El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de noviembre, divulgado este miércoles, reflejó una tendencia preocupante para los afiliados a los servicios de salud privados. En un contexto donde la inflación general se situó en el 2,4%, la inflación en el sector de la salud alcanzó un 2,9%, con un aumento destacado de las tarifas de las prepagas, que experimentaron un ajuste del 4,75%, casi el doble que la inflación general y un aumento considerable frente a la suba del 1,73% en los medicamentos.
Una de las razones que explica este desajuste es que los aumentos de las prepagas de noviembre fueron comunicados por las empresas en octubre, cuando la inflación conocida era la de septiembre, que había sido del 3,5%. De esta manera las prepagas siguen aumentando todos los meses por arriba de la inflación desde que el Gobierno los habilitó para desregular los precios.
La excusa de las empesas de medicina prepaga es que en los últimos 12 años los aumentos de los medicamentos fueron mucho mayores que los de las prepagas, por lo que ahora las empresas de salud buscan "recuperar lo perdido". Además, sostienen que la inflación en el sector de la salud siempre tiende a ser superior a la general, un fenómeno atribuido al aumento de la expectativa de vida, las nuevas tecnologías médicas y los altos costos de los tratamientos.
Sin embargo, la Cámara de Instituciones de Diagnóstico Médico (Cadime) emitió un comunicado denunciando que las prepagas aumentan sus cuotas a los afiliados mucho más rápido que lo que pagan a los prestadores por los servicios médicos.
De acuerdo con los datos de Cadime, entre 2022 y 2024, las cuotas de las prepagas aumentaron un 435% en promedio, mientras que los aranceles de los prestadores de salud solo crecieron entre 160% y 224%.
Con el dato de inflación de noviembre ya conocido, las prepagas se preparan para informar a sus afiliados sobre los aumentos previstos para enero, tal como lo exige la normativa vigente, que establece que las subas deben ser notificadas con al menos 30 días de antelación.
Con la desregulación habilitada por el Gobierno las prepagas vieron crecer sus ganancias a costa de los usuarios del sistema mientras que especulan con los pagos a los prestadores. Un negocio redondo que ha venido generando un malestar creciente lo que obligó a que el propio gobierno haya tenido que salir este jueves a amenazar con sancionar a las empresas por “presunta cartelización”. Entre ellas se encuentran Galeno, Swiss Medical, Hospital Británico, Medifé, Omint, Hospital Alemán y Osde.
Se trata de un intento de lavarse la cara ante una situación que el propio Gobierno habilitó y donde las prepagas vienen abusando de su posición habiendo dejando en claro Claudio Belocopitt, titular de Swiss Medical y hoy expresidente de la Unión Argentina de Salud (UAS), que la medicina prepaga es para un sector reducido donde no deberían entrar ni las personas mayores, ni los monotrobutistas. Esta situación explica en gran parte la migración de miles de familias de la medicina privada al sector público que al mismo tiempo sufre recortes permanentes de parte del Gobierno, y que tuvo como último objetivo el ataque a los jubilados restringiendo al máximo la cobertura en medicamentos a los afiliados al PAMI. | 
