www.laizquierdadiario.cl / Ver online
La Izquierda Diario
31 de enero de 2025 Twitter Faceboock

Entrevista
“Hagan lo que puedan, con lo que tienen”: el estado de abandono de los servicios públicos y la educación en Chile

En el contexto del llamado a paro este 28 de noviembre por la Mesa del Sector Público, conversamos -algunas horas antes de la movilización- con María Isabel Martínez y Juan Gamboa Higuera, profesora de historia y profesor de filosofía respectivamente, ambos, delegados de sus liceos municipales en las comunas de La Pintana y El Bosque.

Link: https://www.laizquierdadiario.cl/Hagan-lo-que-puedan-con-lo-que-tienen-el-estado-de-abandono-de-los-servicios-publicos-y-la

Ambos trabajan en lugares que adhirieron a la movilización de este 28 de noviembre. Según ustedes ¿cuál es la razón de esta movilización en las escuelas?

María Isabel: En mi opinión no hubo mucha discusión entre las y los trabajadores de base, entre los colegas y asistentes de los colegios, acerca de los motivos del paro, aunque sí se sabe que el paro es por la negociación del sector público que nos compete y se conocen algunas de las demandas. El pliego que está negociando la Mesa del Sector Público, no fue previamente difundido y debatido en los lugares de trabajo y en asambleas de base, porque los dirigentes nacionales de los distintos gremios no tienen la práctica de tomar las decisiones desde los propios trabajadores y trabajadoras: lo hacen más bien entre ellos. Aún así, en muchos liceos se votó paro.

Creo que en el caso de las y los profesores que votaron paro, hay una razón específica: el malestar con la enorme crisis que tiene la educación escolar pública. El documento oficial de la MSP dice que el gobierno de Boric había prometido una serie de mejoras en los servicios públicos: contar con el personal suficiente y más recursos, entre otras cuestiones. Eso no pasó. La precariedad es evidente. En educación esto es especialmente notorio, cuando a inicios del año escolar tuvimos una crisis con 3.000 niñas y niños sin acceso a matrículas y con una crisis de infraestructura gravísima en las escuelas que dependen del SLEP de Copiapó, lo que ahora sucede también en Valparaíso, donde hace poco -precisamente por negligencias de infraestructura-, una joven se accidentó gravemente. Ese tipo de situaciones, molesta. Generan decepción con el gobierno. Creo que por eso, más que nada, se votó el paro, incluso sin que en las escuelas se haya abordado en asambleas, el pliego oficial que negocia la mesa.

Juan: Coincido con María Isabel. Recién el lunes 25 de noviembre, el Colegio de Profesores nacional, emitió una Circular, en la cual se planteó cuáles aspectos son relevantes para los profesores en esta negociación -por ejemplo, el dictamen de la Contraloría a propósito de su decisión de omitir pronunciarse sobre la legítima confianza para trabajadores a contrata. En esa Circular, se insta a las filiales gremiales a movilizarse el 28, caracterizando la forma de hacerlo “de acuerdo a la realidad de cada cual”, sin llamar claramente a una paralización de todo el gremio docente. El llamado del metropolitano, es todavía más moderado. Adhieren a la movilización, pero dicen: “sugerimos que, en la medida de lo posible, se dialoguen acuerdos con los respectivos sostenedores, con el objetivo de que al menos una delegación de cada comunal pueda estar autorizada para participar activamente de las movilizaciones programadas para ese día”.

Ahora bien, pese a estas instrucciones de movilización confusas, lo que ha sucedido en varios liceos y colegios -especialmente municipales- es que las y los profesores votaron el paro. En mi comuna -El Bosque- paralizamos 14 escuelas y 5 no. He sabido de escenarios parecidos en Santiago Centro y Pudahuel. ¿Por qué sucede esto? Por lo que dice María Isabel: molesta lo que sucede cotidianamente en las escuelas públicas, la pobreza, el abandono que hay.

Por ejemplo en mi liceo en El Bosque, hace unos dos meses tuvimos una movilización, porque había hongos en el techo del casino de funcionarios y filtraciones en el baño y, quedando un mes para que pasemos al SLEP El Pino junto a las comunas de La Pintana, todavía hay una serie de serios problemas de infraestructura no resueltos. Es sólo un micro ejemplo de lo que sucede a gran escala en Copiapó o Valparaíso. Si lo menciono, es porque quiero señalar que, ese tipo de cosas, molesta a quienes trabajamos en educación. Porque trabajamos con jóvenes y niñeces, quienes viven sus propias dificultades, y buscamos contribuir a sus aprendizajes en condiciones adversas.

Pero el lema parece ser siempre “hagan lo que puedan, con lo que tienen”. El Estado y los políticos oficiales, han querido resolver esta situación con aula segura y protocolos de convivencia, lejos de criterios educativos. Esto ocurre mientras el gobierno exhibe un discurso de responsabilidad fiscal, reduciendo recursos para educación y salud. El que exista disposición a movilizarse de parte de las y los profesores, creo que responde a cierto descontento con el abandono de la educación pública, que no se resolvió con el gobierno de Boric.

¿Entonces ven una especie de desconexión entre las razones por las cuales profesores votan paro en sus colegios y el petitorio concreto que levanta la MSP?

Juan: Creo que la respuesta no es tan simple como un “sí” o un “no”, porque hay razones del petitorio que sí son conocidas por las y los profesores y que sí generan respaldo: por ejemplo, el aumento salarial real para los funcionarios públicos, el repudio a la decisión de Contraloría que afecta a los profesores a contrata, etc. Esas son las razones explícitas por las cuales se marcha el 28. Pero creo que, nosotros que trabajamos en educación pública, sabemos que la molestia va mucho más allá de las cosas que plantea el petitorio.

¿Creen que el estado actual de la educación ha hecho que el profesorado se decepcione del gobierno?

María Isabel: Te pongo un ejemplo: muchos profesores de mi edad vieron a Boric y a la actual ministra Camila Vallejo como dirigentes estudiantiles en 2011. En ese tiempo, muchos de los profes que ya estaban ejerciendo, los vieron como referentes de la lucha por la educación. Los siguieron en sus carreras políticas, hasta su llegada al gobierno.

Ahora que queda sólo la cuarta parte del tiempo para que el gobierno cumpla su periodo ¿crees que esos profes pudieron haberse decepcionado de estos referentes ahora en el poder? Yo creo que muchos se decepcionaron, porque la realidad de la educación ha seguido igual y peor. Y pueden votarles, optando por el “mal menor” frente a la derecha, por ejemplo en las últimas municipales, pero ya no creerles.

Yo creo que cuando hay decepción, puede haber más disposición a movilizarse, porque ya no se espera que las cosas se resuelvan sólo esperando. Sólo así me explico que se vote paro, pese a las instrucciones tan confusas de los dirigentes de los profesores y a estas alturas del año.

¿Entonces ven que la movilización es una acción contra el gobierno?

María Isabel: Nada de eso. Sería exagerada esa visión. En los colegas que votaron paro, en mi visión, lo que hay es decepción, pero todavía no hay antagonismo con el gobierno. Por otro lado, los dirigentes siguen confiando en el gobierno y tienen el control de las movilizaciones. Lo que buscan los dirigentes de la MSP, expresamente, es que, en el último año de gobierno, se ratifique el compromiso inicial con los funcionarios públicos y los profesores. Mesas de trabajo, reuniones, promesas, agendas legislativas. Lo de siempre. Pero no se están movilizando de manera independiente del gobierno. Es como que dijeran: “El gobierno nos prometió que aplicaría las 40 horas al sector público y todavía no lo hace: marcharemos un día para que cumpla lo que prometió. También prometió hace un año empezar a conversar sobre “trabajo decente” en el sector público. Pasó un año y no hizo nada, pero marcharemos para que ahora sí haga algo y avance la mesa”.

En resumen, la movilización del 28 de noviembre es una movilización de presión. Los dirigentes utilizan una marcha como un mecanismo para presionar que el gobierno cumpla sus promesas y entregue algo del petitorio.

¿Cómo valoran entonces este pliego presentado por la MSP y la movilización?

Juan: Nosotros, desde nuestros liceos, somos parte de la movilización. El petitorio, contiene demandas mínimas necesarias, por ejemplo, un aumento de remuneraciones real superior al 3% o la implementación de la reducción de la jornada a 40 horas también en el sector público -aunque para nosotros debería ser aún menor: de 30 horas, sin rebaja de sueldo y con un una proporción de 50/50 entre horas lectivas y no lectivas en el caso de los profesores. También se denuncia el ataque de Contraloría a los trabajadores a contrata a través de la negación de la figura de “legítima confianza”. Todo eso es necesario pelear.

Pero como dice María Isabel: las conducciones de los gremios mantienen su subordinación a los tiempos y promesas del gobierno, lo que nos debilita. No sorprende: casi en su mayoría los dirigentes de la MSP son militantes de partidos oficialistas o cercanos. Por eso se conforman con marchas de presión. De esa forma, se limita nuestra capacidad de lograr conquistas.

Piensa que los trabajadores del sector público, incluyendo a los docentes, tenemos una gran capacidad de movilización y unidad, que, en parte, se demuestra en estas negociaciones, que no son legales y en la que somos capaces de unirnos trabajadores de distintos sectores del Estado. Además, por nuestras funciones, de manera diaria tenemos contacto con la población: en nuestro caso, a través de estudiantes y apoderados, en el caso de los trabajadores de la salud, con los usuarios, y así. La defensa y el mejoramiento de los servicios públicos es algo que le interesa a toda la población, especialmente trabajadora y pobre.

Pero bueno: esta fuerza no se despliega más que en una marcha de un día y en un petitorio que fue definido sólo por los dirigentes. Los dirigentes con mayor responsabilidad no hicieron nada para preparar la jornada de hoy desde las bases, o para debatir, por ejemplo, un plan escalonado de movilizaciones hasta revertir el dictámen de Contraloría. Tampoco se debatió democráticamente entre los trabajadores, el contenido del petitorio. Por eso tenemos que, además de las cuestiones necesarias presentes en el pliego, como el aumento salarial real, hay demandas que sólo contribuyen a la separación de los funcionarios públicos y la población, como la extensión de la ley 21.188 que hoy rige para los trabajadores de consultorios y las manipuladoras de alimentos de escuelas, que sanciona las amenazas o agresiones, incluso con penas de cárcel.

Con este tipo de demandas securitarias, no se va al fondo del asunto: la crisis estructural del sistema de salud y del sistema de educación heredados de la dictadura pinochetista. Los que defienden que esa ley se extienda a todos los trabajadores del sector público ¿creen que otorgando facultades para denunciar a apoderados o estudiantes amenazando con penas de cárcel, vamos a resolver la violencia en las escuelas, por ejemplo? Para mejorar las interacciones entre usuarios y trabajadores de la salud ¿no habría más bien que contratar más personal, y realizar un mejoramiento sustantivo de toda la infraestructura médica pública?

Se podrían cobrar impuestos a las grandes fortunas o incluso expropiar recursos en manos de transnacionales para invertir en educación y salud, se podrían gestionar los servicios de manera democrática, a través de comités de trabajadores y usuarios que planifiquen la salud y la educación de acuerdo a las necesidades de los trabajadores y sectores populares. Seguramente, si los docentes le propusiéramos a los cientos de miles de apoderados una pelea común para mejorar la educación pública, con financiamiento basal y un aumento significativo del personal para hacer de las escuelas verdaderos espacios de encuentro y educación, ganaríamos fuerza. Pero los dirigentes oficiales prefieren realizar la movilización de presión de todos los años y no dar una respuesta acorde a la magnitud de la crisis.

¿Qué alternativa ven para las y los trabajadores en este escenario?

María Isabel: Para mí, lo que dice Juan demuestra que es necesario construir agrupaciones en los sindicatos para desplazar a las direcciones burocráticas que sólo apuestan a los diálogos infructuosos con los gobiernos de turno. Es necesaria una política que confíe en la fuerza de las y los trabajadores y en la unidad con el resto de la población. En toda comuna hay liceos, consultorios, un registro civil, entre otras cuestiones. Si los dirigentes apostaran por la fuerza de los trabajadores y no por esperar que en el último año de gobierno Boric sí va a hacer algo, se podrían haber generado coordinaciones entre los trabajadores de los distintos sectores y una campaña hacia la población. Se podría plantear una política que vaya más allá del reajuste salarial, planteando un financiamiento basal a los servicios públicos como salud y educación en base a impuestos progresivos a las grandes fortunas. Se podría plantear la gestión democrática por trabajadores y comunidades. Luchar por medidas de fondo, evidentemente implica un plan de lucha, no sólo marchar un día.

Pero para todo esto, habría que construir agrupaciones independientes políticamente del gobierno, que confíen en nuestra fuerza como trabajadores. Eso es lo que hacemos desde Nuestra Clase.

 
Izquierda Diario
Síguenos en las redes
/ Laizquierdadiariochile
@lid_chile
www.laizquierdadiario.cl / Para suscribirte por correo, hace click acá