñas están al frente de los cortes de rutas. Son las “guardianas de la tierra, el agua y la libertad” que vuelven a plantarse en una lucha donde otra vez las comunidades originarias se enfrentan contra el avance de grandes corporaciones como Allkem Lithium Chemical interesados en el negocio del litio. Los 2 o 3 grados de temperatura durante ese tiempo fueron acompañados de fogatas y ollas populares para sostener los cortes.
El enorme ataque al pueblo que el régimen jujeño preparó con la reforma constitucional fue denunciado desde los inicios por el Partido de los Trabajadores Socialista desde sus bancas conquistadas con el Frente de Izquierda. Junto a sus militantes muchos de ellos estudiantes y docentes formaron parte de las movilizaciones y los cortes de ruta durante el tiempo que duró el levantamiento del junio jujeño.
La reforma constitucional en Jujuy solo se pudo imponer gracias a la colaboración de la burocracia, la complicidad de “opositores” como el peronismo y la represión desatada al pueblo.
Los rostros de las luchas
El régimen tucumano se caracteriza por ser altamente hostil hacia las mujeres y terriblemente misógino. El reciente fallo que condena al ex gobernador Jose Alperovich por un caso de abuso sexual es una muestra del entramado al que le hicieron frente las mujeres y al que hoy más que nunca urge derribar. Fue un fallo histórico que reflejó el régimen misógino al que son sometidas las mujeres y esta sentencia no se hubiese logrado sin los años previos de lucha que dieron las mujeres.
Los últimos veinte años de peronismo tienen en su haber importantes escándalos en política de género, que ha dado también interesantes respuestas de la sociedad y sobre todo de las mujeres. El caso de Marita Veron o el femicidio de Paulina Lebbos son quizás los más reconocidos en todo el país. El primero por desnudar la complicidad del estado y las fuerzas policiales en las redes de trata. El segundo por la implicancia de los hijos del poder en el femicidio, los funcionarios políticos y jefes de policía.
En el 2012 fue la movilización popular la que revirtió el fallo que pretendía dejar impune a los 13 imputados en el caso Marita Veron y también fue la organización, la lucha y movilización la que logró algunas condenas en el caso de Paulina Lebbos.
De Tucuman salieron las voces que comenzaron a exigir libertad para Belen, cuando la Justicia patriarcal la encarceló por un aborto espóntaneo en momentos donde la ilgalidad del aborto se llevaba la vida de cientos de muejeres la mayoria de ellas con escasos recursos económicos. Fueron las mujeres las que con una enorme campaña nacional e internacional de solidaridad liberaron a Belén de la prisión un 18 de agosto del 2016 cuando el gobernador Juan Manzur hacia declaraciones diciendo que había que ser “respetudos con la justicia”. Fue una batalla donde las mujeres enfrentaron a la justicia Tucuman, a los dinosaurios de la iglesia y al poder judicial.
En el 2019 enfrentamos a la entonces ministra de salud provincial y ahora intendenta del municipio de San Miguel de Tucuman Rossana Chala y levantamos bien fuerte la consigna #NiñasNoMadres frente al caso de Lucia. Desde Pan y Rosas fuimos parte de impulsar la campaña de denuncia por vulnerar los derechos de una niña de once años.
El movimiento de mujeres tucumano fue parte de las movilizaciones por el #NiUnaMenos contra los femicidios y como en todo el país fue otro engranaje que se puso en movimiento como parte de la marea verde que conquistó el derecho al aborto.
La confianza en las manos que mueven el mundo
Dos décadas de peronismo significaron todas esas batallas para las mujeres.
Hoy nuestra provincia aún bajo administración peronista, no solamente abrió sus puertas para que los gobernadores firmarán el “Pacto de Mayo” (pacto de entrega al FMI) sino también crearon un bloque propio de diputados para colaborar con las leyes de ajuste de la derecha y habilitaron los votos necesarios para aprobar el RIGI. Bajo este proyecto se encarnan todas las fuerzas políticas de nuestra provincia desde el más rancio como Ricardo Bussi de Fuerza Republicana, hasta el que pinta ser el más “progre” como Federico Masso de Libres del Sur.
Su política actual para enfrentar a la derecha es seguir esperando y administrando el ajuste hasta que aparezca un nuevo candidato que pueda canalizar ese descontento a un proyecto con mayor intervención estatal que no termine ni siquiera de garantizar los derechos mínimos para las mujeres. La derecha arrancó el ajuste por el sector más feminizado como salud, educación, etc. Jaldo hizo lo mismo en nuestra provincia en el sector estatal lo que significó para algunos sectores como la educación la caída de un 19,5% de su partida presupuestaria.
Si en el 2019 Alberto Fernández representó para algunos sectores la confianza en un “Estado presente” que canalice vía ministerios las demandas que las mujeres conquistaron en las calles, hoy esa misma figura que supieron levantar como opción para que no avanzara la derecha está implicado por las denuncias por violencia de género de Fabiola Yañez. Este hecho muestra hasta dónde puede llegar un doble discurso de un proyecto político que mantiene bajo su armado a figuras enemigas del movimiento de mujeres como lo fue el ex gobernador Juan Manzur, responsable de hacer famosa a nuestra provincia por hacer parir a las niñas.
El propio Juan Grabois, figura que encarna el ala más “progre” de la coalición de Unión por la Patria, salió nuevamente a respaldar a un proyecto político de los peronistas en crisis. En una de sus últimas declaraciones en relación a los dichos del ministro Cúneo Libarona redujo el problema de la violencia de género y de las diversidades a un mero debate ideológico negando así la realidad de cientos de mujeres y disidencias.
El problema que se le presenta a Grabois y a su base política es que al sostener alianzas con los que con los con los que avalan o ejecutan el ajuste terminan siendo parte de esa estructura que sostiene a los responsables actuales de la terrible desigualdad y situación a la que son sometidos los jóvenes, las mujeres y los trabajadores.
Una vez más el futuro de las y los que mueven la estructura de producción en esta sociedad está atada a confiar en una salida en la que no dependan más que de las enormes fuerzas que proveen sus propias manos organizadas, es decir en una salida independiente de los partidos políticos tradicionales.
Cuando las obreras cuando las obreras van al frente
En Catamarca recientemente se vivió una experiencia novedosa. Durante 80 días, 132 obreras ocuparon la fábrica de TextilCom ante un cierre fraudulento con despidos masivos. En esta experiencia las trabajadoras emprendieron una lucha en la que se atrevieron a muchas cosas. Se atrevieron a defender lo que les correspondía y aprendieron a trabajar colectivamente para enfrentar a una patronal que las dejaba injustamente sin su fuente de ingreso, se organizaron en asambleas para definir las medidas que se iban a tomar. Impulsaron fondos de lucha, realizaron movilizaciones y se enfrentaron a un gobierno provincial que nunca les dio una respuesta a sus planteos.
Cuando estas obreras decidieron colectivamente tomar la fábrica, decidieron entonces tomar los medios de producción. Cuando estas obreras dijeron “las máquinas son nuestras” decidieron darle otro final a la historia, uno en donde no son ellas las que siempre terminan perdiendo.
Y las que tampoco querían seguir perdiendo, fueron las docentes salteñas. Un mes antes de que estallara el junio jujeño, sostuvieron durante más de treinta días un paro por tiempo indeterminado. Fue un 2023 donde los docentes autoconvocados de Salta organizaron le impusieron al gobernador de su provincia una reivindicación, rompiendo un techo salarial que las burocracias habían firmado sin ningún tipo de consulta en la base. Este año el gobierno salteño abrió sumario a 127 docentes que participaron de la huelga del año pasado pero ellos siguen manteniendo la organización y actualmente mantienen un acampe frente a la plaza 9 de julio
¿Qué desafíos tenemos las mujeres frente a la derecha?
Hace un año vimos como el junio jujeño (ese levantamiento de mujeres, docentes, estudiantes que junto a las comunidades originarias enfrentaban a Morales y a su policía) mostró el camino y nos hizo ver que se puede poner en movimiento una fuerza que pueda coordinar grandes sectores e imponer alguna de nuestras demandas.
Hoy Jujuy atraviesa un proceso donde se combina el saqueo económico, proceso de destrucción ambiental y vulneración a las comunidades, todo eso provocado por el negocio del litio con el objetivo de generar divisas para pagar la deuda externa.
El FMI busca renovar un nuevo acuerdo con el gobierno de Milei que incluye mayor devaluación y profundización del ajuste fiscal. Los primeros seis meses significaron despidos en el sector estatal, licuación de salarios, reducción de presupuestos y reforma laboral dejando una argentina donde el 55% de la población se encuentra bajo la línea de pobreza y además más de un millón de niñas, niños y adolescentes se van a dormir sin comer.
Los libertarios que hoy utilizan cínicamente las discusiones sobre género, han puesto a las mujeres como su blanco de ataque. Bajo el discurso de “no hay plata” condena a cientos de mujeres a la precarización y pobreza, negando presupuesto para cuestiones esenciales como la salud sexual y reproductiva. Cumple a rajatabla las órdenes del FMI de reducir el gasto fiscal eliminando ministerios como el de las mujeres.
Para las mujeres y para las grandes mayorías la política que exige el Fondo Monetario Internacional no es otra cosa que extractivismo, miseria y hambre.
Es por esto que las mujeres tenemos que tomar la pelea contra el Régimen de incentivo para grandes inversiones (RIGI) en nuestras manos, ya que implica extractivismo para nuestros bienes comunes naturales y desterritorialización de los pueblos originarios.
Frente a un gobierno de derecha, bendecido por el papa Francisco I y sostenido por gran parte de la oposición peronista, que intenta avanzar sobre las conquistas de las mujeres, tenemos que levantar la consigna “separación de la iglesia y el Estado”.
La única manera que tienen las mujeres de conquistar todas estas demandas es mostrando una enorme alianza con todos los sectores que salen a luchar. Así lo demostró la experiencia jujeña y recientemente lo reafirma la experiencia de Misiones tras el triunfo de las y los docentes luego de enfrentar duras represiones.
¿Qué rol pueden jugar las mujeres?
Las feministas socialistas de Pan y Rosas viajamos a Jujuy junto a Myriam Bregman para discutir y coordinar un plan de lucha nacional que se proponga terminar con el ajuste aplicado por Villarruel y Milei, terminar con el sometimiento a las políticas del Fondo Monetario, terminar con la injerencia clerical peleando por la separación de la Iglesia y el Estado.
Lo hacemos junto a nuestra enorme delegación de trabajadoras, amas de casas, estudiantes y jóvenes dispuestas a dar estas peleas en cada uno de los talleres. Junto a nuestras hermanas de los pueblos originarios tenemos planteado la tarea de pelear por la defensa del territorio, el agua y los bienes comunes naturales. Creemos que la pelea contra el extractivismo y la defensa del territorio va de la mano de evitar que sean las mujeres y los trabajadores los que paguen con el sudor de sus manos el saqueo que implica pagarle al FMI.
Frente a una oposición peronista que no está dispuesta a enfrentar a la derecha sino que por el contrario en algunas provincias como la nuestra tiene a todas las fuerzas políticas colaborando activamente para sostener el régimen, las feministas socialistas proponemos una lucha independiente de los partidos cómplices del ajuste.
Las mujeres podemos ser la chispa que encienda la llama para tirar abajo todo el plan de la derecha y Milei. El norte grande tiene mucho para contar y somos las mujeres las que podemos escuchar la historia de las y los que construimos el mundo desde abajo. | 
