Título Original: El 47
Director: Marcel Barrena
Guionistas: Marcel Barrena, Alberto Marini
Reparto: Eduard Fernández, Salva Reina, Carlos Cuevas, Zoe Bonafonte, Clara Segura, Óscar de la Fuente, Lolo Herrero, David Verdaguer, Vicente Romero, María Morera
Género: Drama Biográfico
Duración: 115 minutos
Estreno: 6 de septiembre de 2024
Distribuidora: A Contracorriente Films
La película se sitúa en la Barcelona de los años 60 y 70, en un momento en que la periferia de la ciudad condal sentía el impacto de las corrientes migratorias del interior del país hacia Catalunya, mayoritariamente por trabajadoras y trabajadores del entorno rural de Extremadura o Andalucía. Excluidos del tejido urbano de la ciudad, sin acceso a servicios básicos como el agua corriente, la electricidad o transporte público, se fueron asentando en los barrios más humildes y populares, construyéndolos con sus propias manos; pero invisibles para las autoridades. El 47 es la historia de cómo Torre Baró, uno de los barrios más emblemáticos de Nou Barris por las luchas vecinales, secuestró una línea de autobús para que el transporte público llegara hasta las alturas de la periferia.
La historia sigue a Manolo Vital (Eduard Fernández), un conductor de autobús extremeño de Transports de Barcelona, quien, cansado de que el Ayuntamiento argumente que no puede llevar transporte público a estas zonas porque sus calles son demasiado estrechas e inseguras, decide tomar cartas en el asunto. Al volante del autobús "El 47", Manolo intenta demostrar que las autoridades están equivocadas y que los barrios olvidados por el sistema también merecen un lugar en la ciudad. Su cruzada lo convierte en un héroe de los marginados y en un símbolo de resistencia.
Algunos contrapuntos con el enfoque individual sobre el colectivo
El trasfondo del film, retrata la historia de la migratoria de la década del 60 y 70, bajo las duras leyes del suelo que se aplicaban cuando las clases trabajadoras y humildes tenían que construir sus viviendas, expuestas a la persecución de las fuerzas represivas franquistas. Es por ello que, contra los protagonistas del barrio, aparece el principal antagonista, también migrante, pero representante del régimen franquista en la figura de un Guardia Civil.
La película captura de manera vívida la tensión social y política que vivía la ciudad en esa época. Barcelona emergía ignorando a la periferia y a quienes habían contribuido a levantarla.
La trama sigue los esfuerzos de Manolo, migrante y catalán de adopción, quien se enfrenta a la burocracia y a la indiferencia institucional, y su lucha representa tanto la dignidad del trabajo como el derecho de la periferia a ser incluida en el tejido urbano.
El guion, escrito por Barrena y Marini, mezcla la historia personal de Manolo con la situación política y social del momento, retratando una realidad que aún resuena en muchos sectores de la sociedad actual.
Algunas críticas plantean que los guionistas ponen el acento en el tono íntimo, dejando relegado lo colectivo, que apenas hace acto de presencia hacia el final como acompañamiento del protagonista. Y aunque ofrece una reflexión sobre las desigualdades y las luchas por el reconocimiento, queda devaluado el proceso de pelea colectiva de muchos barrios por conseguir infraestructuras elementales, organizados en asambleas barriales junto a la juventud, las organizaciones vecinales y de trabajadoras.
Respecto a las actuaciones, Eduard Fernández, como Manolo Vital, ofrece una interpretación magistral. Su personaje es a la vez cálido y tenaz, un hombre común que se convierte en un líder comunitario por su insistencia en luchar por lo que considera justo. Fernández capta perfectamente la frustración contenida de alguien que, aunque no tiene poder, encuentra una manera de desafiar a las autoridades y marcar una diferencia.
Sin embargo, una vez más, se omite la militancia colectiva en el PSUC de este personaje real, mostrando sus actos como fruto de su individualidad; una cuestión que algunas organizaciones barriales actuales han criticado del film.
El autobús "El 47" no es solo un medio de transporte, sino un símbolo de lucha social, de conexión entre los excluidos y el resto de la ciudad, que no era exclusivo del barrio de Torre Baró, sino que recorría a todos los barrios de la periferia de Barcelona. A través de él, se revela la necesidad de derribar las barreras, tanto físicas como políticas, que impiden conseguir conquistas a las comunidades marginadas.
En su estilo, Barrena recuerda a cineastas como Ken Loach, que han sabido retratar la lucha de la clase trabajadora con sensibilidad y autenticidad. Sin embargo aquí, Barrena narra una historia enfocada en lo individual, que apenas se adentra en las puertas de un conflicto social mucho mayor, lo que hace al relato algo naif y de poca fidelidad histórica. Con la excepción de numerosas escenas de archivos conservadas que se intercalan en el metraje.
El guion de Barrena y Alberto Marini es emocionalmente resonante. A lo largo de la película, los diálogos son directos pero cargados de significado, especialmente en las escenas donde Manolo se enfrenta a las autoridades. La película destaca por su forma de entrelazar las microhistorias personales con el contexto socioeconómico más amplio, creando un relato profundamente humano.
Cinematografía y Música
La cinematografía está a cargo de un equipo que sabe capturar la esencia de la periferia barcelonesa de los años 60 y 70. Las escenas muestran calles estrechas y sucias, barrios en construcción con barracas improvisadas y la desolación de los márgenes urbanos. A nivel visual, la película refuerza la sensación de aislamiento, pero también el sentido de comunidad y resistencia que surge de estos lugares.
La banda sonora, que utiliza música folclórica y popular de la época, contribuye a sumergir al espectador en la Barcelona de aquel tiempo. Arnau Bataller firma una partitura que no busca ser invasiva, sino que acompaña las emociones de los personajes, elevando los momentos clave sin distraer del desarrollo narrativo, con la excepción de “Gallo Rojo, gallo negro”, que cobra protagonismo como parte de la trama.
Conclusión
El 47y la historia de su secuestro es una película de gran relevancia social, que refleja la lucha de una comunidad olvidada por la ciudad que ayudaron a construir. Marcel Barrena logra, a través de la figura de Manolo Vital, convertir una historia aparentemente pequeña en un poderoso y emotivo símbolo de resistencia. El retrato de la Barcelona de los años 60 y 70, combinado con la brillante actuación de Eduard Fernández - así como del resto del elenco- ofrece una experiencia cinematográfica conmovedora.
Sin embargo, el enfoque intimo e individual, subrepresenta el elemento colectivo de esa época. En la construcción de un “héroe” de la clase obrera, y un relato de “epica charnega” la propia clase se ve relegada a la sombra de los individuos.
Y como problema complementario, mistifica en una licencia histórica un tanto interesada al propio Pasqual Maragall, encarnado por Carlos cuevas, como un soñador por esa ciudad inclusiva en un homenaje que hace explicito hacia el final de la película, en donde “Pasqual” acompaña a Manolo en su viaje subversivo, dejándose ver la mano de la productora Mediapro.
Sin embargo, como señalan algunas asociaciones barriales, la Barcelona posterior al lavado de cara olímpico, sigue teniendo muchos de los viejos (y nuevos) problemas de los que los honorables comisionistas convergentes del 3% y el mismo maragallisme y la marca Barcelona del PSC son responsables, como el rechazo a la inmigración y el problema de la vivienda. Consecuencias de gobernar para los de siempre, con Franco o sin él. |