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3 de noviembre de 2024 Twitter Faceboock

Ideas de Izquierda
A 50 años del asesinato de César Robles: pinceladas de una vida y generación revolucionaria
Andrea Robles | @RoblesAndrea

Hace 50 años, el 3 de noviembre, César Robles fue secuestrado y asesinado por un comando de la Triple A. Su vida fue apagada por la reacción más atroz del gobierno peronista, solo superada por la dictadura militar. Terminaban con la vida de un dirigente del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), que abrazó la causa de la revolución socialista desde muy joven, partícipe de toda una generación, atravesó agudos acontecimientos que marcaron la historia argentina. Este texto sobre la trayectoria militante de mi padre lo elaboré en base a testimonios, cartas, documentos y publicaciones.

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A mi querida compañera y amiga Grace: Me enteré por una notita de Mirta que goza de buena salud y, lo que es más importante aún, que sigue con el mismo entusiasmo de siempre nuestros ideales y nuestra dura marcha de peregrinos, “Dos pasos adelante y uno atrás”, hacia la revolución y la humanidad socialista… esa lucha es la única que justifica, alegra y desaliena, aunque también provoca trágicos dolores… le digo esto porque la pérdida de nuestro César fue sin lugar a dudas una tragedia para todos nosotros, sus familiares y sus amigos entrañables… ya que junto con Arturo eran indudablemente los mejores dirigentes de lejos del partido [1] [Carta de Nahuel Moreno a Graciela Polito, suegra de César, 1/9/86].

Hace 50 años, el 3 de noviembre, César Robles fue secuestrado por un comando de la Triple A, en Primera Junta de Capital Federal y, pocas horas después, acribillado en el barrio de Flores. Con 36 años, terminaban con la vida de un militante trotskista que abrazó y luchó por la causa del socialismo desde muy joven, participe de toda una generación, dio lo mejor de sí para ello.

La historia que voy a contar no pretende ser una historia acabada ni mucho menos, es un esbozo acerca de la biografía de mi padre [2], dirigente de la corriente trotskista dirigida por Nahuel Moreno [3]. Una narración construida con los cimientos de testimonios de quienes militaron con César, de sus cartas personales, en base a publicaciones y documentos de la organización [4]. Traté como en los rompecabezas de unir las piezas de un todo, de quince años, entre 1958 y 1974, de una vida de lucha por la revolución en agudos acontecimientos de la clase obrera argentina, del movimiento estudiantil y los sectores populares, que aquí veremos en contexto.

Las posiciones políticas y las acciones a las que mi padre adhirió con pasión no significan necesariamente mi adhesión. No obstante, con seguridad, su militancia estaba impulsada por un fuerte y despojado anhelo personal hacia la revolución que espero con tesón poder trasmitir. Con sus aciertos y sus errores, por sus objetivos últimos, esta tradición se ganó un lugar en la historia de nuestra clase obrera. Indudablemente, mi padre, sobre todo, pero mi madre y mi abuela, como amigas y colaboradoras del partido también, fueron fuente de inspiración de mi militancia en las filas del trotskismo desde los 16 años recién cumplidos hasta el día hoy. De ahí este humilde texto a modo de homenaje a 50 años del asesinato de César Robles.

Los inicios: la lucha estudiantil “Laica o libre” y el vuelco al movimiento obrero

César nació en Capital Federal, el 25 de agosto de 1938, siendo el tercero de seis hermanos. Cuando el menor de los hermanos estaba por nacer, su padre consiguió trabajo en la Municipalidad de La Plata, por lo que toda la familia se instaló en esa ciudad. Los cinco hijos varones fueron al Colegio San José, un colegio tradicional de curas. Luego que terminó el secundario César comenzó a estudiar en la Facultad de Odontología en la Universidad de Buenos Aires en 1957.

Su actividad militante comenzó cuando César con 20 años participó de una de las luchas educativas más importantes de la historia del país. Conocida bajo el nombre de “Laica o libre”, a raíz de la intención del gobierno de Arturo Frondizi, en 1958, de reglamentar la creación de universidades privadas, detrás de la cual se encontraba la Iglesia católica. Visto como una amenaza al sistema universitario público y laico, y un nuevo retroceso respecto a la Reforma Universitaria de 1918, las organizaciones estudiantiles, docentes y egresados llevaron a cabo movilizaciones multitudinarias en la mayoría de las ciudades.

Finalmente fue aprobada por el Parlamento, pero para Frondizi tuvo un alto costo político: liquidó a las agrupaciones estudiantiles universitarias afines a él y restó buena parte del apoyo que los sectores intelectuales le habían brindado y que habían constituido la base social del régimen libertador. Significó el quiebre de parte de la alianza social que sostenía al gobierno frondizista. Su importancia en la historia del movimiento obrero radica en que constituyó, además, un punto de partida, aunque aún embrionario, de una nueva alianza de clases entre sectores medios, juveniles y estudiantiles con sectores de trabajadores.

Fue a partir de esta lucha que César se vinculó a Palabra Obrera, la organización dirigida por Nahuel Moreno. Si bien Palabra Obrera no logró tener una gran participación en 1958, la ruptura del estudiantado con el frondizismo les permitió ligarse a parte de su vanguardia y ganar para el partido a una camada importante de dirigentes estudiantiles universitarios principalmente de La Plata. Uno de ellos fue Carlos Schiavello, de la Facultad de Ingeniería y presidente de la Federación Universitaria (FULP), “Producto de esa ligazón, Palabra Obrera incorporó también a otros militantes estudiantiles que luego se transformaron en importantes dirigentes y cuadros del partido, como el propio Arturo Gómez (vocal del Centro de Estudiantes de Derecho), Alejandro Dabat (secretario de la FULP), el "Zambo" Lombardi, entre otros. César participó en La Plata y también en el conflicto de la Facultad de Odontología, provocado por el intento de reemplazar a su decano, opuesto al rector Risieri Frondizi, el hermano del presidente [5].

–Mirta: En Odontología, estudió durante cuatro años. Cuando lo conocí [entre 1961/2] vivía en el altillo de una farmacia que tenía el padre de un compañero del partido. Era muy coherente, se levantaba muy temprano para ir a la Facultad, se vestía con chaleco todavía, que por ejemplo Renato –su cuñado y también militante de Palabra Obrera– no usaba, mandaba a limpiar las camisas aparte, siempre planchadas, impecables. Trabajaba en Vialidad y tenía un sucucho donde iba a estudiar y por eso lo echaron. Lo descubrieron y se armó lío porque no trabajaba”.
–[AR] ¿Estudiaba para la facultad?
–Nooo, marxismo, qué odontología.
–¿Y después lo rentó el Partido?
–Al principio no. Ahí lo apoyaron los hermanos, cómo podía hacer César para militar mucho y no trabajar en un trabajo estable. El Negro [el hermano mayor de César, NdA [6]] era visitador médico, y le daban unas leches para niños a las que tu padre con mucho cuidado les borraba la etiqueta de “muestra gratis” y las vendía en farmacias. Y con eso sobrevivía. Trabajó mucho de eso, dos o tres años yo creo, y pasó un período de mucha pobreza, después con la renta también.

César y Mirta (cesarrobles.org.ar).

Al año de esos acontecimientos Palabra Obrera abrió una discusión sobre el carácter y la orientación del estudiantado: "Nosotros creemos que el estudiantado en el país refleja en su conjunto a la sociedad en forma invertida, con todas sus contradicciones al rojo vivo; a pesar que está integrado en su mayoría por elementos provenientes de la clase media, ya que esta clase es la más numerosa de la sociedad… Complemento de toda nuestra actividad como estudiantes revolucionarios, cuya estrategia para el movimiento obrero no consiste en hacer propaganda a favor del movimiento obrero, sino en militar como estudiantes revolucionarios en el seno del movimiento obrero, ligando a él a los mejores activistas estudiantiles, sin dejar de ser estudiantes, tratando de ganar los Centros, las Federaciones y las Agrupaciones, pero para poder así servir mejor al movimiento obrero, utilizando todo esto como medio para fortalecer a la corriente revolucionaria” [7].

–Pedro Pujals [8]: Yo empecé a militar en ‘61-‘62 en Palabra Obrera. Antes en el ‘58 en el movimiento estudiantil, hubo la "Laica o libre", en Pergamino. Con mi hermano [Luis Pujals [9]], que fue dirigente del ERP, teníamos un grupo de jóvenes, entre anarquistas y marxistas, que nos llamábamos Movimiento de Acción Reformista, en homenaje a la reforma del 18, teníamos periódico incluso. Y en esa época ocupamos todas las universidades. El ’58 fue una fragua para la generación... Cuando vine a Buenos Aires a estudiar retomé la militancia más a fondo siempre con Palabra Obrera y mi hermano, que se fue para Rosario, también. Yo estaba en Agronomía, una facultad bastante derechosa, pero empecé a construir un equipo. Vivía en Chacarita, a César lo conocí para ir a hacer un volanteo en una fábrica... Después yo dejé la facultad y me proletaricé en Pirelli. Pasé a militar con César porque yo me fui a vivir a Villa Urquiza y me había casado con una compañera de mi pueblo que después se fue al ERP también. Mi casa también era el archivo del Partido y se hacían las reuniones del [Comité] Ejecutivo [10]. César ya estaba en el Ejecutivo, estamos hablando del ‘64. Tu viejo tomaba parte de Capital o toda Capital, no me acuerdo bien. Militamos juntos en la zona norte del gran Buenos Aires, donde estaban Phillips, Sudamtex, Grafa… César tenía una gran autoridad, conocíamos a los delegados, discutíamos con ellos… Y el piqueteo del fin de semana, eso era religioso, y ahí éramos un grupo de unos seis o siete compañeros de Capital que hacíamos los piqueteos por la zona, a veces en Bajo Flores o por Núñez, había una villa por ahí cerca.

–Renato Pozzi [11]: A medida que íbamos militando en Palabra Obrera algunos decidimos proletarizarnos… Y yo entré a trabajar –primero hice un curso con mi cuñado Alvin de tornero, que íbamos también con tu padre– a un taller muy chico ahí en Puente Saavedra. Piqueteábamos muchas fábricas metalúrgicas y textiles de la zona. Sudamtex, Grafa, Fapesa (Philips)… Éramos un equipo en el que también estaba César, que venía de la Facultad de Odontología. Ernesto González [12] discutía con nosotros por la dirección. Después se amplió a Vicente López, Florida, San Martín. También estuvimos ligados a la seccional Alianza del FFCC San Martín, cuando la huelga contra Frondizi [1961]. En San Martín se creó una multisectorial de obreros metalúrgicos, textiles, ferroviarios para apoyar la huelga, hicimos operativos, quemamos uno o dos colectivos para paralizar el transporte, detenidos, sin gente.
–[AR] Y ¿César estaba en esos momentos?
–Si, si estaba. Me acuerdo que él no participó en esa reunión que hicimos en San Martin, la de la Multisectorial de laburantes y después se lamentaba porque no había estado. Era una seccional muy combativa, que se dio la línea de parar el transporte público para evitar que rompieran la huelga… Después vino el Plan Conintes.

Es la época, desde 1957 hasta los primeros años del ‘60, que Palabra Obrera lanza el entrismo en el peronismo, buscando desde la construcción de la “Línea Dura” del peronismo, del cual John William Cooke era el líder, un “atajo” para construirse en la clase obrera. En agosto de 1959, se cuestionan haber hecho propaganda de las consignas de las 62 Organizaciones, sin ver las necesidades de lucha planteadas (como la carestía de la vida), “habiendo caído inconscientemente en el juego de la burocracia sindical” [13]. Como veremos más adelante a partir de los primeros años de la década de 1960, Palabra Obrera, adoptaría la orientación de proletarización, pero antes párrafo aparte merece la Revolución cubana.

El impacto de la Revolución cubana

El proceso de recomposición de las fuerzas estudiantiles durante la "Laica o libre" se vio multiplicado, desde mediados de 1959, por la influencia de la Revolución cubana. En todos los partidos aparecieron tendencias que simpatizaban o se solidarizaban con Cuba contra la agresión yanqui, o que eran abiertamente procastristas. Los intentos de las direcciones estalinistas de demostrar la "excepcionalidad" de Cuba, chocaron con las concepciones de Castro, y especialmente de Guevara, quien abiertamente polemizó con el "reformismo" de los partidos comunistas latinoamericanos. “En la Argentina, a partir de 1961, la crisis se hizo pública con el surgimiento de lo que fue llamado el ’portantierismo’ (por la figura de uno de sus principales intelectuales Juan Carlos Portantiero), calificación que fue aplicada por la dirección del PC a distintos cuadros y grupos disidentes no necesariamente concordantes con las posiciones que en ese entonces mantenía Portantiero” [14].

–Orlando Mattolini [15]: Yo empecé a militar en 1955 en el PC, en la FJC [Federación Juvenil Comunista]… Las cuestiones más importantes que hicimos fue la "Laica o libre" en el ’58 y acciones de apoyo a la Revolución cubana antes que tomara el poder Castro… Y después nos vinimos a estudiar a Buenos Aires, a la Facultad de Ciencias Exactas. Muy impactados por todo el proceso del “Sputnik” y el comienzo de la carrera espacial, donde Rusia iba un poco a la delantera, se había dado el proceso del “kruschevismo”. Ahí a nosotros nos echan en marzo de 1963… la ruptura esa, en el año ’63, se polarizó. Un ala más proestalinista, que era la de Rodríguez; Portantiero quedó por ahí; un sector se fue a PO [Política Obrera, grupo recientemente formado, dirigido por Jorge Altamira] y nosotros seguimos medio en la cuestión estudiantil. Hasta que en 1965 el partido morenista, Palabra Obrera, nos contactó y Salvador Amato [dirigente de Farmacia y Bioquímica], que fue un dirigente colosal del movimiento estudiantil, terminó captándonos a todo el grupo de Exactas: Federico Álvarez Rojas y su compañera, que era Hilda Leikis [16], Dorita que era mi mujer en aquel entonces, después entró Orestes, Mercedes [Petit] y al año ingresó Aldo Casas. Fue la captación más importante del morenismo después de una que no conocí que fue la de La Plata (la de Schiavello, Dabat y todos esos).

En 1962, Palabra Obrera se vio inmersa en una desviación militarista, putchista, que planteó la preparación militar del partido para la lucha armada. Bajo el fundamento de que “El aplastante triunfo peronista en las elecciones del 18 ha modificado sustancialmente, a escala nacional, las perspectivas revolucionarias. Estas existían regionalmente a partir de la generalización de la ocupación de ingenios en Tucumán, pero el triunfo electoral y la no entrega a los candidatos triunfantes hace que adopten características nacionales. Se cierra así la etapa de la lucha electoral, iniciada a partir del retroceso del movimiento obrero y de la estabilización del gobierno de Frondizi y se abre una etapa totalmente nueva de características insurreccionales con condiciones para la lucha armada" [17].

Durante esta etapa, la participación de la corriente internacional encabezada por Nahuel Moreno, el Secretariado Latinoamericano del Trotskismo Ortodoxo (SLATO), llevó a los trotskistas argentinos a participar en actividades en los dos centros de la lucha de clases más álgidos de la década en América latina: Perú y Cuba. “En el primer caso, Palabra Obrera y el SLATO acompañaron la experiencia dirigida por Hugo Blanco, militante peruano de nuestra corriente, en los valles cuzqueños de La Convención y Lares. Blanco actuó como dirigente del levantamiento de características insurreccionales que movilizó a 300.000 campesinos y generó una de las expresiones más profundas del ascenso latinoamericano de la época” [18]. El “Vasco” Bengochea [19], miembro del secretariado de la organización, se puso al frente de esa tarea y posteriormente de los militantes que recibieron preparación militar en Cuba [20].

–Mirta: Cuando empecé a salir con tu papá, había un grupo que estaba armando distintas cosas, irse al Tigre, practicar tiro y esas cosas… era todo un proyecto que tenían, pero al final no se hizo.

–Juan Carlos Robles: … el Vasco se une con Moreno y resuelven dividir al partido y el Vasco pide a una serie de compañeros, entre ellos a César y a dos o tres más, ahí fue cuando César empieza a ir al Tigre a hacer prácticas…” [21].

En su estadía en Cuba, Bengochea entabla una importante relación con el "Che" Guevara y el proceso mismo de la Revolución cubana, que influyó profundamente en el grupo. A su regreso se genera un debate acerca de la teoría de la revolución elaborada por el Che –conocida como "foquismo"– que culminó con su ruptura y la de otros dirigentes, con la intención de integrarse al proyecto de Guevara [22].

Proletarización: las huelgas de Philips, Aceros Sima y el vuelco a la zona norte (1963-1966)

Frente a las elecciones de octubre de 1963, que llevaron a la presidencia al radical Dr. Arturo Illia, Palabra Obrera, como parte aún del peronismo y frente a su proscripción, repudió “la farsa electoral con el voto en blanco si no hay legalidad total para nuestro movimiento peronista…”, defenestrando a la burocracia sindical por lo que, aunque tuviese legalidad, el apoyo sería crítico [23]. Palabra Obrera denunciaba la supuesta salida negociada que prometía el nuevo gobierno, las promesas de legalidad formal del imperialismo y la patronal, aunque anunciaba un respiro respecto a la posibilidad de organización y un incentivo para enfrentar el hambre, la desocupación y la crisis.

En el “Informe de actividades para el plenario del día 8 de junio de 1963” da cuenta de “la corrección de la línea política y de la reestructuración de la dirección nacional para cumplir los objetivos la ligazón y penetración en el movimiento obrero y la ayuda a Latinoamérica, concretamente a Hugo blanco”. En el Boletín N° 1 (“nuevo período”, 27/9/63), considera “fundamental para esta etapa volver a nuestra vieja consigna de fortificarnos en las Comisiones Internas y Cuerpos de Delegados, para aprovechar a fondo las perspectivas de democracia formal que se inauguran con el triunfo de Illia…”.

La exclusión política del peronismo bajo el gobierno de Illia provoca que la CGT lleve adelante un Plan de Lucha por diversos reclamos legislativos y salariales, en los que llegó a ocupar casi 4.400 establecimientos fabriles en un mes. Sin la menor consulta a las bases, las tomas tuvieron un carácter muy desigual, dependiendo del peso de los activistas y el grado de organización en cada fábrica. Asimismo, se sumará la lucha en las calles del movimiento estudiantil que apoyaba las demandas obreras y por mayor presupuesto educativo [24].

Palabra Obrera analizó que las ocupaciones habían elevado la autoconfianza de la vanguardia y la conciencia de que se puede derrotar a la patronal utilizando medidas cómo las ocupaciones de fábrica pero que no era suficiente para afirmar que se había ingresado en otra etapa: “En Sima, por ejemplo, que venían de una ocupación de padre y señor mío, los compañeros al tener que ocupar burocráticamente no aumentaron su entusiasmo aunque sí advirtieron el carácter de la dirección burocrática de la seccional. Pero en Philips, por ejemplo las ocupaciones, y fundamentalmente la última, tonificó en forma sorprendente, porque demostró lo que se puede hacer, desarrolló la solidaridad, el ingenio, la iniciativa, etc. Por eso hoy día los compañeros de Philips están dispuestos a lanzarse a cualquier acción...” [25]

–Renato: César estuvo más ligado al conflicto de Acero Sima, en San Martín, en la fábrica que hacía aceros ultraespeciales para la construcción, era propiedad de un húngaro, un húngaro anticomunista, por supuesto…Era una fábrica de 500 obreros pero muy combativos. La burocracia lo bombeó, por supuesto, pero quedó una experiencia.

–Nora Ciapponi [26]: Ingresé a Palabra Obrera, en 1962, tenía 19 años… Yo entré a la fábrica Hidrófila, en 1963, y en el mismo período acá vino un compañero que valió oro, un dirigente metalúrgico de Bahía Blanca y se vino a vivir acá y era del partido, [Mario] Serra... Hubo dos tomas de fábrica en Aceros Sima. Yo en la primera no estuve, la segunda también fue re pesada, dónde tomaron de rehén al sobrino del dueño, estuve volcada con César. Ahí el dirigente que teníamos se llamaba Núñez, que era un capo, muy querido por sus compañeros, lo ganamos para el partido, era un orgullo tenerlo… Hubo varias huelgas, varias ocupaciones de fábrica, nosotros buscábamos la solidaridad con otras fábricas y frenábamos a los rompehuelgas.

Conflicto en Aceros Sima (1964).

–Pedro Pujals: El trabajo más apasionado que hizo César fue en la fábrica Philips, ahí lo acompañé varias veces. Era la fábrica de Vandor, era una fábrica histórica metalúrgica combativa. Y había surgido una dirección un poco más independiente de Vandor y ahí estábamos por eso nosotros, haciendo un trabajo desde afuera, e íbamos a volantear y a vender periódico, fuimos muchas veces. César era muy persistente, no abandonaba el barco nunca y entonces se relacionaba.

La organización, en 1963, cuenta con 350 o 400 militantes aproximadamente. Un mapeo del trabajo político en el movimiento obrero da cuenta que aún es inicial en la gran mayoría de las zonas: “En Vicente López, en San Martín qué componen en ese momento la zona norte, con un equipo de cuatro compañeros, dos en cada zona, con posibilidades inmediatas ni bien se comiencen consolidar los nuevos trabajos abiertos”. Menciona el trabajo político en Capital, en Philips, en Grafa… La Plata es una de las zonas más fuertes “cuenta con 40 militantes con un gran prestigio de todos nuestros compañeros y de la organización es una de las zonas que más periódicos reparten” [27].

–Nora Ciapponi: Había habido una línea proguerrillera, el partido se desbanda y Moreno plantea “hay que ir a la clase obrera, nosotros somos eso”. Nosotros los potenciales cuadros, éramos muy elementales. Todos los jóvenes que estábamos en la organización, ya destruida prácticamente, fuimos los que provocamos el giro al movimiento obrero. Es así que Rubén Bonet, el que matan en Trelew, va a Sudamtex, Pedro Pujals entra a Pirelli, el gordo Fierro fue a La Matanza y yo, a Alpargatas primero y, luego como dije, a Hidrófila. Y el Negro César es el que, por el trabajo en Philips, desde afuera, va encarando el trabajo del movimiento obrero ya como responsable nacional… A los 10 meses salgo delegada de la sección tejeduría, hasta ese momento estuve sola, no había reuniones ni nada. Y al poco tiempo de salir delegada lo conozco a César porque lo mandan a zona norte... Tiempo después hubo otros compañeros... Pero los que fundamos zona norte fuimos César y yo. Yo salía a las 14 hs. de la fábrica y hacíamos trabajo en las metalúrgicas, lo que se llama “peinar”. Y ahí “peinábamos” y establecíamos relación con activistas, una tarea re paciente. No íbamos a la Capital más que para las reuniones. Íbamos con los obreros al cine, en un momento en que los obreros iban al cine, dado que el movimiento obrero de aquella época tenía más nivel cultural, no como tarea, de paso veíamos las películas que nos interesaba. No concebíamos otra forma de vida.

–Orestes [28]: Había escuela de cuadros y algunas eran bastante morrocotudas, era la lógica de Hegel [29], eran tipo seminario, no se exponía nada, se decía a ver que dice Hegel acá… Yo milité con tu papá en la zona norte. En verano, las zonas estudiantiles, se repartían para ir a militar en las zonas obreras y nos integrábamos a un equipo de la zona. Hubo un período en el que llamaban a abrir fábricas, peinar. Militaba a la par de un compañero que sí era obrero, e íbamos a ASTARSA [Tigre], que era un astillero.

–Orlando Mattolini: Tu viejo para aquél entonces dentro del morenismo fue uno de los tipos que le interesaba el estudio… Por ejemplo, tu viejo, yo recuerdo porque fui a uno de los cursos, después de la ruptura con Santucho [1968], hacíamos cursos sobre el problema de lucha armada, la teoría. Y tu viejo para preparar el curso estudió la obra de Clausewitz (por cuya obra tenía una especial atención y admiración), por la obra del Che Guevara a quien combatió en sus concepciones foquistas, también Durruti, las acciones del anarquismo con diferencia a la guerrilla… Por ejemplo, Perry Anderson recién se conocía, tu viejo fue uno de los que lo estudió, Althusser, Poulantzas, Gunder Frank. Lo que te quiero decir, que tu viejo no era un tipo de “pura acción”.

–Pedro Pujals: Yo hice una escuela con él. Esa famosa escuela donde él dio el curso sobre técnicas militares, la batalla de la insurrección de Angola, la batalla de José María Paz y una serie de cosas militares, creo que en el ‘69. Esa escuela se hizo en Mar del Plata, en la verdulería que tenía el hermano de César, Arturito, en el sótano, creo que fue una de las que se hizo ahí entre las bolsas de papa. Fue un curso brillante de César, yo quede impactado.

–Mirta: Antes de separarnos [en 1968] se hicieron muchas escuelitas en la casa [de Devoto], en verano, venían un montón. Estudiaban Piaget, estructuralismo… La casa se empezó a usar mucho, porque era una casa grande y la abuelita [Graciela] era muy permisiva y yo también, así que estaba bárbaro. Nahuel Moreno vino cuando se pasó a la clandestinidad [30], hasta que le consiguieron una casa, se quedó en el garaje tres días, no podíamos ofrecerle otra cosa. También se trajeron libros para quemar [con la dictadura de Onganía]”.

La dictadura de Onganía y la huelga portuaria

A fines de 1963 comenzó el abandono de la táctica entrista en el peronismo [31], que cambió por el planteo del “frente único revolucionario” dirigido a la construcción del "Partido Único de la Revolución". Producto de esa orientación y en el marco de una experiencia común [32] se avanzó en la formación del Partido Unificado FRIP [33]-Palabra Obrera. A comienzos de 1965, se lleva a cabo la fusión y se funda el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). El objetivo del morenismo era influir en la crisis del estalinismo y los viejos partidos que habían dado pie a que surgieran numerosos grupos, pero que estuvieran dispuestos a ligarse al movimiento obrero y sus luchas. De esta forma, el grupo argentino se ponía a tono con la línea de acercamiento al castro-guevarismo que había marcado el Congreso de Reunificación de un sector del trotskismo alrededor del Secretariado Unificado de la IV Internacional [34].

Un año después, la dictadura militar de Onganía llegó con el propósito de fortalecer un nuevo dominio a favor de las clases dominantes, de neocolonización del imperialismo norteamericano. Nahuel Moreno, en el folleto La lucha recién comienza, plantea que se inicia “un nuevo régimen que definimos como bonapartismo clásico en su variante nacional”. Prevé que debido a “La crisis de estructura del régimen burgués argentino, la crisis sin salida del imperialismo yankee en Vietnam y el mundo, y dentro de sus propias fronteras, el curso pre revolucionario general en nuestro continente, cuya vanguardia son las guerrillas guatemaltecas y colombiana, impedirán la estabilidad del régimen argentino y por lo tanto harán que el actual retroceso no se prolongue por mucho tiempo... Es por eso que contradictoriamente [porque el movimiento obrero venía en retroceso] la nueva situación abre enormes posibilidades a nuestro partido, al mismo tiempo que graves peligros”, particularizando la formación de una dirección revolucionaria por medidas voluntaristas, separadas del movimiento de masas [35].

La “Revolución Argentina” –como se autodenominó– concitó también el apoyo de la CGT, liderada por Augusto Vandor, y el del propio Perón, que ordenó “desensillar hasta que aclare”. Los programas de racionalización [36] del Estado provocaron despidos y cierres de industrias enteras del sector público, pero también afectaron al sector privado. La dictadura también arremetió contra la autonomía universitaria, y la noche del 29 de julio de 1966, tropas de la Policía Federal ocuparon por la fuerza la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA, reprimiendo a autoridades, docentes y estudiantes (hecho que pasó a la historia como “La Noche de los Bastones Largos”).

En los sectores más afectados por los planes de la dictadura se desarrollaron conflictos y lucha duras, como azucareros –donde el PRT va a jugar un papel importante en la resistencia de sus trabajadores contra la intervención de ocho ingenios–, ferroviarios y portuarios, que alimentaron el descontento, y a veces el enfrentamiento directo con las direcciones sindicales por su responsabilidad en la derrota y colaboración con la dictadura.

–Orlando Mattolini: En 1966, hay una huelga fundamental en Buenos Aires, la huelga de mayor resistencia a Onganía que es la de portuarios [37]. Tu viejo dirigía la intervención del partido en la huelga, en la zona sur de Capital y conurbano. La Regional Sur la constituíamos unos 20 militantes, que abarcábamos desde Pompeya hasta Berazategui. Militábamos de sol a sol durante esta huelga. Aunque ya lo tenía visto y oído en reuniones anteriores, fue durante las tareas de apoyo a este conflicto cuando realmente conocí a César. Recuerdo cómo me impresionó, integrando con otros huelguistas un piquete que él dirigía, la gran rudeza con que se actuó para poner en fuga a los carneros.

–Chiquito Moya: Oscar [Prada, Sergio Domecq [38]] tuvo un rol importante en la huelga portuaria y, ojo, tu viejo también, pero él estaba en Capital y zona sur. Yo estaba en Berisso, que era también un puerto bastante importante, nos hicimos muy fuertes durante la huelga que duró mucho tiempo, casi dos meses. Ahí a nosotros se nos prendió la lamparita con la “intervilla” que se organizaba en los lugares de dormitorio [de los trabajadores portuarios]… Sé que Sergio surgió de esa huelga con mucha fuerza.

En un texto, al comienzo de la huelga [39], el Secretariado de Intervillas afirma que existen “dos líneas en cuanto a la conducción del conflicto. Una de ellas personificada en el cura Alberto, que llevaba permanentemente a confiar en los dirigentes del SUPA [Sindicato Unidos Portuarios Argentinos]... Y la otra representada por los otros dos asesores, Oscar y César, que planteaban que, si bien no había que romper con la dirección del SUPA sino todo lo contrario buscar una forma de relación, ya sea a través de una coordinadora donde estuvieran los de la vieja Coordinadora, un dirigente de SUPA y los representantes de las villas, pero que no debíamos alentar en los compañeros, menos en la dirección de las villas, la idea de que Telmo Díaz, Ligerito [alias de Mario López Sosa, ambos dirigentes portuarios en la CGT], o cualquier otro darían solución a los problemas que tenía planteada la lucha. Por eso debía existir una permanente independencia a la organización de las villas ya sea a través de las Comisiones de Resistencia como de las Intervillas”.

Periódico La Verdad y la Huelga Portuaria, 14/11/1966.

En un folleto La huelga portuaria y el PRT cuentan: “Por todas las villas se había corrido la voz: el SUPA había concedido una asamblea para discutir con los activistas de las villas. Por primera vez se reúnen en la CGT más de 250 activistas, en representación de cerca de 30 villas. La bronca era grande... La atmósfera se estaba haciendo pesada y ningún dirigente de SUPA se hacía presente... Las voces de los compañeros dijeron a coro que se los vaya a buscar... En vista que no se había nombrado autoridades de la asamblea, por unanimidad, fue propuesto el compañero Óscar. Fue entonces cuando Gutiérrez de Cruzada Renovadora, evidentemente molesto, planteó "aquí no queremos política" y “¿vos sos portuario?”. El compañero Óscar entonces dijo que el único mérito que le cabía era haber ayudado a organizar 14 villas y que eran los compañeros portuarios quienes tenían que decidir si él estaba en condiciones de dirigir o no la asamblea. La respuesta a los compañeros fue un cerrado aplauso”.

Allí se destacó el rol del PRT desde el primer momento y las enseñanzas que dejó el conflicto: “Nuestro partido estuvo a la cabeza del desarrollo de esta conciencia planteando las medidas concretas que le permitiera este avance a la vanguardia. La incorporación de compañeros no portuarios en Intervillas, la lucha contra la burocracia exigiendo el reconocimiento del secretariado de Intervillas, como la dirección de la huelga. La incorporación de los estudiantes a todos los piquetes y villas y la exigencia de comisiones conjuntas de portuarios y, en especial, ferroviarios son la muestra palpable de un esfuerzo tendiente a la superación de los marcos meramente económicos. La incorporación de los más activos compañeros al PRT es para nosotros el otro paso. La comprensión por parte de los mejores activistas que la huelga portuaria se enmarca dentro de un panorama más grande que es el del destino de toda la clase obrera y que esto está ligado a un partido político” [40].

En una desgrabación de 47 páginas del Comité Central donde se profundizan todos los aspectos de la huelga, ante la consulta por el vuelco de la dirección, Prada responde “ha estado el compañero César, del secretariado, yo, el compañero Néstor [López Collazo], responsable de Avellaneda, Jorge, responsable de Norte, Urreta…” [41]. La conclusión de la dirección del Comité Central deja sentado que la huelga portuaria fue la experiencia partidaria más formidable de los últimos años, donde se probó una nueva generación de cuadros y dirigentes" [42].

Huelga portuaria, Diario Crónica, 28-12-66.

La ruptura con Santucho y la división en PRT-El combatiente y el PRT-La Verdad

La derrota de los primeros intentos de resistencia a Onganía, el fortalecimiento de la dictadura y el retroceso del movimiento de masas, y de Tucumán en particular, se combinó con cambios a nivel continental con consecuencias a nivel de la IV Internacional y del PRT. El llamado de la dirección castrista a la Conferencia de Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) y el planteo de impulsar la “guerra civil continental” consiguió el apoyo de la dirección del Secretariado Unificado de la IV Internacional, que va a alentar una política de seguidismo a la dirección castrista. A su vez el PRT entraría en una fuerte disputa fraccional, desde mediados de 1967, que culminaría con la ruptura de la organización a comienzos del año siguiente.

La fracción de Santucho sostuvo la línea de iniciar acciones de tipo guerrillero y que su desarrollo debía “basarse no en un enfrentamiento con la represión sino en acciones de contenido político que permitan un resguardo y apoyo creciente de la población, arriesgando lo mínimo (…) Nuestra tarea debe ser la de mantener estrechos contactos con el proletariado, semiproletariado y campesinado de la zona, eludir combates frontales, realizar acciones en forma esporádica y hacer el eje de la actividad guerrillera la propaganda armada, la penetración, el avance en la población” [43].

En un documento de noviembre de 1967, “La revolución latinoamericana. Argentina y nuestras tareas”, Moreno, por su parte, sostenía que él no negaba la necesidad de la lucha armada, sino que difería respecto de cómo y en qué lugar implementarla. Planteaba que había que integrarse a la OLAS y participar de la “guerra civil continental” pero que todos los esfuerzos para la lucha armada había que concentrarlos en Bolivia. No como cuestión estratégica, sino concreta debido a la posibilidad de que la dirección castrista tomara en serio el combate que decía proponer. Para Moreno la disyuntiva estaba dada por: “Militarizar y armar al partido para desarrollar una estrategia de lucha armada por el poder” o “proletarizar al partido acompañando más que nunca al movimiento obrero en su retroceso” (combinando esto con el ingreso militar a la OLAS) [44].

Al interior del PRT, se fueron conformando dos fracciones, una encabezada por Moreno, “las regionales más ligadas al trabajo sobre el movimiento obrero (en forma casi total la Regional Norte del Gran Buenos Aires, la de La Plata, los compañeros que trabajaban en las fábricas de la zona sur) y los sectores estudiantiles más ligados a ellas (de la Universidad de La Plata y de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA)”. Y otra que expresaba un frente único entre las regionales del norte del país y Litoral, encabezadas por Santucho y Luis Pujals y un sector del aparato partidario dirigido por Sergio Domecq (“Prada”), Helio Prieto (“Candela”) y Alejandro Dabat (“Bernardo”). Este bloque contaba con 16 miembros en el Comité Central mientras el sector de Moreno contaba con 9 [45].

–Pedro Pujals: Hay un Congreso [el tercero, 1967] que se iba a hacer en el sindicato de panaderos [Peluqueros]… y la logística del partido dice que estamos vigilados y que no se puede hacer. Y entonces se hacen cuatro petit congresos [46]. Y uno se hace en tu casa, en Devoto, en la sala de danza que tenía tu vieja [47]. Ya estaba tu hermanito también [David Robles].

–Orlando Mattolini: En la ruptura con Santucho lo más sólido que quedó fue Norte, que lo conducía tu viejo (ahí estaba Aníbal Tesoro, Nora Ciapponi, pero el dirigente era tu viejo). Y La Plata que quedó bastante sólida, donde estaba Arturo Gómez y Mario Doglio… que fue lo más fuerte que quedó. Y la zona Sur, nosotros. Ahí estaba Néstor López, Rabino que murió, que era también de la interna de Centenera y yo, que fuimos los que nos bancamos la pelea directa con Santucho, con Prada que era el secretario general, con el Vasco, Urreta y nosotros le ganamos...

La ruptura se definió finalmente a comienzos de 1968, con la realización de los congresos por separado [48].

César con sus hijos (cesarrobles.org.ar).

Córdoba (1970-1974)

–Orlando: El problema clave [de la ruptura con Santucho] fue que en el interior nosotros habíamos quedado completamente pelados. Por ejemplo, Córdoba nos quedó un contacto y un mimeógrafo escondido, nada más. Nos perdimos el Cordobazo… Entonces acá hay una anécdota interesante con tu viejo. Se da el Congreso de la [IV] Internacional y Moreno y Ernesto González viajan. La dirección queda en manos de César y Arturo. Y me dicen a mí si no podía hacer una visita a Córdoba y Tucumán… Fui más o menos 6 días… vi que había una efervescencia, que seguía el Cordobazo, distintas manifestaciones de ascenso… La ultra ya se veía que pisaba fuerte, sobre todo el ERP que se había ganado a todo el morenismo, el dirigente era “Mingo” Mena. Yo vuelvo a la fábrica y a la semana me cita tu viejo. Y me dice: “Lo de Córdoba ya es una cuestión que hay que dar una respuesta… hay que buscar una manera de reconstruir la regional, por tu informe hay condiciones objetivas interesantes, habrá que ir haciéndolo despacio… Hemos pensado que tendrías que irte vos”. A lo cual yo me agarro a las patadas con tu viejo: “yo vengo en camino directo a ser delegado y seguro a comisión interna… Tu viejo me dio una paliza descomunal. Me dijo la verdad que eso es secundario frente al problema de construir el partido. Y yo seguí insistiendo que quería volver a ser interna de SIAT. Entonces tu viejo me decía, la verdad es que vos sos un pequeño burgués recalcitrante porque ser delegado de una interna de una fábrica de mil y pico es secundario frente al problema fundamental que es la construcción del partido revolucionario. Nuestra posición es que te tenés que ir. Esto habrá sido a fines de octubre, principios de noviembre de 1969. Lo cual yo quedé con una crisis brutal. Pero en aquél entonces, uno creía en muchas cosas, al final yo dije “agarro viaje y me voy”.

–Tu viejo llegó a los pocos días de empezada la huelga [SMATA, mayo de 1970], 10 o 12 días, no mucho más, a dar una mano. Se transformó en un conflicto que empezó a tener efectos nacionales… Nosotros no entrábamos por ningún lado en la huelga, hicimos de todo para entrar a la huelga. Con el periódico nos sacaban carpiendo, en el SMATA también… Con Liliana nos fuimos a Santa Isabel, con dos o tres más, impulsamos la olla popular… nos íbamos a buscar huesos a una especie de matadero, conseguíamos un poco de verdura y nos lo daban gratis. Llegamos hacia las ocupaciones generales de Torres [secretario general de SMATA Córdoba] con contactos en Perdriel, Santa Isabel y Perkins. Ninguno firme nuestro... Cuando surgen las asambleas decidimos concurrir al sindicato y ligarnos al Comité de Apoyo, tomar contacto con los activistas y a apoyar las tareas que hicieran, es el sector fundamental de la huelga… nuestro contacto es diario con las asambleas del sindicato y lo hacemos de muy variadas formas… Tu padre dijo que era sacerdote tercermundista para ingresar a la asamblea.

El conflicto duró unos 40 días y al final fue derrotado, pero no aplastado. En septiembre, Orlando y César escriben un folleto de 25 páginas de balance sobre la derrota de la huelga del SMATA y las perspectivas, de debate con las corrientes obreras y estudiantiles, “todo esto, con el siguiente objetivo: asimilar verdaderamente las lecciones, y afilar las herramientas de lucha contra la dictadura, el capitalismo, el imperialismo y la burocracia sindical” [49].

César con Ricardo Miravet a la izquierda, con gorro de pie, Raúl Bassi, y otros compañeros en el local de Humberto Primo y Avellaneda, Córdoba, fines 1972 (cesarrobles.org.ar).

Se inicia un conflicto en FIAT. César y Orlando, de la dirección de Córdoba, informan en el mencionado Comité Central que “hay un cuerpo de delegados e interna nuevos, en principio, los caracterizamos como clasistas…Hemos ido a la puerta de fábrica y se han hecho contactos con el folleto, se vendieron 100 en muy poco tiempo. Esta experiencia ha embalado mucho a los compañeros”. Comenzaba a gestarse el Segundo Cordobazo o Viborazo encabezado por el clasista SITRAC-SITRAM. Si el primero había tirado a Onganía, este lo haría con Levingston.

SITRAC-SITRAM, el triunfo de enero y el Viborazo

–Petiso Páez [50]: Luego del Cordobazo se produce nuestra inserción en las huelgas que se venían dando y también en el movimiento sindical organizado que acá en Córdoba provoca una división de parte del conjunto de la dirección que había de peronistas. Vale la aclaración porque había un grupo que se denominaba independientes, que no eran peronistas, liderados por Tosco de Luz y Fuerza, petroleros privados, Morelli de gráficos, Balian, un radical, y otros socialatas (popular, democrático de Ghioldi). Pero que, con las banderas del socialismo, sin tener posiciones revolucionarias, estaban en contra, más que nada de un lado gorila, del peronismo; y del otro lado, tenían que levantar una bandera social dentro de su gremio. Ellos estaban ligados a los gremios independientes del peronismo. Hay una división profunda de los peronistas, de las 62 organizaciones, porque el Cordobazo había provocado el apoyo de algunos y de otros no, entre combativos y ortodoxos… Cuando SITRAC-SITRAM toma la dirección con tomas de fábrica nosotros empezamos a tomar la posición, ni con uno ni con otro, ni con los independientes ni con los legalistas (los otros, los ortodoxos, desde ya que no). Pero acordábamos en los plenarios, paros, movilizaciones, pero no en cuanto a apoyar, esas huevadas… el retorno, del general Perón. Y nos empezamos a definir con un perfil socialista, que nos llevaba a tomar definiciones de clase. Empezamos a señalar que la única salida que tiene el movimiento obrero es por el socialismo. Nos empiezan a preguntar en una asamblea muy grande y Flores hace toda una intervención diciendo porqué nos definíamos por el socialismo (un sindicato de vanguardia). Y explica las diferencias entre capitalismo y socialismo, es muy ovacionado… “La fábrica no son de ellos son de todos nosotros porque somos los que venimos a laburar, los señores de Italia no vienen a laburar acá y los que ven por acá no laburan. La ganancia tiene que ser para nosotros. ¿Por qué, acaso ustedes tienen casa, auto como tienen ellos? Nosotros no tenemos nada y dejamos acá los huesos”. Lo explica muy bien. Hay una definición tan clara, inconsciente. Pero entonces se va ganando una vanguardia que la traducimos nosotros con algo muy poderoso: un cuerpo de delegados, nosotros éramos 7 y 21 de la comisión directiva. Impulsamos un cuerpo delegados, de todas las secciones, antes era de 18 o 20, y por número que correspondía, pasó a ser de 120. Un cuerpo de delegados poderosísimo. Respetábamos el mandato que traían de sus líneas. Entonces se crea un quilombo espectacular, democrático. Porque al abrir la democracia dentro de una fábrica, respetar la voluntad de las bases, unos querían esto, otros querían lo otro, hay líneas que se paran porque los tachos están sucios, porque no tienen guantes, porque falta protección en las máquinas, por las condiciones insalubres. Nosotros emplazábamos 20, 24, 32 horas para poner esto… corrían los gringos. Nosotros impulsábamos las marchas dentro de la fábrica. Era una democracia salvaje, democracia pura, democracia obrera. Eran los ’70, ’71. La libertad que tuvimos en esos dos años no se podía creer.

Toma de fábrica FIAT, 14-1-71.

El año se inicia con un conflicto provocado por la patronal con el despido de dos delegados y un activista, a mediados de diciembre, porque habían "agarrado a patadas a un carnero y alcahuete dentro de la fábrica". Y el 13 de enero la patronal despidió a siete integrantes de la Comisión Interna del SITRAC. A partir de allí, “Unos 2.500 obreros retuvieron a más de 200 empleados y unos 80 jefes… La atención aumentaba y la planta se transformó en un baluarte inexpugnable. Y entonces a partir de esa medida obrera, primero, toda Córdoba y, poco a poco, el país entero, empezó a girar alrededor del ‘conflicto Fiat’. Las radios cordobesas, la gobernación, los sindicatos, Levingston, López Aufranc [51], Lanusse, los soldados y la policía, el estudiantado, los obreros de SMATA y los que no lo son, la burocracia obrera, todos comenzaron a tener que ver con Fiat, aunque no lo quisieran. Los obreros habían decidido imponer sus derechos como en aquella gloriosa ocupación de mayo. ¡Y nuevamente era Fiat!” [52].

–Petiso Páez: El 14 de enero de 1971 a nosotros nos despiden toda la comisión directiva. Nosotros en vez de responder con nuestros métodos violentos, hacemos una huelga de hambre en una iglesia. La empresa pasa a la ofensiva. Y nosotros dijimos “mierda, nosotros vamos a pasar a la ofensiva”. Massera que es al único que no despiden, porque había estado con parte de enfermo, entra y hace una asamblea general y se toma la fábrica. Entramos y se hizo la toma de fábrica más violenta, con rehenes en los lugares claves, amenaza de muerte y desde afuera, presionando, la gendarmería que entraba, si o si esa noche. Y rodeando toda la fábrica, la policía. Nosotros aumentamos la apuesta, sacamos a los directivos, a un jefe de personal, al jefe de la guardia y a un jefe de los médicos (un hijo de puta que mandaba a trabajar a los obreros con una pichicata para que se sintieran mejor) y los amenazamos con matarlos. Tirarlos desde arriba del edificio de la dirección… Venían todas las organizaciones para entrar. Ya habíamos hecho una asamblea de que no abandonábamos. Y yo estoy adentro de la fábrica cuando me llaman de que hay un problema en la fábrica y yo estaba encargado. Salgo a la puerta y el mingo Mena, que era el segundo de Santucho, estaba discutiendo con tu padre… Yo al Negro [César] lo conocía porque había ido al sindicato; él, Orlando, otras pibas que habían ganado de acá, Liliana y la famosa Loba (una gran piba, valiosísima). Como el Negro había ido con Orlando a charlar con la Comisión Directiva, siempre diciendo lo que ellos opinaban, un trato distinto, nada pedante. El Mingo Mena me dijo: “Estos son los que han intentado romper la organización revolucionaria, que el PRT… y que se yo”. Bueno, le dije, pero eso síganlo discutiendo cuando quieran, pero ¿ustedes qué quieren? “Mire compañero”, me dice tu viejo, “estuve en el sindicato, usted me ubica”, sí le dije, “nosotros queremos entrar adentro de la fábrica, defenderlos a ustedes, si hay que barrer, limpiar, servirles café, estamos al servicio de ustedes, lo que ustedes digan. Ojo, si hay que agarrar un fierro también, vos sabés –le dijo al Mingo– que sabemos manejarlos”… Esa polémica, en la puerta de la fábrica, se terminó ahí. Yo jodía con varios delegados que también les caía para mal la actitud del PRT. Un delegado, Luna, les dijo “el que quiere entrar que entre y si no vayan a discutir a la Universidad”.

El 14, el gobierno anunciaba un inmediato decreto sobre "Estado de Emergencia" para Córdoba y de represión a los ocupantes si no desalojaban a las 3 horas la planta. Hubo negociaciones. La delegación obrera había acordado que se "largarían los retenidos si reincorporaban los despedidos". La noche del jueves al viernes transcurrió en medio de una gran tensión, se esperaba el decreto del gobierno. Los obreros irían largando a los retenidos, uno por uno, no bien firmaran el acta de constancia de que no recibieron malos tratos. Así ante los ojos del jefe de policía fueron saliendo algunas decenas de retenidos. Este hecho reforzó la línea conciliadora del gobierno, mientras que a los obreros les permitió ganar tiempo, pasar la noche.

A las primeras horas del día comenzó a llegar la solidaridad obrera y popular, primero, fueron las mujeres y familiares luego, los militantes de las tendencias estudiantiles pero lo grandioso fue que a partir de las 10 horas de la mañana una columna de 500 obreros de Materfer [53] con carteles llegó hasta la puerta. Inesperadamente otra columna obrera se acercó por la ruta 9, eran 200 obreros de la fábrica Perkins. El dirigente Páez desde la terraza saludó con emocionadas palabras, cuenta la crónica de La Verdad, a su izquierda se puede ver a César Robles (Canal 10 de Córdoba captó todo este momento).

Columna de Materfer llega hasta la puerta de Concord, los obreros saludan el apoyo recibido. Páez lo hace con un discurso emotivo, a su izquierda se puede ver a César (cesarrobles.org.ar).

Simultáneamente habían parado IKA [Renault], Perdriel [54] y todo el movimiento cordobés impulsado por las tendencias y activistas. Cerca del mediodía la burocracia de la CGT anuncia el llamado a un plenario para discutir la solidaridad. El decreto del gobierno no llegaría jamás, “había sido derrotado por la firmeza obrera en la ocupación y la creciente solidaridad obrera en Córdoba... Recién a las 22 se anunció oficialmente que la patronal, el gobierno y los obreros habían llegado a un acuerdo. Fue un triunfo total, se reincorporaron todos” [55].

La situación social y política cordobesa estaba caracterizada por los trabajadores en lucha, el activismo obrero, fábricas ocupadas, huelgas, marchas de estudiantes universitarios e inestabilidad de los gobiernos provinciales, que alimentaban la efervescente movilización popular. En ese contexto, a inicios de marzo de 1971, asume como interventor de la provincia el doctor José Camilo Uriburu, conservador extremo, ferviente católico, profundo anti comunista y sobrino del ex presidente de facto teniente general José Félix Uriburu, designado personalmente por Levingston. El 7 de marzo de 1971, durante la XV Fiesta Nacional del Trigo, Uriburu pronunció un discurso incendiario que echó más leña al fuego, denunciando que había una “siniestra organización antiargentina” que había elegido como epicentro a Córdoba de un importante plan subversivo que “confundida entre la múltiple masa de valores morales que es Córdoba por definición, se anida una venenosa serpiente cuya cabeza, pido a Dios, me depare el honor histórico de cortar de un solo tajo”. Este discurso, junto a la designación de López Aufranc en el III Cuerpo del Ejército, será toda una señal del endurecimiento que se propiciaba.

–[Páez] El segundo [Cordobazo] se dio en marzo y fuimos partícipes directos… Toda la gente del PRT, gente de la línea roja de Palabra Obrera... De Buenos Aires habían mandado a Uriburu que es el que dice que hay que cortar las cabezas de las víboras que había en los sindicatos. Nosotros decidimos tomar la fábrica y abandonarla a las 10 de la mañana. Con marcha a la calle, nos vamos a Ferreyra que es una población cercana, tomamos el pueblo y detienen a un cura del pueblo que estaba con nosotros y eso genera una gran conmoción. Se desata el Viborazo… Cuando tomamos Ferreyra, la policía en la represión mata a un vecino mío, Cepeda [56], un pibe de 17 años y se genera un tumulto en todo Ferreyra. Era un viernes y la CGT se ve obligada a hacer un plenario el sábado a la mañana y nosotros vamos con la propuesta de movilización. El día lunes paro y movilización. Lo hacemos, marchamos hacia el centro y Tosco con Luz y Fuerza toma Villa Revol. El segundo Cordobazo fue más organizado, de gran magnitud, porque ya se manejaba los puntos estratégicos, que son los lugares que había que tomar, las expropiaciones que había que hacer y en todo esto estaba el PRT, hay que ser realista. Yo estaba con los de Vanguardia Comunista. Había una combinación muy grande en todas las organizaciones de izquierda en Córdoba, de seguidismo al PRT... La cuestión es que, en medio de todo ese lío, encabezamos esa gran movilización, cayó el gobierno del interventor Uriburu… y asume Lanusse. Y viene con la propuesta democrática de las elecciones. Ahí nosotros nos avivamos, nos avivan las discusiones con Tosco, diciendo que con las elecciones el peronismo no va a pelear más. Cosa que es cierta. Discutimos con Atilio López y nos dice “nosotros venimos peleando hace 18 años por tener un gobierno peronista, sabemos que si hay elecciones Perón gana de punta a punta”… Lanusse es muy vivo, muy inteligente. Es una propuesta clave la que larga.

Manifestantes cordobeses con carteles irónicos en respuesta a los dichos de Uriburu.

–Orlando: En el Viborazo participamos. Venían marchando los obreros de Villa Revol con Tosco a la cabeza hacia la plaza Vélez Sarfield. A su vez matan a un pibe Cepeda y ahí tuvo una intervención muy importante el petiso Páez. Hicieron una resistencia, hubo apoyo del ERP. Los del SMATA también habían ido para allá, estaba un tal Bagué [57], [Carlos] Massera [58] de la FIAT… hubo una metida en cana de distintos compañeros. [Gregorio] Flores [59] entre ellos. Ahí éramos unos 15 compañeros.

–Petiso Páez: Pero lo importante es que ahí conozco a los trotskistas de Buenos Aires. Se habían acercado al sindicato nuestro, llevado su prensa, y habían participado en un plenario grande que nosotros hacíamos, de organizaciones obreras con mandato (viniendo de Buenos Aires, envían una delegación de delegados, importantes, reales, estaba Miguel Sorans de Chrysler, Mattolini que había venido de Citroën, el cabezón Silva, varios dirigentes de huelgas de conflictos que hubo en los ‘70).

El movimiento estudiantil, la unidad obrero-estudiantil y la formación militante

–[Orlando Mattolini]. El proceso de construcción de la regional nos costó muchísimo porque en ese entonces era muy dominante la ultraizquierda (el PCR, PO que tenía más peso que nosotros, la guerrilla, Santucho era un ícono y la gente que tenía en el movimiento, y después había mil grupitos, todos en una onda guevarista). Era el lugar donde tenían más peso del país. Entonces nosotros hicimos lo siguiente… La Loba fue a Ingeniería, Liliana a Filosofía, el chino Bassi fue a Arquitectura. Llegamos a la conclusión que nos costaba tanto avanzar porque en todo ese período logramos captar solo un prole del vidrio, que le llamábamos “el prole” porque era el único que teníamos Logramos acercar a un compañero que estaba en Fiat, lo que después sería el SITRAC, que era el compañero de una piba que habíamos captado de la Facultad de Física. Nos preguntábamos por dónde podíamos entrar. Entonces con tu viejo decidimos que él fuera a Arquitectura y yo a la Tecnológica (porque habíamos visto que varios obreros de Perdriel venían de allí). En ese proceso, logramos ganar algunos cuadros importantes, Laura Marrone y Ricardo Bria (que después se proletarizó y fue un cuadro importante en la SMATA), y yo gano a tres compañeros del Área Material Córdoba en la Tecnológica… De estos pibes dos eran delegados. Era una manera de aproximación.

En el mismo informe del Comité Central, de fines de 1970, citado párrafos arriba, señalan que “El equipo ha empezado a estructurarse, a tener una personalidad apoyado fundamentalmente en los trabajos de Arquitectura y Filosofía. Esto está conectado al despiste de la ultraizquierda y los sectarios de todo pelo producto de la derrota del SMATA y de la línea aperturista de la universidad. Esta línea se empieza a concretar en Arquitectura y con el surgimiento del "taller total", que significa un embrión de poder estudiantil, lo que ha provocado que estén surgiendo dos posiciones: la nuestra y la de los ultras. El equipo está en crecimiento. En esta semana se han incorporado cuatro compañeros, todos muy nuevos. Hay perspectivas que muestran que estas captaciones no son casuales, sino que desde abajo empieza a surgir una nueva vanguardia. Ayer se ha iniciado un curso con 12 compañeros, seis de ellos totalmente nuevitos que hacen sus primeras experiencias en el movimiento estudiantil”.

–[Adriana Martínez, militante secundaria de Córdoba, en 1971] es tu papá en cierta forma el que organiza este grupo de secundarios… En Córdoba, se organiza algo –que imagino que también se debe a ver dado en otros lugares– que es la Coordinadora de Estudiantes Secundarios, que agrupaba entre 100 y 200 estudiantes… realmente el peso lo tenían los sectores de la guerrilla, no había del ERP dentro, pero todos simpatizaban o estaban muy cercanos. Yo iba al [Escuela Normal Superior, Dr. Alejandro] Carbó, que era uno de los colegios tradicionales de Córdoba, estaba mi hermana, la hermana de Laura [Marrone] (ella ya se había recibido) y después había una o dos personas más que también eran del Carbó… Yo tenía 14-15 años y no entendía absolutamente nada, lo único que entendía es que tenía que estar... En algún momento establecemos contacto y nos pasamos todo un verano con Ricardito Miravet, estudiando las Tesis de Feuerbach y no sé qué otras cosas más, con César. Nosotros decíamos que íbamos al country y a la pileta, y nos íbamos a la casa de Ricardito que quedaba a cuadra y media. Nos encerramos ahí, estábamos re blancos todos. Además, participamos de esta corriente que tenía entre 100 y 200 estudiantes, era una cosa muy importante… A finales de ‘71 y principios de ‘72, entramos al partido e hicimos este curso.

–Laura Marrone: Yo entré en la universidad en el año 1970, en el marco de un proceso de lucha por la derogación de los exámenes de ingresos restrictivos. Venía de una formación católica por cuenta propia. Porque yo me había hecho militante del movimiento tercermundista de la Iglesia postconciliar, que tenía un movimiento juvenil muy importante, con acciones sociales en los barrios y que finalmente va a ser desarticulado por Primatesta [60], cuando asume la diócesis de Córdoba… En 1970-71, conozco a nuestra agrupación. Se llamaba U.A.P., Unión Antiimperialista Programática, pero era en el marco donde estaban todas las tendencias, las peronistas, el Partido Comunista, todas las corrientes guerrilleristas, Vanguardia Comunista, el PO y la agrupación del PST, que era más pequeña… Para saber quién tenía razón pensé que primero tenía que participar, me hice elegir delegada del curso. Participaba de las reuniones sin saber nada de política, nada, pero como era una tipa muy coherente, iba todos los días a las asambleas, a todas las reuniones del cuerpo de delegados. Yo estaba siempre primera, todas las tendencias me querían captar y bueno fui haciendo citas con todas las agrupaciones y fui descartando… Descarté la guerrilla y el estalinismo y me quedé entre el PO y el PST. Pero vino el Gran Acuerdo y el PST, que todavía se llamaba el PRT-La Verdad, planteó qué hay que dar la batalla por participar en las elecciones, con una propuesta que enfrente la opción burguesa de Perón. Me pareció muy convincente y eso me ganó. El PO tuvo la política de “ni golpe ni elección, revolución”. Votaron en blanco. Y a nosotros nos denunciaban por ser electoralistas, reformistas… A mi me capta la política del partido, Trotsky, el balance del Cordobazo, el texto Después de Cordobazo de Moreno, que me pareció una explicación perfecta de lo que había pasado, y la política para enfrentar el GAN, la discusión con la guerrilla… La militancia era mañana, tarde y noche. Y además César formaba, daba cursos de marxismo (Tesis de Feuerbach, Revolución Permanente, Economía marxista), creo que Orlando daba el de lógica.

César de pie, a su derecha Laura Marrone (en ese momento su compañera), un compañero, Tesi y Besti. Y a la derecha Ricardo Bria, en un asado en la Serranita, Córdoba, 1972 (cesarrobles.org.ar).

El Gran Acuerdo Nacional y las elecciones

En Después del Cordobazo [61], Moreno plantea que lo esencial en la participación en el terreno electoral es ver cómo se pelea por la independencia política del movimiento obrero. Ve dos propuestas posibles para ello: una directa, aunque poco probable, que saliera de los sindicatos combativos directamente, por votación de base, y unificada, formando un partido obrero para las elecciones; una indirecta y superestructural, en donde el PST pusiera la legalidad al servicio de la constitución de un Polo Socialista que se dirija a la vanguardia obrera tendiendo a atraerá y unificar, que ve más viable. Esta última, la harán mediante el ofrecimiento de la candidatura de Tosco y Jaime.

–Manuel Martínez [62]: En el año ’72, [el morenismo] inició una relación con el PS [Partido Socialista] argentino- Secretaría Coral, para legalizarse y buscar intervenir en las elecciones. Esto provocó una discusión grande. Nosotros habíamos caracterizado que el Cordobazo marcaba el comienzo de una etapa prerrevolucionaria, pero que además significaba el inicio de una apertura democrática, que la dictadura se replegaría y convocaría en acuerdo a elecciones donde el peronismo volvería y que había que participar. Fue una experiencia pionera. Muy criticada obviamente por la ultraizquierda y por la guerrilla (aunque la guerrilla terminó votando por Perón), como el PCR o el PO que votaron en blanco o rechazaron las elecciones. Nosotros a través de este acuerdo con el PS, secretaría Coral, salimos a afiliar, para legalizar un nuevo partido que se llamó PST, que se fundó el 16 de diciembre de 1972, en el cine Sarandí, en Avellaneda… En el Congreso de fundación del PST se discutió la participación electoral y también se discutió con todo un sector de la vanguardia cordobesa, traídos del trabajo de César, fundamentalmente de César y creo que de Orlando. Estaba Páez, Bissi, Suffi, el viejo Pedro [Milesi] [63] y también Mateo Fossa [64]. Ahí se discutió el tema de presentar candidatos, si o no, si ellos iban a ser candidatos. Ellos se negaron. El único que estaba de acuerdo era Mateo Fossa y obviamente otros activistas y militantes del nuevo partido. Entonces ahí se eligió la fórmula Coral-Ciapponi. Así participamos en las elecciones del 11 de marzo de 1973, donde ganó Cámpora-Solano Lima. Creo que logramos menos de 100.000. Después vino una segunda elección. Ahí nos volvemos a presentar con la fórmula Coral-Páez. En ese período Páez, modificó su postura antielectoral. El gran trabajo de César. Él [Páez] lo reconoció así en el acto [se refiere al acto a los 30 años de su asesinato]… Sacamos casi 200.000 votos.


Córdoba, 18-3-72
Carta de César a Arturo Gómez
Arturo:
Recién ahora empezamos a salir a flote. Las dificultades para concretar un local hicieron que anduviéramos anarquizados. Cuando llegue esta carta habremos abierto ya un local céntrico, con T.E., ¡de novela!… Ya tenemos legalizado un localcito barrial y otro por concretar. Haremos un acto para cuando comiencen las clases... Te cuento las tareas más importantes:
a) piqueteadas barriales en busca afiliaciones que se hacen muy lentamente abrimos trabajo en dos barrios y nucleamos en uno 10 pibes y en otro 45. Estamos caracterizando aún estos pibes, postergamos las fábricas.
b) en relación a las afiliaciones además de las que podemos conseguir en Córdoba... Creemos que el mejor aporte nuestro será ayudar a la legalidad en San Juan. Captamos dos pibas que dirigen un grupo y que los hicimos venir a nuestro plenario. Hemos hecho compromiso de ir el 28... Nos garantizan charlar con varias juntas además que podemos captar el grupo.
Es fundamental que Coral viaje para esa fecha Y no antes pues es posible garantizarle una gran conferencia o acto.
c) SITRAC nos dio muy poca bola. Massera prácticamente se negó a vernos. Tuvimos que entregarles el reportaje por escrito que aún no lo han devuelto... Lo mejor fue la charla que hicimos con Pedro Milesi. Está de acuerdo con el Polo y llegamos a un acuerdo de que trabajaría por él desde afuera para servir mejor. Hoy me entrega el reportaje que le hicimos por escrito (a pedido de él). La charla fue muy fraternal... Está ligado a todo el mundo y especialmente al ERP... De todos modos, esta es la punta más importante que logramos y que de darse sería una estocada a la ultra... Sus respuestas las enviamos el jueves a la mañana con una biografía hecha por nosotros... Si enviamos el reportaje del Sitrac o el de Pedro Milesi pedimos 500 [periódicos].
Último momento: el lunes envían el reportaje de Pedro Milesi. Para nosotros esto es fundamental. Por título: El presidente de los congresos del Sitrac-Sitram, gran dirigente obrero, se define por el Polo socialista.
Chau
César


Avanzada Socialista N° 6, 5/4/72. Habla el presidente de los dos plenarios clasistas de Sitrac-Sitram, entrevista a Pedro Milesi: “El Polo socialista es una tribuna de esclarecimiento para la clase trabajadora”.

–Orlando Mattolini: Nosotros cuando se va acercando el proceso electoral, empezamos a meter más periódicos en la Universidad… Pero el hecho trascendente es que un día viene al local el petiso Páez. Estaciona su famosa moto Gilera. Mierda, todos admirados. Y aparece y nos dice: “no sabía que Uds. estaban acá y se pone a charlar”. Le contamos un poco la política nuestra y las elecciones. A ellos ya los habían derrotado por la vía sindical ya no podían seguir corriendo. El Petiso tiene una sensibilidad y una intuición muy grande. Y se acerca, como es el Petiso, haciéndose el tonto. A lo cual tu viejo me agarra y me dice: “agarralo a este vos, yo me rajo. No te entregues mucho”, porque tu viejo era el duro… “mejor que no vea tanto interés y después vamos a ver como lo casamos a este, si vale”… Hablamos un poco, le damos una parva de periódicos para que se lo lleve. Para sorpresa nuestra, el Petiso se había leído los periódicos y cae de nuevo. Y ahí es un gran acierto clave de tu viejo. “Si viene este le hacemos un reportaje”, me dice. Y viene. Entonces chapamos el grabador, estaba Luisito Jaroslavsky que escribía muy bien y le hacemos el reportaje. Le hacemos 4 o 5 preguntas, cómo ve el programa, eso está en Avanzada.

Avanzada Socialista N° 37, 15/11/72.

–Orlando Matolini: Pero la clave del reportaje es que el Petiso dice que sí, que hay que participar en las elecciones… que coincide en un Frente Obrero y Socialista y que está dispuesto a trabajar por el frente. Entonces nosotros teníamos la consigna de Polo Obrero y Socialista. Tapa con Páez, reportaje dos hojas. Llevamos el periódico a Córdoba, que a nosotros nos venían dando por todos lados, reformistas, legalistas. Hasta el cambio este con Páez… Y empezamos a ganar gente de la vanguardia, que empieza a precipitarse y a entrar al partido. Fue un impacto en Córdoba y hacia PO que también planteaba el frente clasista, el ERP, PCR, peronismo de base… Empezamos a crecer y con gente medianamente dirigente que se bancaba las discusiones con la ultra… Entonces eso nos va llevando a acercar a Bizzi, Suffi… Pero también empezamos a acercar un montón de delegados de la vieja FIAT, estaban algunos despedidos y otros no, por el impacto de Páez que es claro... La lista nuestra tiene más de PT [Partido de Trabajadores] o Frente de los Trabajadores que de Frente Socialista. Porque es Páez, que todavía no lo habíamos captado, gobernador, Marita González que era una de las fundadoras del sindicato docente (que era abogada), vicegobernadora, después, Suffi, candidato a intendente por Córdoba (el del SITRAM), Bizzi, primer candidato a diputado nacional, y después los otros candidatos, eran parvas de compañeros delegados, especialmente los despedidos del SITRAC-SITRAM. Es bien obrero, bien Partido de Trabajadores.

Avanzada Socialista N° 41, 6/12/72: Córdoba. Bizzi de Sitrac, Suffi de Sitram y el “viejo Pedro” apoyan candidaturas obreras.

–[Petiso Páez] Ya Lanusse había llamado a elecciones. Vanguardia Comunista y el PCR seguían divididos entre ellos, levantando las estruendosas consignas “Ni golpe ni elección, revolución”, que era la de Vanguardia Comunista, peleadísimo por “Ni golpe ni elección, insurrección” que era la del PCR… Y el PST, es una de las primeras organizaciones que dice: “participemos democráticamente en estas elecciones con posiciones”. Larga lo de las candidaturas obreras. Y nosotros lo discutimos. Ya habían intervenido el gremio nuestro, pero nosotros habíamos formado un grupo con un viejo trotskista, trotsko-anarco, Pedro Milesi, en ese tiempo tenía 86 años, una lucidez total. Él fue la orientación nuestra. Susana Fiorito [65] era una del grupo. Y el viejo Pedro nos dice: “che, basta de locuras. Hoy hay una etapa, después vamos a ver la otra”. Nosotros manejábamos como lo ideal, como un programa político-organizativo, el trípode. Esa era la teoría del viejo Pedro, como buen anarco, como trotskista y como hombre ligado al movimiento obrero, decía “sindicato revolucionario-partido-brazo armado”. Voy a discutir al PST, que este era nuestro programa, con Orlando y Orlando “centrista” me dice “puede ser, mira qué bien, buena idea, pero vamos a ver”. Orlando la tenía más clara que nadie. “Pero vamos a charlar con César”, me dice. Me hace una reunión con César y Orlando se va a fumar, no sé qué pistola y me quedo con César. César me hizo pelota. Pero buena actitud, me tenía mucho respeto. Y me demuestra que mi posición es lo mismo que la del PRT. Yo con el PRT había tenido un enfrentamiento muy grande porque nos estaba sacando a los mejores cuadros (eso está escrito en un libro de Moreno donde yo cuento todo esto). Y conmigo Santucho tiene una discusión de esta naturaleza donde me dice: “vos sos un excelente dirigente obrero, pero eso es una parte del queso, ya tenés que dirigir masas, con armas, pa pa”. Y Santucho era un tipo muy convincente, no era un tipo de hablar muy fuerte, hablaba bajo, te explicaba las cosas. Y nos sacó los mejores cuadros. Entre ellos Valenzuela, el comandante Ledesma (después lo mataron) fueron a Tucumán. Cuando renuncia un compañero nuestro de la comisión directiva, todo el mundo pensaba que se había ido acomodado por guita. Pero yo sabía que era un compañero intachable, Ledesma, lo había llevado la guerrilla, renunció sin un mango, se fue. Yo estaba bastante envenenado en ese sentido con la gente del PRT.

Conferencia de prensa del PST en Córdoba, Mattolini, Jaroslavsky, Páez, Robles (24-11-1972) / Archivo Fílmico Canal 10 (cesarrobles.org.ar).

–Petiso Páez: Cuando se produce esta discusión con el Negro, voy y le digo al viejo Pedro (pensando que el viejo iba a estar en contra). Pero el viejo Pedro me dice “puede que tenga razón esta gente”. Participemos, pero por fuera, vamos como Frente de los Trabajadores, clasista y revolucionario, adherido a la propuesta del PST. En Córdoba hicimos muy buena elección. Los peronistas y radicales (que tenían mucho peso en la provincia) tienen que ir a segunda vuelta. En el resto del país habían ganado los peronistas. Viene la propuesta de Atilio López-Obregón Cano (un montonero de la burguesía), era el progreso en aquel momento y, con Atilio López, los obreros decían vamos adelante. Olvidaban que estaban apoyando la candidatura burguesa del peronismo. Y eso lo tenía claro. Cuando se produce la solicitada de Tosco, de Flores y de casi toda la izquierda en apoyo a Atilio López, a mi no me convencen para nada. Y el viejo Pedro me dice y puede ser, habría que ver si no apoyamos. Pero, “yo estoy en contra”, le dije. Vuelvo a charlar con César y le comentó lo que me dijo Pedro y me dice: ¿vos defendés la posición de no apoyar a ningún partido burgués?, si, contesto. “¿Vos defendés la posición de votar en blanco?” Si. “Entonces vamos a Buenos Aires”… Y venimos muy fuertes acá. Y le digo al viejo Pedro vamos a hacer un plenario para definir esto. Vos estás en contra, yo estoy a favor del voto en blanco. Más de 200 compañeros en ese plenario… E interviene el viejo Pedro fijando que a veces una candidatura así para el avance del progresismo, teoría del mal menor y que dentro del progresismo podés… me acuerdo de Kirchner ahora. Y en ese sentido, la cosa iba bastante equilibrada. Nosotros habíamos preparado mi intervención que enfocaba pegarle al viejo Pedro que era el que convencía. Porque la posición de votar en blanco o votar a Atilio López podía ser cualquier de las dos cosas si no entraban en profundidad al apoyo de una candidatura burguesa, porque el problema era el de la conciencia de clase. Entonces mi intervención gira alrededor de un revolucionario, como fue el viejo Pedro de toda su vida, que luchó contra esto y aquello, contra radicales, contra peronistas, estuvo preso en casi todos los gobiernos y que hoy va a claudicar en su último año de vida a apoyar a una candidatura burguesa. Nosotros los trabajadores tenemos que tener claridad. Le pegué al viejo Pedro que habló con lágrimas en los ojos, lo convencí al viejo Pedro, pero estaba tan emocionado que no sabía qué hacer. Habíamos preparado la intervención. Tu viejo, era un táctico de puta madre. Y el viejo Pedro, finalmente dice: “Yo me retiro”. Y se retira con un grupo de gente. “Bueno compañeros que se vote, se retira, que se vote”, decimos nosotros. Voto en blanco: un golpazo bárbaro. Acá en Córdoba fuimos uno de los únicos que salimos con voto en blanco, algunas abstenciones. El plenario era del PST. Acá ya habíamos crecido enormemente por la participación en las elecciones. Creo que la presencia nuestra ayudó bastante al PST. Acá nosotros captamos una de las nefrólogas más importantes del país, becada en París, en todo el mundo, Raquel Bichachi, ella también nos ayudó mucho al crecimiento.

–Orlando Mattolini: Vos sabés que Páez era el tipo que más querían ganar las corrientes. El propio Santucho en persona se dedicaba a esto. No se si te contó el Petiso, que Santucho le regaló una ametralladora… y le decía, “Vos sos dirigente sindical pero ahora no lo sos, pero vos podrías ser un verdadero comandante guerrillero”. Aparte el Petiso tenía unos huevos así, le gustaban las máquinas, siempre andaba calzado, así que no había ningún tipo de problema. Tu viejo, lo que te contó Páez como le discute y lo gana porque en eso peleó contra Santucho. Páez era presionado, discutió con Santucho hasta antes de conocernos, que cuando vino le discutimos y lo ganamos. Entonces, se lo termina de captar a fondo acá en Buenos Aires. En Córdoba, era casi imposible por las presiones que había eran terribles, el Petiso era muy sensible y nos centreaba. Había una discusión, el petiso iba al SMATA y ya venía medio pro guerrillero.

En las elecciones que tuvieron a Perón-Perón como fórmula presidencial el PST presentó la fórmula Coral-Páez. El 28 de noviembre de 1973, el gobernador Obregón Cano recibió a políticos, entre ellos al Petiso Páez, acompañado por César Robles [66].

Gobernador de Córdoba Obregón Cano recibe a políticos, entre ellos a Páez acompañado por César (28-11-73) /Archivo Fílmico Canal 10 (cesarrobles.org.ar).

A inicios de 1974, César realizó una gira internacional que comenzó en Estados Unidos, Canadá y, posteriormente, confluyó en el X Congreso de la IV Internacional, en París, con la delegación del PST enviada desde Argentina [67]. También viajó a Bélgica. Para ese Congreso, el PST intervino como parte de la tendencia minoritaria y, posteriormente, fracción Leninista-Trotskista, que se conforma en 1973, junto al SWP y otros grupos. La discusión centralmente giró en torno la lucha contra la orientación guerrillera para Latinoamérica que tenía la mayoría del Secretariado Unificado, encabezado por Ernest Mandel y Livio Maitán y, en general, de adaptación a los fenómenos de vanguardia [68].

Fue el último desafío que Cesar tuvo como dirigente. A los pocos días de su regreso a Córdoba, más precisamente a finales de febrero, ocurre el Navarrazo, y un manto de terror se instala cada vez más en Córdoba. Por eso quisiera finalizar este texto aquí, recordando las palabras que coronan la biografía publicada a la hora de su muerte, “Su actividad llegó al punto más alto cuando a principios de este año viajó a varios países para intervenir en las discusiones internacionales de la izquierda. Su valía quedó marcada cuando en una carta al PST, compañeros norteamericanos señalaron que César ya no le pertenecía a una regional o a un partido sino a la revolución mundial. Y entonces mataron al militante de hierro, al forjador de cuadros, al dirigente político, al crítico duro pero paciente, al revolucionario internacionalista” [69].

¡Hasta el socialismo siempre, querido César!

 
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