En el día de la militancia peronista, realizó un recorrido de luces del peronismo desde su nacimiento, ensalzando el modelo estatal vs el privatista del gobierno actual, condenando el modelo agro-exportador de Milei por fracasado en la historia. En su media hora de exposición, no se privó de reivindicar al nuevo presidente norteamericano Donald Trump.
En momentos de una ofensiva de Milei contra la ex presidenta mediante medidas arbitrarias, como el quite de las jubilaciones de privilegio de ella y del ex presidente Néstor Kirchner, así como también en el terreno judicial, Cristina consideró estos ataques por la consecuencia de sus convicciones. Cerrando su acto dijo "Néstor siempre decía algo de lo que no pude olvidar: ’nos pueden perdonar haber perdido, pero lo que nunca nos van a perdonar es no seguir luchando’".
Santiago del Estero: para muestra basta un botón
La ex vicepresidenta inició su discurso compartiendo el porqué eligió la provincia para iniciar la gira que se propone, afirmando que es un “modelo de construcción política”. Tomando en cuenta que está gobernada desde 2017 por el radical Gerardo Morales fue todo un gesto presumiblemente en vistas de las próximas elecciones. “En 2007, durante mi primera candidatura como presidenta de la República intentamos que los dos partidos nacionales y democráticos pudieran construir algo diferente. No nos salió, nos salió mal a nivel nacional. Pero acá, en Santiago del Estero salió bien. Porque del año 2004 al año 2022 fue Santiago del Estero la economía provincial que más creció, un 96%... Y qué más bajó el índice de necesidades básicas insatisfechas”.
Semejante afirmación debe haber sorprendido a varios. Es sabido que Santiago del Estero es una de las provincias más pobres del país. Por ejemplo, para el segundo semestre de 2019 un 56,8% de la población se encontraba en situación de pobreza (11 puntos porcentuales por sobre el total nacional). La provincia lidera el ranking de empleo precario que supera el trabajo registrado privado. Según el Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (Renatep), donde se contabiliza la cantidad de gente que trabaja en su gran mayoría en la informalidad, en condiciones de pobreza y precariedad extrema, "Santiago del Estero encabeza la mayor proporción de inscriptos/as al Renatep en relación con la población de 18 a 65 años, con el 30,7%" (Clarín, 14/12/2022). Además es la provincia que mayor mano obra estacional provee, y por consiguiente la que más sufre la vulnerabilidad de los trabajadores migrantes. Cada dos por tres salen en las noticias denuncias por trabajo esclavo.
Para su reivindicación del triunfo económico de Santiago del Estero, Cristina Kirchner se valió del mismo método que usa Milei, haciendo alusión a números macroeconómicoas y relativos, “salió mejor todavía porque en el censo en 2022 se informó que aquí, en Santiago del Estero, es la provincia argentina donde más propietarios de viviendas hay. Porque saben una cosa a los peronistas nos gusta la propiedad privada pero la de todos”. Es cierto que es la provincia con más propietarios de viviendas, pero se olvidó mencionar que es una de las que más déficti habitacional tiene. El Censo de 2022 destacó que en el caso del acceso al agua corriente se encuentra en los extremos inferiores a 77% de los hogares, junto con Chaco y Formosa; que solo el 25% tiene red cloacales; que el 67,3 usa garrafa y solo la mitad de las viviendas tienen techo y 67, 2 tiene piso, con revestimiento, encontrándose entre las más bajas (Infobae, 22/11/2023).
"¿Me van a decir a mí que soy anticapitalista?, no me jodas más hermano"
Es interesante notar que detrás de las medias verdades el peronismo hace culto a la pobreza para beneficio siempre de los mismos. Nada mencionó de su último gobierno, que dejó al país con un 40% de pobres. Tampoco que bajo los gobiernos de Néstor Kirchner y el suyo los verdaderos ganadores fueron las grandes empresas que, como afirmó en su momento, “se la llevaron en pala”. “La devaluación del peso generó una fortísima recomposición tanto de la tasa de rentabilidad como de la masa de ganancias para el total de la economía. Los principales beneficiarios fueron los capitales del sector productor de bienes transables, en particular los exportadores que vieron inmediatamente multiplicarse varias veces los ingresos en pesos que les generaban las exportaciones”, escribió Esteban Mercatante en La economía en su laberinto. Lo que dejan doce años de kirchnerismo.
Mientras durante esos doce años se preservó el núcleo duro de los términos de flexibilización y precarización laboral, de un lado, los subsidios a la “burguesía nacional” fueron de la mano de medidas favorables a las multinacionales, 300 de las principales 500 empresas. “Por ello no extraña que tras doce años de gobiernos ‘nacionales y populares’ no se haya alterado el poder económico configurado entre la dictadura y el menemismo, ni que la mejora de los índices sociales respecto de los niveles de 2002 apenas haya alcanzado los promedios de la década de los noventa" (Christian Castillo, en el prólogo a La economía en su laberinto). Cristina Kirchner hasta se jactó de haberle otorgado durante su presidencia un préstamo de 70 millones de dólares a la General Motors...”, para rematar “me van a decir a mí que soy anticapitalista, no me jodas más hermano”. Vaya mérito en el día de la "militancia peronista".
En gran parte de su alocución hizo alardes de cómo los gobiernos kirchneristas le devolvieron la plata a los bancos que se quedaron con los ahorros de la gente, en el gobierno De La Rúa, y fueron los que le pagaron por adelantado la deuda al FMI. “El peronismo es como que llega siempre para sanar los desastres económicos que nos hacen en nombre de libre comercio y libre empresa”, es una gran verdad que dijo en su discurso. “Cuando se cayó el mundo, en el año 2008, para los que atacan al Estado, no se cayó por el Estado se cayó por el sector privado… Y fueron los Estados los que salieron a suplir en el mundo y acá también”. Y es tal cual, el Estado contra lo que nos quiere hacer creer el kirchnerismo es por su naturaleza burgués en toda la línea y tiene como su misión central garantizar los intereses a ultranza de los capitalistas. Dependiendo de la situación económica y política, los gobiernos pueden dar más o menos migajas o incluso alguna concesión a la población de a pie, pero no cambia su esencia.
No es que los que votaron a Milei no saben de historia y por eso lo votaron, como aludió Cristina. Es por lo que no dice, y menos asume en su responsabilidad como ex vicepresidente del gobierno de Alberto Fernández, sobre los trabajadores pobres estructurales, la juventud sin derechos, las mujeres y los niños sufriendo las condiciones de pobreza que alcanzó el 40% al fin del mandato por su subordinación a Estados Unidos y el FMI. Pagar la deuda externa fraudulenta no fue una acción de soberanía sino de normalización del país dependiente. No haberle pagado para superar al país agroexportador que tanto se dedicó a fustigar por obsoleto hubiese sido un verdadero acto de independencia y de apostar a una perspectiva donde la crisis la pagaran los que la generaron.
Es la falsa antinomia de lo “privado es malo y lo estatal es bueno, o viceversa”, la que tanto el kirchnerismo o Milei utilizan para enchalecar al pueblo trabajador dentro de un sistema que, variante tras variante de gobierno, ponen en primer lugar las ganancias empresarias y la subordinación al pago de la deuda del FMI antes que las vidas de quienes trabajan y producen la riqueza nacional. El discurso de Cristina llegó hasta embellecer al nuevo presidente norteamericano, "un nacionalista, proteccionista, que defiende la industria del país". Como afirmó el diputado Christian Castillo “defiende un nacionalismo imperialista y reaccionario, favorable a los intereses de las grandes corporaciones estadounidenses”.
Nada dijo sobre frenar el ajuste de Milei que día a día hunde en la pobreza a nuevos trabajadores y desocupados. A la espera de que la ruina del poder adquisitivo de las grandes mayorías populares les permita capitalizar el voto una vez más, en ese pase de manos permanente del sistema capitalista argentino, la ex presidenta y actual senadora llamó a “ser amplios” en el día de la militancia peronista. "Incorporemos a militantes de otros partidos politicos", llamado que incluía obviamente al ponderado gobernador, firmante del pacto de Mayo, al que llamó "compañero", también se encontraba el militante peronista José Gómez, quien fue uno de los que con su ausencia ayudó a que se frustara la sesión que iba a rechazar el DNU de la deuda en Cámara Baja.
En la lista de militantes también se refirió a “los militantes sociales, de las iglesias, a los comunitarios y culturales y también a los militantes empresariales”. Esto último, pareció un lapsus por "sindicales" –ya que a la burocracia de la CGT les cabe el mote perfectamente–. Pero no, la extraña militancia jamás conocida, necesitó aclarar, son los que "militan por el sector, por la actividad". A tono con los nuevos aires derechistas que la nueva presidenta del PJ parece querer empuñar en la campaña electoral: con apoyo al nuevo gobierno de Trump, otorgando gobernabilidad a Milei ante la falta de oposición real del peronismo. Con el guiño a radicales como Gerardo Morales y su ejemplo de gestión, a quienes incluso vienen apoyando las políticas de ajuste y motosierra de Milei, Cristina delineó la propuesta política y las prioridades del peronismo en su debut como presidenta del peronismo.
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