Ayuso ha anunciado que va a crear el primer centro para hombres víctimas de violencia sexual de España. Lo iba a comparar con la oficina que creó para defender el español, en Madrid, el chiringuito sin justificación alguna que montó para Toni Cantó. Pero no, esto es bastante más grave. Es más grave porque lo que está haciendo, igual que cuando en medio del 8m dijo que cuándo se celebra el día del hombre, es sumarse a eso que la extrema derecha llama “batalla” ideológica para negar la violencia y la opresión de género. Para eso va a destinar esos 700.000€ de dinero público al año. Y lo anunció en una semana llena de noticias terribles de abusos y asesinatos machistas.
Porque por muchos discursos y políticas en esta línea que hagan VOX, Ayuso y compañía, el patriarcado está en plena forma y solo hay que ver datos: llevamos 74 feminicidios en el Estado español este 2024. Y hay otras formas de violencia hacia las mujeres: la brecha salarial es de más del 18.36% y las mujeres tienen una retribución menor en prácticamente todas las secciones de actividad según el SEPE, el 95% de las personas que trabajan a jornada parcial por cuidados son mujeres, las mujeres tienen los trabajos más precarios y en torno a un 8% más de temporalidad, más las mujeres migrantes…
Pero es agotador y bastante reductor tener que limitarse a contestar a las burradas reaccionarias y machistas de la derecha, tener que explicar lo obvio. No podemos permitir que sean ellos quienes pongan el escenario y el tema de conversación.
Denunciemos la propuesta de Ayuso como el acto de propaganda machista que es, pero también señalemos que por donde tenemos que ir es por más fondos para que las mujeres que han sufrido violencia tengan vivienda, acceso a trabajo, atención de expertas y todas las condiciones necesarias para construir su vida o por una educación sexual integral y que incluya la diversidad en todos los niveles educativos, con formación especial también para los profes y maestras, organizada por asociaciones de mujeres y personas LGTBI.
Pero también tenemos que decir que no sirve de nada un ministerio supuestamente feminista mientras no se financian los refugios para mujeres en situación de violencia de género, no separa la Iglesia del Estado, se sigue financiando a la concertada con dinero público, que en gran parte es educación religiosa, no se deroga la ley de extranjería que reprime, encarcela y expulsa a nuestras compañeras migrantes, mientras se aprueban reformas laborales que nos precarizan a deseo de los grandes empresarios y mientras siguen los desahucios, que afectan en muchos casos a mujeres, como vimos hoy con una mujer de 76 años y su hija desahuciadas en Getafe.
Si apuntamos a la emancipación, tenemos que apuntar a la alianza entre patriarcado y capitalismo que nos quiere divididas, precarizadas y haciendo sus trabajos reproductivos gratis. Queremos el pan, pero también queremos las rosas.
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