Como todos los fines de año comenzó la negociación del sector público por el reajuste para el año 2025, el cual ha estado envuelto por una serie de polémicas principalmente por el cuestionamiento al dictamen de contraloría sobre “confianza legítima” que permite los despidos a quienes ya tienen contrato a plazo fijo, despidos que antes no eran tan fáciles de realizar a no ser que se lleve a cabo una falta grave, ahora según este dictamen nos podrían despedir cuando se les dé la gana.
Otras de las demandas que se están levantando son las mismas de siempre, aumento de sueldo, bonos, vacaciones, el tan anhelado incentivo al retiro que ya tiene a decenas de trabajadores fallecidos esperando sus dineros para poder jubilarse, y ahora último la implementación de la disminución de la jornada laboral a 40 horas.
El llamado a paro fue muy encima de la fecha a la que se convocaba, muchos nos enteramos por redes sociales que este 28 de noviembre había paralización, como siempre las y los trabajadores somos los últimos en conocer las puntos que se negocian, discuten y deciden por arriba, lo que implicó que se organizara de manera tardía y que las y los trabajadores de la Atención Primaria en Salud se quedarán en los consultorios solo haciendo los turnos éticos y los turnos puerta, mientras más de 2.000 funcionarios de la salud, de educación y de diferentes servicios públicos salían a marchar a la calle en Antofagasta, la dirigente de la FETRAPSA se subió a dar una palabra en la movilización y al mismo tiempo, todos los y las trabajadoras estábamos encerrados en los consultorios, ninguna ambición de sacar a un sector tan importante a la calle, ni siquiera se nos pregunta si queremos o no marchar, simplemente se decidió a puertas cerradas una vez más, mucho menos sin asamblea.
Esta movilización mostró que existe una base para la unidad entre las y los trabajadores, pero que falta mas deliberación de las bases en asambleas para decidir qué acciones llevar adelante para poner en la palestra nuestras demandas, que no se dedican las cosas en cuatro paredes y sean las bases quienes tengan voz y voto, al mismo tiempo que es necesario elevar nuestras demandas y cuestionar los pilares que mantienen a estos servicios básicos como la salud y educación, como los demás servicios en la precariedad, buscando un diálogo y unidad con los usuarios que son quienes reciben las migajas en las atenciones, ellos son quienes están en las eternas listas de espera y de atención, sus hijos sin matrícula o hacinados en las salas de clase. Nuestras demandas salariales y sindicales son importantes como lo son también cuestionar los pocos recursos que se destinan desde el Estado para la atención ya sea en salud u otros servicios, como también en la educación.
Si bien se realizaron asambleas previo al paro con los delegados, es necesario que estas asambleas sean abiertas a las bases, dando un espacio real de deliberación,
para que todos los trabajadores definamos cuáles son las demandas que nos unifican y como luchar por ellas, en ese sentido esta convocatoria a paro es importante pero es necesario darle continuidad mediante un plan nacional de movilización ascendente organizado desde las bases.
Acabemos con las negociaciones por arriba, entre funcionarios y militantes de gobierno, superemos la división que fomentan las diligencias gremiales que solo restan fuerza a la organización de nosotros las y los trabajadores. |