El domingo en la mañana, el expresidente Evo Morales denunció que la camioneta en la que se trasladaba desde la localidad de Villa Tunari y Lauca Ñ hacia Shinahota fue atacada con armas de fuego por al menos 2 vehículos no identificadas.
Morales declaró que fueron al menos 14 disparos que impactaron contra el vehículo en el que se encontraba y que el chófer fue herido en la cabeza y el brazo. Esta situación quedó registrada en un video de celular tomado por una acompañante desde el asiento trasero.
A partir de estos hechos, distintos sectores populares afines a Evo Morales se pronunciaron para denunciar lo que denominaron como “intento de magnicidio”, ratificaron la continuidad y radicalización de las medidas de protesta que vienen realizando principalmente en el departamento de Cochabamba. Responsabilizan al gobierno de Luis Arce Catacora de este ataque.
Asimismo, una decena de personas rodearon la instalación del Cuartel de la Novena División del Ejército en Shinahota donde denunciaron que dos camionetas fueron las responsables de estos disparos y habrían ingresado a este recinto militar, también denunciaron que habrían evacuando a los responsables en helicóptero. Se pudo apreciar en algunos videos difundidos por el medio Radio Kawsachun Coca que los agentes militares realizaron disparos al suelo para intimidar a las personas que denunciaron estos hechos.
Desde el Arcismo calificaron estos sucesos como un autoatentado y denunciaron que los “cocaleros” intentaron tomar un recinto militar.
Estos sucesos se dan en el marco de la crisis política, económica y social que viene atravesando el país. Recientemente el Presidente Luis Arce cambió al Alto Mando Militar y se empezaron a movilizar unidades militares contra los bloqueos. El sector empresarial/cívico, viene reagrupándose mediante la organización de cabildos donde incitan a la población a atacar los puntos de bloqueo, centrales campesinas del trópico y se pudo apreciar la rearticulación de grupos paramilitares como la Resistencia Juvenil Cochala.
Avanza la militarización ante la crisis
Los acontecimientos de este domingo tienen lugar en el marco de las disputas internas entre el presidente Arce y el expresidente Evo Morales y de una creciente militarización ante los bloqueos patrocinados por Morales en particular en Cochabamba.
Tras el intento fallido de desbloqueo en las principales vías camineras de Cochabamba, realizado el pasado viernes 25 de octubre, el Estado ha determinado incorporar unidades militares en las vías que conectan Cochabamba con el occidente del país. Bajo ese antecedente, se ha realizado el cambio en el Alto Mando Militar realizado la tarde de este sábado, lo cual refuerza la tendencia hacia la militarización del departamento, acciones que, en el pasado, han caracterizado a los regímenes derechistas y dictatoriales en Bolivia, así como los estados de excepción o de sitio.
Durante la jornada del viernes, se registraron enfrentamientos extremadamente violentos, que tuvieron como resultado varios heridos –entre manifestantes y policías–, 44 detenidos y el fallecimiento de una mujer de la tercera edad producto de la intensa gasificación en Pirque, Parotani.
Al finalizar la tarde y tras los enfrentamientos, más de un centenar de efectivos de la Policía Militar (PM) se posicionaron en los ríos Khora I y Khora II del municipio de Vinto. Este contingente, equipado con armamento letal y de disuasión-represión, obedece a la orden del ministro de defensa Edmundo Novillo Aguilar, ex gobernador del departamento de Cochabamba.
El argumento del despliegue policial y militar está relacionado con la presunta existencia y uso de armas de fuego entre los campesinos movilizados del ala evista, que habría tenido como consecuencia el ataque a vehículos policiales en Oruro y en el trópico de Cochabamba, suscitados en las anteriores jornadas de bloqueo.
Esta tendencia represiva policial y militar muestra nuevamente que el carácter opresor del Estado no ha cambiado y está exclusivamente dirigida para oprimir a la clase trabajadora: proletaria, campesina y también desempleada; además, es necesario remarcar, que este carácter de “mano dura” proviene de sectores cívicos – empresariales y alienta a grupos de choque reaccionarios como la “Resistencia” Juvenil Cochala (RJC), la unión juvenil cruceñista (UJC) y otros grupos paramilitares financiados por la ultraderecha en Bolivia.
Desde La Izquierda Diario Bolivia, rechazamos todo intento de militarización de las calles, así como el uso de la fuerza por parte de la policía nacional hacia la población movilizada, que atentan al legítimo ejercicio del derecho a la protesta. Nos encontramos en un contexto de crisis económica, política y social que tienden a ser profundizadas en medio de las pugnas internas del MAS y la rearticulación de fuerzas reaccionarias que pretenden aprovechar el momento. En tal escenario, se hace cada vez más evidente la necesidad de poner en pie un partido revolucionario de la clase trabajadora que le dispute el campo político tanto a las variantes pro-burguesas al interior del MAS como a la derecha reaccionaria y sus grupos de choque.
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