Nuevamente el puerto de Acapulco sufre las consecuencias del paso de un huracán, a poco más de un año de que el super huracán "Otis" golpeara como categoría 5, devastando tanto hoteles de lujo, como las casas más precarizadas en las zonas de barrancas, del 23 al 27 de septiembre, el huracán "John", impacto la zona dejando al menos 15 muertos, según cifras oficiales, además de un número aún no determinado de construcciones devastadas, colonias costeras completamente inundadas y decenas de deslaves.
En solo cuatro días, ha caído la lluvia de todo un año, según ha explicado Juan Ramos, encargado de monitoreo del Centro de Comunicaciones de Protección Civil de Acapulco, quien también lamenta que el puerto aún no se había recuperado del paso de Otis, y que ahora nuevamente se encuentra en estado de emergencia ante el paso de "John".
La respuesta del gobierno, nuevamente fue desplegar al ejército en las zonas afectadas para participar en labores de rescate y de distribución de víveres, sin embargo denuncias de internautas han evidenciado que la principal labor de las fuerzas armadas es la de salvaguardar los negocios y grandes cadenas de supermercados, que ante la emergencia, nuevamente fueron tomados por la población en búsqueda de víveres.
Ante esto, en redes sociales, nuevamente se desataron los comentarios clasistas y racistas de medios de derecha que afirmaban que la población de Acapulco se merecía la tragedia que estaba viviendo, al haber votado por Morena y el gobierno de la 4T, impulsado en ht "disfruten lo votado" y haciendo un mezquino llamado a no hacer donaciones a pesar de la emergencia.
Por otro lado el gobierno, aún encabezado por López Obrador, más allá del despliegue del ejército, se limitó a hablar de la emergencia en su conferencia matutina y a asegurar que se hará otro censo, como en el caso de Otis, para entregar apoyos económicos a las familias que fueron damnificadas por la tragedia, esto también en el marco del cambio de gobierno a Claudia Sheinbaum, quien se comprometió durante su ceremonia de toma de protesta a atender personalmente la emergencia, a partir del 2 de octubre, sin embargo ya han pasado más de una semana y aún existen zonas donde la población no puede acceder a servicios básicos, además de que al menos 40 municipios de Guerrero (entre ellos Chilpancingo e Iguala) se encuentran en estado de emergencia y registran fuertes consecuencias por el paso del huracán.
Otis y John no son casos aislados, sino que son parte de el nuevo contexto que existe con la crisis climática, que al tener océanos más cálidos alimentan exponencialmente el impacto de estos fenómenos y que han demostrado que en México no existe condiciones, tanto en políticas públicas, como en infraestructura, para hacerles frente.
A su vez, la devastación del puerto de Acapulco ha demostrado que si se continua con la lógica de construcción sin planeación y devastando las zonas naturales que actúan como barrera contra los huracanes, como los manglares y los arrecifes de coral, (el puerto tenía zonas importantes de esteros hasta los años 90), las ciudades costeras están aún más desprotegidas ante el impacto de estos fenómenos.
Como siempre se habla en estos casos, lo desastres no son naturales. Más allá del reclamo de la derecha que aprovecha mezquinamente cada desgracia de miles de familias trabajadoras y precarizadas para golpear políticamente al gobierno de la 4T, lo cierto es que ni los gobiernos del PRI ni del PAN ni del Morena han sabido prevenir, ni manejar los riesgos, tanto climáticos, como sísmicos y volcánicos que son una constante en el territorio nacional, hay que aclarar que, ni la construcción o re construcción de las ciudades están pensadas para cubrir las necesidades de la población, sino para beneficiar la lógica capitalista de producción irracional de ganancias. |
