El paro convocado por la CUT y ANEF el pasado 28 de noviembre mostró de forma incipiente que a nivel nacional existen ánimos y fuerza para luchar por nuestras demandas. Fueron miles de trabajadores de la educación, salud y de las distintas instituciones estatales que paralizaron y se movilizaron en todo Chile, exigiendo principalmente el reajuste salarial por sobre el IPC, la aplicación de la jornada de 40 hrs y la anulación del dictamen de Contraloría sobre la legítima confianza.

Si bien fueron miles en las calles, esta fuerza pudo haber sido mayor pero tuvo un freno impuesto por las direcciones sindicales de la Mesa del Sector Público, quienes además de convocar en pocos días a la movilización, no realizaron asambleas de forma amplia para discutir y organizar la movilización. Subordinandose además a la histórica división de las y los trabajadores, sobre todo en el gremio de salud, donde solo algunos pocos tienen derecho efectivo a la movilización dejando a afuera por ejemplo a quienes son suplencias u honorarios, que además son la gran mayoría de la fuerza laboral.

El gobierno por medio sus ministros, como el concertacionista Mario Marcel y la militante del Partido Comunista Jeannette Jara, han buscado desacreditar la movilización y las demandas de los trabajadores, expresando una postura intransigente del gobierno que busca ejecutar un presupuesto mezquino bajo el lema del “déficit cero”, cuestión que es una política común entre el gobierno y la derecha. Un acuerdo del régimen político de conjunto que va en directo desmedro de las y los trabajadores y también usuarios del sistema público, ya que, lo que está detrás del “déficit cero” es justamente el recorte en el financiamiento de los servicios públicos y el rechazo a las demandas de los trabajadores.

Conquistar nuestra demandas, tan sentidas en un contexto inflacionario donde aumenta la carestía de la vida y en donde la condiciones de trabajo son inestables, implica actuar con total independencia al gobierno, esto por medio de la movilización. Pero también implica superar la política de las direcciones de la MSP, esto significa superar los métodos burocráticos y la movilizaciones por hito a las que convocan de manera folclórica las dirección sindicales.

Desde la agrupación Abran Paso, de trabajadoras y trabajadores de la salud, creemos que es muy importante poder organizarnos en nuestros lugares de trabajo, exigiendo a las direcciones gremiales que convoquen a asambleas unificadas, sin divisiones entre las y los trabajadores ya se por gremio o por tipos de contratos, donde podamos discutir y organizar un plan de lucha ascendente para no permitir ataques a la salud o educación pública que ya vienen en una profunda crisis y además luchar retomando la movilización y la confianza en nuestras fuerzas para conquistar todas nuestras demandas.