Mariano de los Heros, titular de la Anses en el Gobierno libertariano, se burló de la dura situación que viven las jubiladas y los jubilados en la Argentina de Javier Milei. Al ser consultado durante una entrevista en Radio Mitre si el ajuste había caído sobre los jubilados en lugar de sobre la casta, respondió “como diría Aníbal Fernández, me parece que es una sensación ésa”.
Pero muy lejos de ser una sensación, los datos muestran que el ajuste fiscal que lleva adelante el Gobierno recae en primer lugar sobre ese sector vulnerable: más del 30 % del ajuste fiscal total se debe al recorte en las jubilaciones. Mientras, a los más ricos les bajó el impuesto a los bienes personales, representando un costo igual al que hubiera implicado el aumento a los adultos mayores contenido en la Ley de Movilidad Jubilatoria que Milei vetó con la ayuda de “la casta”.
La Oficina de Presupuesto del Congreso informó que el poder de compra promedio de las jubilaciones en los primeros siete meses de 2024 cayó respecto el 2023 un 29 % total, y 18,5 % para los haberes mínimos, incluyendo el bono de 70 mil pesos. Una caída en picada como consecuencia de la motosierra del ultraderechista.
Actualmente la jubilación mínima es de $ 304.540, conformado por $ 234.540 más el bono de $ 70.000, mientras que la canasta de jubilados se estima en alrededor de $ 850.000. Es decir, jubilaciones de miseria, literalmente. Incluso, aquellos jubilados que cobren más de $ 314,320 no acceden al bono. A ello se suma que el Gobierno decidió congelar ese adicional en $ 70,000 desde marzo.
El 2 de septiembre Milei vetó la nueva ley de movilidad jubilatoria que había sido aprobada por amplia mayoría en ambas cámaras del Congreso. Esta ley proponía un módico aumento en el haber mínimo y una nueva fórmula de cálculo para futuros incrementos. Milei justificó el veto argumentando que la ley era "violatoria del marco jurídico vigente" y que no contemplaba su impacto fiscal. Un argumento que solo utiliza contra los sectores más vulnerables pero no a la hora de darle exenciones impositivas a los grandes empresarios, o jugosos blanqueos a los fugadores y evasores.
Pero esas medidas de ajuste del Gobierno no pasaron sin importantes protestas de jubilados, organizaciones sociales y sectores que apoyaron. En varias de esas manifestaciones la ministra de Seguridad no dudó en reprimir desplegando un desproporcionado operativo, pero sin lograr evitar que se sigan realizando (como la de todos los miércoles en Congreso) y generando aún más descontento tanto en ese sector social como en el resto de los sectores de trabajadores y jóvenes, que actualmente están en pie de lucha contra el ajuste a las universidades. | 
