Dirigente fundador del MTS
Pensamos que ha sido un acierto el cambio de la política que tuvo en los últimos meses el movimiento, que durante los cuatro años anteriores estuvo apostando a la salida por la vía legal.
La inicial, pero importante, ruptura de este aislamiento, tiende a fortalecer el ánimo de los trabajadores y las perspectivas de su lucha. Un movimiento que comienza a ser conocido y abrazado por organizaciones, no solo de nuestro país, sino de distintos puntos del mundo. Como se demostró en el mitin del 18 de septiembre, afuera del reclusorio de Apizaquito cuando resonaron los audios y videos de los saludos solidarios desde el Estado Español de los obreros de Panrico y los jóvenes trabajadores de Telepizza; el de los Aeronáuticos, Metalúrgicos y defensores de los DD.HH desde Argentina, y de los jóvenes combativos estudiantes y artistas chilenos, por sólo nombrar algunos de los que llegaron a través de la campaña internacional efectiva que realiza la Fracción Trotskista por la Cuarta Internacional.
De esta forma se comienza a combatir la invisibilización de este duro conflicto, funcional a la política del patrón de la trasnacional BATA y del gobierno de Tlaxcala, y por el que pudieron abusar moral y físicamente de las trabajadoras en múltiples ocasiones. Hasta costó la pérdida fatal de una de ellas, un hecho prácticamente desconocido que pudo quedar impune a causa de ese aislamiento, como ellas mismas lo denuncian.
Nueva etapa del Comité de Huelga: un acierto votado por la asamblea general
Sin llegar aún a desarrollar el rol que desempeñaron los Comités de Huelga en los años ´70 y ´80, esta instancia sindical acordada por la asamblea general del SUTCS y encabezada por un grupo de las valerosas mujeres de esta lucha, vio la necesidad de salir del plantón y venir al DF ante el encarcelamiento del secretario general del sindicato y la orden de aprehensión que pende sobre su secretario de organización y más de 10 trabajadores.
Ante estas persecuciones judiciales, fueron las mujeres las que debieron tomar en sus manos la búsqueda de apoyo efectivo con el primordial fin de arrancar a su compañero de la cárcel y sin bajar las banderas de la lucha por sus puestos de trabajo, al grito de: ¡no negociamos con patrones mientras el gobierno tenga obrero presos!
Fueron ellas las que saltando las barreras impuestas por el aislamiento, hicieron y hacen de todo, llegando los lunes de cada semana al DF sin parar su recorrido por universidades, sindicatos, escuelas, asambleas, foros, talleres, marchas, congresos, estaciones de radio, etc.
Son ellas quienes llegan todas las semanas en busca de solidaridad estableciendo relaciones sindicales y políticas con las organizaciones obreras, estudiantiles y populares de la capital del país, y regresan a su ciudad cada viernes, muy tarde, ya que tienen que cumplir su guardia en el plantón los sábados desde las primeras horas. Y también preparan sus informes para la asamblea de la tarde, dado que todo lo que han hecho y conquistado cada semana lo informan a sus compañeras y compañeros cada sábado, dándoles la posibilidad de que balanceen, planeen y voten sus tareas de la próxima jornada. Es decir, avanzar en los métodos de la democracia obrera que muchos tratarán de soslayar.
El enorme avance que ha sido para esta lucha el abrazar los mejores métodos de clase trabajadora –democracia obrera, mandato de asamblea, rendición clara de cuentas–, es producto de esta rica experiencia en los últimos meses que se ha convertido en una escuela de lucha para ellas, avanzando en la identificación de los gobernantes como administradores del capital, y en este caso de las trasnacionales.
Por la reapertura de la fuente de trabajo
Después del cansancio de 4 años de lucha y de apostar centralmente a las resoluciones de los tribunales; de sufrir agresiones hasta mortales y la sustracción de parte de la maquinaria por la empresa; de las presiones de la política pro-patronal del gobierno a que acepten la liquidación; los hombres y mujeres del sindicato de Sandak, al verse de pronto marchando por el centro de Apizaco acompañados de organizaciones solidarias, para hacer su mitin en el penal de ese poblado, las expectativas del movimiento empezaron a cambiar.
A partir de recobrar confianza en sí mismos, se fortalece la expectativa de la lucha por la reapertura de la fuente de trabajo, y de no sentirse derrotados ni verse forzados a aceptar la pulverización del contrato colectivo y una liquidación miserable, política que sus enemigos, la patronal y el gobierno, intentan imponerles.
Ahora más que nunca los trabajadores deben tener conciencia de lo que han avanzado. Por lo que es muy importante reforzar este movimiento con la movilización en las calles para que pueda vencer.
En esta etapa del capitalismo salvaje, la lucha por la defensa del empleo es más que una consigna elemental, es el derecho a vivir.
Los patrones quieren cerrar e imponer el trabajo maquilador a destajo en pequeños talleres o casas de los trabajadores para acabar con sus prestaciones. Por eso, la lucha por la reapertura de la fábrica con un contrato justo es elemental. Por lo que toda la solidaridad brindada en torno al conflicto, además de exigir la liberación del trabajador preso y la anulación de las órdenes de aprehensión, debe fortalecer la lucha por el derecho al trabajo.
Por la independencia política del movimiento
Estos son momentos cruciales para el destino de esta lucha, pero también para el proletariado del ya golpeado cordón industrial de Calpulalpan, pues de avanzar la política de la patronal y el gobierno, impondrán aún más duras medidas de explotación para las actuales y futuras generaciones de trabajadores de este estado.
Por eso es necesario que los trabajadores luchen por imponer los objetivos que se han propuesto, por lo que su política y el programa deben responder a sus propios intereses, a los de su clase.
Es necesario el apoyo de todas las organizaciones posibles y en este sentido que ningún apoyo sea condicionado ni política ni económicamente. Hay multiplicar la solidaridad efectiva, tanto de los trabajadores del cordón industrial de Calpulalpan y el resto del estado, como de las centrales y organizaciones sindicales que se reclaman democráticas y combativas.
Para ir hasta el final con su lucha por la reapertura de la fábrica y la conquista de sus puestos de trabajo, el movimiento necesita conservar la independencia política respecto de cualquier dirección y programa ajenos a sus intereses como clase, ya que la solución no vendrá de ninguno de los partidos del congreso ni organizaciones ligada a los mismos, pues sus intereses son opuestos a los de la clase trabajadora. | 
