Mediante oficio firmado por Benjamín Barajas, Director General del CCH, se le notificó al profesor de su despido por haber incurrido en supuestas “faltas de probidad u honradez, consistentes en conductas ajenas a un recto proceder”.
Esto a raíz de la toma del estacionamiento de la Dirección General del CCH en Ciudad Universitaria, realizada el pasado 22 de mayo, en protesta por las acciones porriles que derivaron en la muerte de un estudiante de las Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán, Óscar Yael, en las inmediaciones del CCH Naucalpan.
A partir de entonces, mientras que los porros y las autoridades que los solapan quedaron impunes, como de costumbre, quienes protestaron en su contra fueron reprimidos, mediante la expulsión de siete estudiantes y el despido arbitrario del profesor, quien no participó de los hechos que se le imputan.
¡Alto a la represión a los que luchan!
Facundo Jiménez es un reconocido activista de izquierda, con décadas de militancia en pro de la educación pública y de los derechos humanos, laborales y sociales.
Su despido no es un hecho aislado. Se suma a la serie de despidos injustificados que se han impuesto en la UNAM y otras instituciones en los últimos años, de profesores que reclaman sus derechos y cuestionan a las antidemocráticas autoridades universitarias.
Esta medida es continuidad de la política represiva del régimen universitario, encabezado desde fines del año pasado por el rector Leonardo Lomelí, sucesor de Enrique Graue. El nuevo rector busca profundizar aún más la subordinación de la UNAM y de sus planes de estudio a los intereses empresariales. Para ello, no duda en darle continuidad a los grupos de choque, pagados por las autoridades, con el fin de reprimir la organización y la protesta en la Universidad.
Mientras mantiene la precarización laboral y los bajísimos salarios de la gran mayoría de sus profesores, en detrimento de la educación pública, así como la política de exclusión masiva de cientos de miles de jóvenes que cada año buscan acceder al nivel superior.
Situación que tampoco es ajena al contexto nacional. Pues si bien el gobierno federal, todavía encabezado por AMLO, se jacta de no reprimir, ha conservado en buena medida con la USICAMM el régimen laboral de excepción en contra del magisterio, impuesto por la reforma educativa de Enrique Peña Nieto. Ha mantenido en el abandono presupuestal a las escuelas normales. Ha mantenido impune la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, que está por cumplir una década.
Así como, en entidades donde gobierna el MORENA, sus mandatarios no han dudado en reprimir a las maestras y maestros que protestan, como ocurrió el 4 de junio en la CDMX y Oaxaca contra la Sección 22, o recientemente contra normalistas en Oaxaca. Lo cual probablemente tendrá continuidad durante el sexenio de Claudia Sheinbaum si, con organización y lucha, desde abajo no se frena la represión y se exige justicia.
¡Si tocan a un@, nos tocan a tod@s!
Desde la Agrupación Nuestra Clase nos solidarizamos con el profesor Facundo Jiménez y exigimos a las autoridades universitarias su reinstalación inmediata, así como la de todos los profesores despedidos y los estudiantes expulsados injustamente, junto con el fin del porrismo.
Llamamos a todas las organizaciones estudiantiles, sindicales, sociales y de Derechos Humanos que se reivindican democráticas, especialmente al magisterio democrático y combativo que nos agrupamos en la CNTE, a impulsar una gran campaña contra la represión y los despidos, para frenarlos mediante la más amplia unidad de estudiantes, trabajadoras y trabajadores.
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