La dinámica de trabajo en Telmex es cada vez más compleja para las y los trabajadores, por la ofensiva de la empresa que busca imponer su política de austeridad y mayor productividad, afectando las formas y ritmos de explotación. Desarrollamos algunos puntos claves de la patronal con esta política y sobre cómo enfrentarla.
Eficiencia y productividad, parte del plan a gran escala
La estandarización de las formas de trabajo en Telmex busca uniformizar los procesos y procedimientos para mejorar las formas de explotación e imponer ritmos productivistas más altos. Con estas medidas la empresa ordena el trabajo conforme a sus intereses, facilita la supervisión y el control del proceso, asegura que se cumplan sus políticas laborales y tiempos establecidos, de modo que los trabajadores completen más tareas en menos tiempo y aumentando la productividad de la empresa y de cada telefonista, con menos contratación de personal sindicalizado.
Telmex busca equiparar a los trabajadores sindicalizados a los ritmos de explotación de los telefonistas precarizados de filiales, exigiendo cada vez una mayor velocidad en la ejecución de tareas, la reducción de errores debido a la repetición de procesos definidos rigurosamente y una coordinación más exigente y apegada a un protocolo común al servicio de esta política. Es parte del endurecimiento patronal de la familia Slim para obtener más ganancias y, a la larga, marcar un ritmo de explotación más ofensivo a nivel nacional en Telmex, política que golpea directamente a la organización sindical, mientras la burocracia dirigente es cómplice por negarse a luchar en defensa del trabajo, los derechos laborales y por el cumplimiento de miles de contrataciones congeladas, entre muchas demandas urgentes más.
Pérdida de autonomía para los trabajadores e imposición de la flexibilidad laboral
El trasfondo de una mayor eficiencia empresarial es la pérdida de autonomía de los trabajadores, al tener que adaptarse a la productividad y a un mayor control impuestos, más toda situación específica o imprevista que requiera la empresa. Ya no digamos la posibilidad de tener mayor interacción social o la posibilidad de tomar decisiones conjuntas, pues éstas cada vez vienen más de arriba.
Por otro lado, la capacitación estandarizada genera curvas de aprendizaje más cortas para los nuevos telefonistas, mientras que la estandarización del trabajo con el tiempo pretende restringir todo juicio profesional de los telefonistas, limitados por la rigidez de procedimientos de trabajo cada vez más estructurados, que en perspectiva buscan impedir la toma de decisiones basadas en su experiencia, especialmente ante las situaciones más complejas que requieran de su criterio. Una dinámica donde el desarrollo profesional o técnico está subordinado a la productividad y eficiencia y no a la experiencia.
Aumento de riesgos y carga de trabajo
Mayores tareas, jornadas más largas, guardias por falta de personal, son metas pro empresariales que no toman en cuenta la complejidad y especificidad de las tareas de los telefonistas. Dinámica que resulta en aumento de estrés y desgaste para los trabajadores. No disminuyen los riesgos laborales con mayor carga de trabajo y productividad, por el contrario, es la base laboral la que carga con los costos de las necesidades de mayor ganancia a costa de su salud. Más aún cuando Telmex se ha negado a resolver las necesidades de material, herramientas, equipos y vehículos que permitan garantizar el trabajo y la seguridad laboral. Estas carencias son cada vez mayores y muy grandes en algunos centros de trabajo, sumado a la falta de contratación. A esto se suman los cortes y robo de cables, anillos de fibra óptica y demás partes de las instalaciones que parecen parte de un sabotaje bien organizado, que se resiente en muchas localidades por períodos de tiempo y con ritmos constantes.
A defender los derechos laborales y a nuestro sindicato
Ya vimos cómo la necesidad de personal, jubilación o salario dignos son temas de tercer orden para la patronal en Telmex, su prioridad es asegurar tanto la efectividad operativa como sus ganancias, logrando mayor eficiencia y productividad.
Es necesario que la dirección del Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM) rompa su política pasiva e impotente de negarse a luchar por frenar estas políticas de explotación, falta de contrataciones y mayores riesgos de trabajo. Hay centros de trabajo con mayor ausencia de compañeros, donde el peso patronal de la empresa es más fuerte y gana terreno imponiendo sus condiciones de precarización laboral. Peor aún, los discursos de colaboración a las necesidades de la empresa vienen de nuestra propia dirección sindical.
Por eso, la base telefonista debemos reflexionar sobre las condiciones laborales que se nos imponen paulatinamente, cuestionar la tolerancia a estas políticas por parte de la dirección sindical y exigir un plan de lucha nacional para enfrentar el ataque de la empresa a nuestros derechos laborales y el debilitamiento sistemático de nuestro sindicato. |