El viernes 4 de Octubre 500 policías invadieron el barrio de Once. No iban en busca de las marcas que utilizan trabajo esclavo, ni de las redes de trata o los negocios que ellos mismos manejan; obvio. Le secuestraron la mercadería a cientos de manteros y manteras. La mayoría familias que trabajan en la calle para complementar sus ingresos en otros empleos.
“Vinimos a tomar el lugar” dijo Waldo Wolff, el comandante antipobres de la Ciudad.
Pero desde ese día volvió el reclamo y la resistencia de esos cientos de migrantes que se quedaron sin nada. “Somos trabajadores” dicen. “Queremos trabajar” cantan. “Ellos son la mafia, si nos regularizan se les acaba el curro”.
La Izquierda Diario le dio la palabra a quienes se la rebuscan día a día. Jorge Macri ya tiene a los grandes medios para discriminarlos.
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