La iniciativa comienza con la pregunta del escritor y socio Julio San Martín: ¿Violeta Parra se inscribió como socia alguna vez?, explicaré que estas postulaciones para ser inscrita o inscrito son solicitadas de manera explícita por cada artista o un tercero que desempeña el ejercicio literario ante la secretaría de la SECH, ante la pregunta el directorio revisó sus registros y se dió cuenta que no estaba inscrita, a partir de ese momento se pusieron manos a la obra para hacer la inscripción póstuma con el objetivo de reconocerla como escritora y producir el evento en el salón principal de la casa del escritor ubicado en Almirante Simpson 7, Providencia, Santiago de Chile e invitar a una audiencia que por cierto se mostró conmovida porque se dió a conocer su calidad de socia honorífica y el carnet que la distingue, el pasado viernes 4 de octubre día de su natalicio en San Fabián De Alico, región de Ñuble.
Por supuesto ahí estaba su sobrino nieto se llama Miguel Ángel Parra, hijo de Lautaro Parra, hermano de Violeta, es quien recibió los documentos de los cuales La Izquierda Diario comparte fotografías con sus lectores y lectoras.
Durante la ceremonia cantó composiciones de Violeta Parra la cantante, poeta y compositora Camila Chascona, recibiendo un retórico y alegre aplauso por haber entregado su energía vital.
Entre la audiencia se encontraba Jorge Castillo, participante del taller de escritura creativa Providencia, su profesora y directora de la SECH María De La Luz Ortega recomienda leer las décimas que Jorge escribió en homenaje a Violeta Parra, la Violeta eterna.
VIOLETA SE QUEDÓ EN LA TIERRA
Trato de ser muy certero,
querida Violeta Parra,
con palabras sin amarras,
dichas de cuerpo entero.
Si, yo fui aquel cordero,
que no entendió tu arte,
pero que hoy comparte,
tu inmensa trascendencia,
logrando captar tu esencia,
…y otros quieren olvidarte.
Alegres eran mis ojos,
cuando la noticia llegó,
y a todos acongojó,
a los sanos y a los cojos,
a los verdes y a los rojos,
a nuestro Chile entero,
nosotros vivimos el duelo,
en nuestra universidad,
partiste con tu terquedad,
Un domingo en el cielo.
Los beatos preguntaban,
Qué dirá el santo padre,
por qué lo hizo, comadre;
pero ellos no captaban,
y tampoco cuestionaban,
cuánto ellos aportaron,
cuánto ellos empujaron,
al camino que tomaste,
¡cuánto tiempo que luchaste!
pero nunca atinaron.
Qué palabra te dijera,
hermana mayor, cantora,
no te fuiste ni una hora,
aunque extraño pareciera,
que tu presencia creciera,
día a día, cada mes,
y todo se dio al revés,
el pueblo te hizo suya,
siendo la grandeza tuya,
una inmensa solidez.
Nos jugamos por aquello,
que pa Chile, tú querías,
las Juanitas y Marías,
los Contreras y los Bellos.
Pero llegaron aquellos,
dispuestos a aniquilar,
dispuestos a asesinar,
a todos los luchadores,
estudiantes, pobladores,
Cueca larga militar.
Así terminó el sueño,
y tú seguiste creciendo,
y tú seguiste uniendo,
al pueblo con gran empeño,
Campesinos y porteños,
pobres y de medio pelo,
¿por qué será Dios del cielo?
que se impuso la crueldad,
que se impuso la maldad,
que se vino el desconsuelo.
Hoy continúa la lucha,
y todavía soñamos,
y tus canciones cantamos,
con esperanza mucha,
en casas o en casuchas,
aplasta la avaricia,
nos somete la codicia,
aunque el alma palpita,
pues Chile aún limita,
al centro de la injusticia.
La cultura sometida
al mercado poderoso,
a este Dios riguroso,
que distribuye los bienes,
compras, si dinero tienes,
puedes comprar cualquier cosa,
menos valses, refalosas,
tampoco cueca centrina,
Ayúdame Valentina,
Run Run y Juana Rosa.
Y tú, Violeta ausente,
eres de Chile su alma,
esperando con gran calma,
por un rescate creciente,
para hacerte presente,
con tu eterna bendición,
tú eres maestra-pasión,
hija del pueblo chileno,
hoy nos llevas de la mano,
a conocer tu dimensión.
Ya llegará el momento,
que Chile te reconozca,
y no quede ni una mosca,
sin conocer tu portento,
al triste, como al contento
tus canciones emocionan,
las que también anarbolan,
tus hijos y tus hermanos,
Quila, Inti, el gitano
cantores que reflexionan.
Y aunque estemos dolidos,
espero no sea tarde,
para que con alarde,
y con mucho colorido,
este bello jardín florido,
de a poco se levante,
nuestra juventud pujante,
estudiantes secundarios,
también universitarios,
Que vivan los estudiantes.
Violeta Chilena, investigadora, cantora, ceramista, arpillerista, guitarrera, amiga de la lluvia porque es un arpa cantora de alambres y bordones que timtinean con furia, gracias Violeta de pobres y opimidos por tu furia denunciante y tus décimas siempre vivas, este homenaje se continúa produciendo en el cementerio general y en regiones, que los gabilanes responsables de la precarización de las artes sean atormentados como tu carpa doblegada y se debilite su zarpazo hasta dejarlo inerme, que las voces nunca más sean marginadas ni reducidas a la oferta y le demanda, y que las voces femeninas nunca más sean desplazadas, cuánto será nuestro dolor.
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