Por suerte no salieron al balcón a saludar como Susana. Hubiera sido mucho. Pero igual la cúpula de la CGT parece no tener límites en su pacto de paz con el gobierno.
Esta fue la tercera reunión de la buena onda, por lo que ya superó la cantidad de medidas de fuerza desde que se inauguró la etapa Milei.
Del lado libertario estaban tren “pesos pesados”: el sciolista Guillermo Francos (Jefe de Gabinete), el techinista Julio Cordero (Secretario de Trabajo) y el operador Santiago Caputo (cajero de la Side).
Del lado cegetista estuvieron “gordos”, “independientes” y “barrionuevistas”, con la ausencia del moyanismo, aunque estuvo presente Cristian Gerónimo (Vidrio) que es cercano al camionero. Además de los jefes Héctor Daer y Carlos Acuña estuvieron José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Gerardo Martínez (UOCRA), Andrés Rodríguez (UPCN), Maia Volcovinsky (UEJN) y se sumaron dos sectores que están en conflicto: Daniel Ricci (FEDUN, Universitarios) y Roberto Fernández (UTA).
¿Voltear la reforma laboral o cambiarle dos oraciones?
Uno de los temas en discusión fue la reforma laboral incluída en la Ley Bases. Daer aseguró que “la ley ya está”, como un hecho consumado, casi natural. Como si esa ley no hubiese borrador otras leyes, conquistas obreras, que “ya estaban”. El “plan de lucha” de la CGT consistiría en mejorar la redacción de algunas frases. Por ejemplo en cuanto a los bloqueos. “Tiene una mala redacción, fue agregado en el Senado, y necesita una reglamentación que pueda corregir esto", dijeron.
Daer aseguró que quieren poner en pie "una mesa con la Secretaría de Trabajo, la CGT y el sector empresarial” y "un órgano administrativo que va a decir ´si, existe un bloqueo´ o ´no, no existe un bloqueo´, para dejar de ser un tema discrecional".
De Guatemala a Guatepeor. No solo avanzar con criminalizar la protesta, sino que habrá un “órgano” que definirá si existe o no bloqueo y estará compuesto por dos jugadores del lado capitalista y uno de los sindicatos. Imaginen a Caputo, Cordero y Cavalieri definiendo. Es un partido arreglado.
Diálogo hasta que duela
La reunión se dio en medio de mucho ruido en el mundo laboral. Este miércoles hay una marcha universitaria contra el ataque a la educación pública. Las y los estatales convocan a un paro contra una nueva oleada de despidos, además del congelamiento salarial. Judiciales viene de un paro que incluyó una golpiza de la policía de Patricia Bullrich en Tribunales. La UTA está en medio de una conciliación obligatoria porque hace 6 meses no arregla paritarias. Los gremios aeronáuticos están en conflicto por los salarios y contra la privatización de Aerolíneas. Hay conflictos como en el Hospital Garrahan y otros sectores, además de las protestas de jubilados.
Pero la cúpula cegetista se limitó a “transmitir preocupación” por algunos de esos hechos. Solo un detalle ante lo importante: “En la reunión se acordó una suerte de tregua, en medio de las fuertes diferencias de los gremios con la gestión libertaria. Al respecto, el titular de la UOCRA, Gerardo Martínez, a la salida de la reunión sostuvo que "se está auspiciando una nueva etapa de diálogo entre el Gobierno y la CGT, y eso es fructífero" (Perfil, 1/10).
Te cambio el proyecto por el paro
La tregua es entre el Gobierno y la cúpula de la CGT. Porque a millones de trabajadores y trabajadoras la gestión libertaria los sigue atacando. Entre las cosas que logró el sindicalismo peronista fue el cajoneo, por ahora, de una serie de proyectos impulsados por la UCR y LLA en en Diputados sobre la llamada “reforma sindical”. Como contamos desde La Izquierda Diario, bajo la excusa de “democratizar los sindicatos” en realidad se impulsaban una serie de medidas que implicaban una mayor regimentación de los mismos por parte del Estado y los empresarios. Que hay burocracia la hay, pero lo tenemos que resolver los trabajadores, como planteó el Frente de Izquierda en ese debate.
Pero Daer y compañía lo veían como un peligro para algunos de sus métodos, como las reelecciones indefinidas o el cobro compulsivo de aportes sindicales.
Eso implica el compromiso de la CGT de no impulsar un paro general. Como gesto de buena voluntad mostraron el aparente “cambio de actitud” de Roberto Fernández, el titular de la UTA. El gremio participó de la “mesa del transporte” que analiza un paro del sector en octubre. Desde la delegación cegetista “dieron a entender que ese gremio clave de los colectivos no se plegaría en medio del diálogo reactivado con la Casa Rosada”.
Otro gesto del gobierno fue la ubicación del socio de Luis Barrionuevo, Mario Lugones, en el ministerio de Salud y el manejo de la plata de la obras sociales.
Al final las castas se pusieron de acuerdo. Por ahora.
La única forma de romper esa tregua es exigir asamblea en los gremios y lugares de trabajo. Empezando por los gremios que dicen no estar de acuerdo con la línea de Daer y Martínez, como el Frente Sindical, la Corriente Federal, y las CTA. Por ahora se despegan pero no hacen nada. El sindicalismo combativo y la izquierda siguen apoyando cada lucha, coordinándose y exigiéndoles una medida de fuerza por el salario, los puestos de trabajo, el hambre, la Universidad, Aerolíneas y los jubilados. |