El presente artículo fue publicado originalmente en inglés en el sitio Left Voice, parte de la Red Internacional La Izquierda Diario
Al día siguiente de la derrota de Kamala Harris ante Donald Trump, Bernie Sanders emitió una dura declaración en la que culpaba directamente al Partido Demócrata de esa derrota: "No debería sorprendernos que un Partido Demócrata que ha abandonado a la clase trabajadora descubra que la clase trabajadora lo ha abandonado a él… Mientras los líderes demócratas defienden el status quo, el pueblo estadounidense está enojado y quiere un cambio".
Sanders también se pregunta si "los grandes intereses económicos y los consultores bien pagados que controlan el Partido Demócrata [alguna vez] entenderán el dolor y la alienación política que decenas de millones de estadounidenses están experimentando" y si se enfrentarán a la "oligarquía cada vez más poderosa", para concluir: "Probablemente no". Finalmente anuncia que se llevarán a cabo "discusiones muy serias" y termina con un final abierto: "Estén atentos".
Este es el Bernie Sanders que la gente recuerda de sus campañas primarias de 2016 y 2020, que movilizó a millones de jóvenes descontentos con la miseria provocada por décadas de neoliberalismo. Su mensaje resonará en los millones de personas que no votaron por Harris y en los millones más que emitieron su voto con la nariz tapada porque ella llevó a cabo una campaña en defensa del statu quo.
Pero ¿cree Sanders que podemos olvidar los últimos cuatro años y todo lo que dijo hasta el día después de las elecciones?
Sanders: Biden y el animador más entusiasta de los demócratas
Hace apenas unos meses, tras la catastrófica actuación de Biden en el debate presidencial, Sanders publicó un respaldo total a Biden, llamándolo "el presidente más eficaz en la historia moderna de nuestro país". Sanders pidió a los demócratas que "dejen de pelearse y criticar a los demás" y se unan a su candidato.
¿Se trató de un simple desliz momentáneo en la recta final de una campaña, cuando el senador de Vermont estaba aterrorizado por la perspectiva de una presidencia de Trump? Lejos de eso: Sanders ha sido parte integral de la administración Biden, primero como presidente del Comité de Presupuesto del Senado, luego como presidente del Comité de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones. Cada vez que Biden y los demócratas tiraron a los trabajadores y a los oprimidos "bajo el autobús", Sanders estaba allí poniendo su sello izquierdista en las políticas de Biden. No escribió ninguna crítica mordaz cuando la administración Biden se inclinó hacia la derecha de Trump en materia de inmigración, abandonó demandas como un salario mínimo de 15 dólares la hora, aumentó la producción de combustibles fósiles y votó a favor de romper la huelga ferroviaria. De hecho, Sanders, con su reputación de "decir las cosas como son", miente repetidamente sobre el supuesto historial pro-trabajadores del presidente, afirmando que "Biden quiere facilitar que los trabajadores formen sindicatos".
Pero eso no es todo: Sanders, junto con otros demócratas progresistas como Alexandria Ocasio-Cortez, fue un firme defensor de Biden, y lo apoyó incluso cuando cada vez más demócratas le pedían que renuncie a la candidatura. Cuando Biden finalmente se retiró de la carrera presidencial, Sanders lo elogió como "el presidente más pro-obrero en la historia moderna de Estados Unidos".
Cuando Kamala Harris reemplazó a Biden en la fórmula, se hizo amiga de los multimillonarios y dejó en claro que no tenía ni siquiera el compromiso puramente retórico de Biden con el movimiento obrero, Sanders, sin embargo, siguió siendo su fiel animador.
En una búsqueda delirante de votos de los republicanos "moderados", Harris comenzó a hacer campaña con la republicana anti-Trump Liz Cheney. Su padre, Dick Cheney, fue el principal arquitecto de la guerra de Irak, un intrigante cínico cuya empresa estaba ganando miles de millones de dólares en guerras eternas que mataron a millones de personas. Los Cheney podrían ser los halcones de guerra más sanguinarios de la galería de delincuentes del imperialismo estadounidense. ¿Y Sanders? Se puso del lado de la halcón de guerra: "Aplaudo a los Cheney por su coraje en la defensa de la democracia", lo que permitió que Donald Trump, un imperialista de primera, se presentara como candidato contra la guerra.
Los demócratas nunca han estado de nuestro lado
The Intercept ha afirmado que "Bernie habría ganado", dada su "credibilidad" por "pasar décadas luchando tenazmente por la clase trabajadora". Esto es, lamentablemente, pura amnesia, ya que Sanders pasó los últimos cuatro años defendiendo a una administración que ataca a la clase trabajadora. Y ha sido claramente deshonesto. ¿Biden fue un defensor de la clase trabajadora, como afirmó Sanders hace apenas medio año? ¿O los demócratas abandonaron a los trabajadores, como dice Sanders ahora?
El Partido Demócrata siempre ha sido un partido de la burguesía, y Sanders ha sido parte de él durante casi 50 años, incluso cuando formalmente era independiente. A pesar de sus credenciales de izquierda, tiene una larga trayectoria de apoyo a casi todas las intervenciones imperialistas de EE.UU., al tiempo que votaba a favor de billones de dólares para armas. Sanders no es más que una hoja de parra socialdemócrata para una maquinaria política capitalista. Es un charlatán de feria a la entrada del "cementerio de los movimientos sociales" [como se le dice al Partido Demócrata por absorber y desarmar a los movimientos progresivos que surgen a su izquierda, NdT].
La tragedia de las campañas de Sanders es que, en efecto, inspiró a millones de jóvenes y de clase trabajadora con demandas progresistas, y luego los condujo a un partido que sólo podía traicionarlos. Vemos a Sanders canalizando el movimiento por Palestina para que también trabaje con el estado imperialista. En todo el país, muchos activistas exigen a los demócratas que apoyen la medida de Sanders sobre el embargo de armas, como si las instituciones del estado imperialista pudieran poner fin al genocidio en Gaza. Esto es sólo una parte minúscula del papel de Sanders en el partido demócrata y de cómo trabaja para evitar que la indignación se convierta en un desafío serio al sistema.
Dado el asombroso fracaso del Partido Demócrata en estas elecciones (en realidad, es bastante impresionante que hayan logrado convencer a millones de trabajadores de que Donald Trump era menos hostil hacia la calse obrera), grandes sectores de la población se dan cuenta de que necesitamos una alternativa política. Lamentablemente, muchos seguirán el consejo de Sanders y seguirán intentando cambiar un partido dirigido por multimillonarios.
No es que los demócratas hayan perdido su conexión con los votantes de la clase trabajadora: los demócratas nunca han estado de nuestro lado. Incluso en los supuestos días de gloria de Franklin D. Roosevelt, el Partido Demócrata estaba tratando de salvar al capitalismo. Sanders, como demócrata más o menos oficial, es parte del problema: incluso si fundara su propio partido, sería un partido leal al imperialismo estadounidense. Los trabajadores de Estados Unidos necesitamos nuestro propio partido, uno completamente independiente de los multimillonarios, los halcones de la guerra y todos sus lacayos políticos. |