Luego de las denuncias que publicamos esta semana sobre las condiciones de trabajo en supermercados DIA, más jóvenes trabajadores de esta cadena (y otras del rubro comercio), nos hicieron llegar sus voces y algunas fotos. El cinismo de la ética en DIA y el exprimidor de repositores.
“Durante mucho tiempo el descanso en este supermercado fue de unos 15 minutos por turno. Hoy en día logramos – cuenta el joven que nos contactó- una extensión de 15 minutos más, es decir, un descanso de solo media hora”.
Ese lugar que la empresa destinó al recreo laboral en la tienda del trabajador que nos habla, está invadido con carteles que recuerdan las directivas de la jefatura y su insistencia en los pilares que sostienen las ganancias por más de 5 millones de pesos. Es que, lisa y llanamente como lo dicen en los mismos carteles (ver fotos) no podrían lograr semejantes ventas y ganancias si no fuera porque los trabajadores no tienen más opción que hacerlo posible para poder mantener la fuente de trabajo.
Eficacia, equipo, iniciativa y, llamativamente, respeto, aparecen entre los valores de este código que la propia empresa viola permanentemente con sus empleados puertas adentro.
La espina dorsal de los contratos
El caso de los repositores externos de supermercados, como contábamos anteriormente, no es ajeno a la situación que padecen los jóvenes en la Argentina de la última década.
BD. (resguardamos su identidad por razones obvias) nos cuenta que “los sueldos básicos de repositor promedian los 8500 pesos y varía según la agencia. “Claro que con eso no llegas a cubrir ni la canasta básica, gracias a que el último acuerdo de aumento de Cavallieri (dirección del sindicato de comercio) cerró muy por debajo de la inflación. Nosotros sabemos que la tercerización es la espina dorsal de todos los contratos que tenemos. Por ejemplo, no te garantizan tampoco estabilidad porque depende de las ganancias en ventas si ese mes les cierra o no. De las condiciones ni hablar, muchos compañeros tienen hernias de disco, tendinitis y otras enfermedades por las tareas y la exigencia con la que las realizamos todos los días”.
La situación que gráfica BD, dejó un episodio trágico hace dos años en un Yaguar de Campana. Allí en el año 2013 un trabajador tercerizado fue enviado a realizar reparaciones en el techo del salón de ventas mayorista. Sin ninguna seguridad, ni siquiera una soga, Ramón Botelo, oriundo de Moreno, cayó brutalmente al piso entre las góndolas de mercadería desde más de 10 metros de altura, luego de que una de las chapas del techo cediera. La tienda permaneció abierta con clientes circulando tras el cercamiento de la escena que realizaron los jefes con pallets, y los trabajadores fueron inmediatamente amenazados para no abandonar sus puestos y continuar la venta.
En beneficio de los empresarios, con aliados como la burocracia sindical y el gobierno, así trabaja la gran mayoría en la década ganada, donde la circulación de trabajadores por agencias es un gran negocio de tercerización, que en muchos casos manejan los propios dirigentes sindicales, como el caso de los tercerizados del ferrocarril Roca, negocio en manos de Pedraza y sus amigos, tan rentable que por mantenerlo, asesinaron a Mariano Ferreyra, que esta semana se cumplen 5 años de su asesinato en manos de la burocracia sindical.
El kirchnerismo ha sido cómplice del avance de la precariedad entre los trabajadores de comercio, mientras que los únicos que conocieron la “década ganada” fueron los empresarios que se la llevaron en pala, a costa de sueldos miserables, despidos, altos precios en productos de primera necesidad, jornadas extenuantes, sin descanso dominical y feriados mal pagos. Con Scioli, Massa y Macri esta situación se va a profundizar, ya que ellos se preparan para administrar los negocios de los empresarios y seguir garantizando sus ganancias.