A pesar de que la ley 19.973 establece claramente que el 18 y 19 de septiembre son días de descanso obligatorio para los empleados del comercio, este año se registraron 332 multas a empresas que ignoraron la normativa.
Un abuso sistemático y deliberado
Este comportamiento refleja algo más que un simple "error administrativo". Se trata de una transgresión consciente y sistemática, en la que muchos empresarios optan por eludir la ley, a sabiendas de las posibles sanciones. Las multas, parecen no ser suficientes para frenar a quienes buscan maximizar sus ganancias a costa de sus trabajadores. Tras años de vigencia de la normativa que buscaba dar descanso a trabajadores de servicios como la comida rápida, estos abusos continúan ocurriendo.
El costo humano del desprecio empresarial
El impacto en los trabajadores es devastador. Al forzar a los empleados a trabajar en días de descanso obligatorio, se les arrebata la posibilidad de disfrutar del tiempo con sus familias y de participar en las celebraciones nacionales, lo que repercute en su salud mental y física. Esta violación de derechos laborales es una forma de explotación que deshumaniza a los empleados, tratándolos como meros instrumentos de producción, sin considerar las necesidades y el bienestar de las personas.
No solo se trata de la pérdida de un día festivo, sino de una vulneración directa a la dignidad de los trabajadores. Esta situación genera condiciones de trabajo precarias, incrementa el estrés, el agotamiento, y afecta la moral, lo que a largo plazo deteriora las relaciones laborales y, paradójicamente, también la productividad, la misma que hacen tanto alarde los sectores empresariales.
La respuesta insuficiente de las autoridades
A menudo, las empresas grandes prefieren asumir las multas como un costo más de operación, mientras continúan vulnerando los derechos de sus empleados. Las multas por incumplimiento, que oscilan entre 5 y 60 UTM, parecen ínfimas frente a las ganancias que se obtienen al mantener el comercio abierto durante días festivos. |