Estas últimas semanas pareciera ser que el gobierno de Gabriel Boric y la derecha,en conjunto con todo el régimen político que dirigen los partidos tradicionales, buscaron llegar a acuerdos de “reforma tras reforma”. Buscando puntos de encuentro para equilibrar un régimen político en crisis, que ahora además enfrenta un escenario internacional inestable.

Los empresarios en Chile recibieron con cautela la noticia de que Donald Trump llegará al gobierno de EE.UU, quien anunció medidas más ligadas al proteccionismo aún no altera los mercados mundiales, pero los empresarios chilenos lo ven con precaución. Y es que siendo EE.UU uno de los principales socios comerciales de Chile, al igual que China, la burguesía chilena, tradicionalmente subordinada a EEUU busca pasar lo más desapercibida posible en un escenario de mayores tensiones, desde antes de las elecciones, los diferentes economistas ligados al Diario Financiero u otros medios empresariales, declaraban que Kamala Harris, era la mejor opción para la economía y las proyecciones económicas futuras. Aún está por verse cuánto cambiará esto en un gobierno del ultraderechista Donald Trump.

Lo cierto es que, los partidos tradicionales al interior del régimen político, donde se encuentra el gobierno de Gabriel Boric, buscan aprovechar la coyuntura política “hacia el centro” que dejaron las últimas elecciones municipales y de gobernadores, para apurar los principales consensos que busquen prepararse no solo para el posible inestable escenario económico internacional, sino que también el orden político interno. Un “centro sin centro” como ya hemos señalado, donde el centro tradicional se encuentra desbaratado y partidos que buscan ocupar su lugar aún no emergen. Pero sí tiene figuras, que buscan ocupar su lugar, como es Claudio Orrego ex demócrata cristiano, quien declaró que en las pasadas elecciones a gobernador en la Región Metropolitana “ganó la moderación”.

Dicha “moderación” abre el espacio político para mayores ataques y ofensivas contra el pueblo trabajador. En la pasada discusión de presupuesto, hacen recortes sobre los servicios de la población, mientras que a las grandes empresas les prometen recortes de impuestos, este gobierno, nuevamente gobierna con la lógica de la Concertación siendo el primer gobierno de los últimos 35 años en rebajar la tasa de impuesto que pagan las empresas desde el 27% actual a un 25%.

No es casualidad que como parte de la discusión presupuestaria, hayan acordado como base no solo el recorte de los 600 millones de dólares del nuevo presupuesto, sino que además que las cuentas fiscales se encuentren bajo la mirada del Fondo Monetario Internacional (FMI); que nos haga verdaderas auditorías y vaya verificando la “responsabilidad fiscal”. Además de que es una entrega de soberanía política y económica a organismos internacionales que existen para equilibrar las finanzas mundiales en beneficio de las grandes potencias.

Reforma migratoria y reforma al sistema político: un giro a la derecha en el debate público

Pero mientras ambas coaliciones se ponen de acuerdo frente al presupuesto 2025, el debate público se derechiza con la aprobación de la ley de migración y la aprobación de la reforma al sistema político en la cámara de diputados.

En el caso de migración se votó una reforma escandalosa, donde se amplían las facultades para la expulsión de migrantes por delitos leves o denuncias comunes reiterativas interpuestas en policías locales, un salto en medidas restrictivas, por causales absurdas como ruidos molestos o comercio ambulante. Esta medida, presente en pocos lugares del mundo, fue denunciada por organizaciones migrantes como abiertamente discriminatoria y por promover la xenofobia.

Otro de los cambios en la reforma es la incorporación de los datos biométricos en el registro nacional de extranjeros. A esto se agrega una modificación en el sistema de entrada de los niños, niñas y adolescentes que ingresen a Chile sin compañía o documentación. De acuerdo al texto, cada caso deberá ser analizado por un Tribunal de Familia, que tendrá que revisar la situación familiar de cada menor para determinar si se ordena la permanencia o la salida del país. Para esto se instalaran refugios en la frontera. Países que han aplicado estas medidas han sido cuestionadas por abusos contra niños y mujeres.

En el caso de la educación, el texto ordena a los establecimientos a hacer un enrolamiento de los estudiantes que se encuentren en una situación migratoria irregular. Algo similar ocurre con quienes necesitan atención en la salud pública. En vivienda, se establece que quienes se encuentren en una condición migratoria irregular no podrán subarrendar una propiedad. De conjunto son medidas que promueven la xenofobia y discriminación, profundizando los prejuicio y divisiones en la clase trabajadora.

Este acuerdo reaccionario en materia de migración fue acompañado con la discusión de la reforma al sistema político ampliando las barreras a toda organización por fuera de los grandes conglomerados. Es un ataque a las expresiones políticas que difieran del sistema de bloques actuales. Partidos políticos que incluso saquen escaños en las elecciones, perderán la bancada y su legalidad si es que no alcanzan el 5% de votos a nivel nacional. Un piso que obliga a los acuerdos y a partidos menores a entrar en los bloques políticos dominantes. Estos elementos consolidan elementos prescriptivos bajo el argumento de combatir la “fragmentación política”.

El gobierno vota un presupuesto de continuidad desfinanciando la salud y la educación ¡Es urgente un plan de lucha unificado para enfrentar los despidos en la educación, salud y derechos básicos!

Mientras el gobierno es artífice de acuerdos con la derecha en reformas claves, la disminución de recursos en educación y servicios básicos profundiza la precariedad de los servicios básicos en salud y educación.
Esto ha provocado duras medidas de ajuste en las universidades públicas.

300 trabajadores de la UFRO fueron desvinculados, sumado a los 200 trabajadores desvinculados en la universidad de Antofagasta, un proceso que llevó a estudiantes a tomar las dependencias de ambas Universidades. Es urgente que las federaciones estudiantiles y de trabajadores llamen a un plan de lucha unificado partiendo por un paro nacional contra los despidos en las universidades públicas. Buscando aunar las denuncias que ya venían haciendo los trabajadores de la Dirección del Trabajo que denunciaron despidos, el ataque a la salud, que implica el cierre de los planes de infancia trans, como el desfinanciamiento a las casas de derechos humanos.

Es necesario frenar todo tipo de despido y ataque contra las y los trabajadores, esto no es sólo un problema de los trabajadores de las universidades públicas, sino que un problema para el conjunto de la comunidad y del país. Las y los empresarios, hoy, tienen un plan completo para bajar el gasto social, es decir, se encuentran jugando impunemente con las necesidades de los trabajadores y el pueblo, el desempleo es histórico en Chile y ahora con este presupuesto de austeridad impulsado por el régimen político y los empresarios, se potencian más los despidos de funcionarios y funcionarias públicas, aumentando así la situación de cesantía. Esto es un problema social muy profundo.

La política de Boric si bien ha combinado concesiones como la propuesta para el pago de la deuda histórica de los docentes, busca afirmar a su base social, mientras llegan a acuerdos con la derecha en reformas claves que dejan intacto el chile de los ultimos 30 años. En la discusión de presupuesto continua medidas que precarizan los servicios básicos.

Necesitamos una referencia propia para la clase trabajadora. Las organizaciones que han caído en el apoyo al “mal menor”, como el partido ecologista popular o de municipalismo popular como Matias Toledo, que recientemente apoyaron a Claudio Orrego en las elecciones a gobernador, alimentan la ilusión que aliándose con los sectores del gobierno se podrá enfrentar a la derecha, pero la realidad es la contraria, se legitiman acuerdos reaccionarios como los que recientemente se votaron.

Es por esto que es necesario levantar un frente político de independencia de clase y con un programa claramente socialista, para enfrentar las diferentes variantes empresariales. Con centro en la movilización y organización de los trabajadores y el pueblo.