Hoy, el gobierno de Luis Arce Catacora, muestra su debilidad al intentar apoyarse con la derecha reaccionaria buscando salidas a una crisis económica, política y social a favor de los grandes empresarios. El Estado se ha volcado nuevamente contra el campesinado para secuestrar sus medios de comunicación, criminalizar la protesta, cooptar sus direcciones, apresar a sus dirigentes y vulnerar los derechos básicos, en medio de la pugna caudillista entre Evo Morales y Luis Arce Catacora.
Desde La Izquierda Diario, en el contexto específico de las movilizaciones de manifestantes en Huayllani, consideramos la vigencia de la autoorganización y la movilización del campesinado en defensa de sus derechos contra el golpismo cívico-militar y eclesial, que emplazó un conjunto de dimensiones políticas en el conflicto el 15 de noviembre de 2019 .
Que desde noviembre de 2019 en adelante se incorporó un tiempo reaccionario producido por el gobierno de facto de Jeanine Áñez Chávez y que se ha extendido hasta la actualidad; las masacres y la postergación de las elecciones generales, además de la pandemia y las medidas sanitarias de aislamiento social constituyeron nuevos enclaves para la movilización social donde, los sindicatos agrarios de base fueron el sostén de la manifestación. En la actualidad los secuestros, la judicialización, la represión policial y el intento de militarización condensan la regresión a similar punto de conflicto, los pedidos de renuncia presidencial:
“Tantos muertos y tantos heridos, la presidenta que se ha autoproclamado es mejor que renuncie, es lo que queremos nosotros, eso está mal lo que está pasando en el país, está yendo como anteriores gobiernos, a eso está llegando este asunto, como anteriores gobiernos como Carlos Mesa, Goni, Banzer, Tuto Quiroga, ellos metían así, bala” (Dirigente Campesino).
En ese sentido, las acciones políticas colectivas se inscriben a un marco de luchas históricas del sindicato agrario que claramente son acumulativas, la movilización de los sindicatos agrarios permite situar la cuestión política contra sus opresores:
“Ahora están gobernando personajes que jamás debían llegar a la silla presidencial, ahora qué dijo Arturo Murillo: Voy a salir de cacería, esa fue su primera palabra y ese hombre, ese monstruo, está cumpliendo su cometido… está cazando hermanos bolivianos” (Comunario de Base).
La lucha histórica de los sindicatos agrarios articuladas a la movilización conlleva sus dimensiones para el ordenamiento y reproducción de la vida en sus comunidades, para transformar o trascender a la normalización de los ataques de las fuerzas represivas (policía, fuerzas armadas y grupos paraestatales) de Áñez y que hoy reproduce Luis Arce Catacora mediante sus ministros de Gobierno Eduardo del Castillo y de Defensa Edmundo Novillo.
Esa coyuntura posee profundos significados históricos como la restitución y representatividad de la Wiphala y el respeto a la pollera; en otras palabras, significa la vigencia de la lucha agraria campesina, indígena-originario, de un sujeto histórico clave, junto a la clase obrera en la construcción de un proyecto político socialista revolucionario..
En 2019, las autoridades gubernamentales promulgaron el Decreto Supremo 4078, decreto que eximió de responsabilidad penal a los efectivos militares involucrados en operativos haciendo uso de armamento letal contra civiles. Hoy siguen gozando impunidad garantizada por el Estado, como es el caso del exministro de Defensa Fernando López que no rindió cuentas ante la justicia. La impunidad de Jeanine Áñez en el caso “Golpe de Estado I” persiste, así como la intervención del excomandante en jefe de las Fuerzas Armadas, Williams Kaliman. Además denunciamos el cerco mediático al servicio de los empresarios y políticos de la ultraderecha boliviana y el papel protagónico de la OEA bajo Luis Almagro que han sido cruciales y han sido considerados factores clave en la ejecución del golpe de Estado.
Desde la Izquierda Diario, ¡Nos manifestamos por un 15 de noviembre revolucionario y con memoria histórica política contra el Estado burgués!
¡Senkata, Sacaba, han sido masacradas, no se negocia con la sangre derramada!
¡Por la unidad de los oprimidos del campo y la ciudad! | 
