La concentración convocada por la asamblea de Vecinas y Vecinos de Barrios y Pueblos de Madrid y apoyada desde el sindicato MATS (Movimiento Asambleario de Trabajadores de la Sanidad) reunió a varios cientos de personas y sirvió para expresar el rotundo rechazo a las privatizaciones de los servicios de almacén y esterilización que las CAM junto a la gerencia del centro han impuesto aprovechando el traslado del centro.
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Las trabajadoras del hospital y las vecinas que participaron en la concentración dejaron claro que no van a permitir que la sanidad pública siga siendo atacada. Estas privatizaciones tienen consecuencias, especialmente para el quirófano. Diana, enfermera de quirófano en el 12 de octubre y delegada del MATS, denunciaba las graves consecuencias que esto tiene para los usuarios “este trabajo lo hacíamos antes los trabajadores del Hospital 12 de octubre y llevábamos haciéndolo 30 años sin ningún tipo de problema. Nunca ha tenido que cancelarse una cirugía por falta de instrumental pero llevamos aquí solo dos meses y el jueves sin ir más lejos tuvieron que suspenderse dos cirugías”.
Además, la lucha contra la privatización del 12 de octubre no es una lucha aislada, como denuncia Edurne Prado, enfermera en la UCI pediátrica del 12 de octubre y afiliada del MATS, “dejar pasar este ataque abre la puerta a nuevas privatizaciones no solo en este hospital, sino en otros centros, como la atención primaria o servicios esenciales que también están bajo amenaza.”
En la concentración participaron trabajadoras y trabajadores de distintos servicios del hospital. Desde los servicios de enfermería, TCAEs (Técnicos en Cuidados Auxiliares de Enfermería), cocina y muchos otros y exigieron mejores condiciones. Denuncian que el nuevo centro lejos de suponer una mejora ha supuesto una degradación de sus condiciones en muchos casos y cómo la gerencia del hospital les maltrata.
Durante la concentración, trabajadoras de estos servicios del hospital tomaron la palabra para denunciar las condiciones laborales precarias que están enfrentando desde el traslado al nuevo centro. La falta de conciliación familiar, los contratos temporales, plantillas insuficientes y la ausencia de materiales básicos son solo algunas de las denuncias que se escucharon.
Trabajadores de cocina señalaron cómo el frío extremo en las instalaciones hace insostenibles las jornadas laborales, y denunciaron que nos se les facilita la ropa suficiente, ellas mismas tienen que comprarse sus propios forros polares. Enfermeras denunciaron que se sigue trabajando con plantillas bajo mínimos, lo que pone en riesgo la salud de las pacientes. Las trabajadoras también alertaron sobre la precariedad de los contratos y la inestabilidad que están sufriendo con el cambio.
A la movilización también acudieron cientos de vecinas y vecinos de Madrid, usuarios agrupados en la Asamblea de Vecinas y vecinos de los Barrios y Pueblos de Madrid, quienes denunciaron la situación crítica que atraviesa la sanidad pública en la comunidad. La falta de pediatras en centros de atención primaria, las interminables listas de espera tanto en consultas de especialidades como en cirugías, y la ausencia de médicos en barrios enteros son algunos de los problemas que padecen día a día.
Los vecinos señalaron que esta situación no es casualidad: es el resultado de años de políticas que buscan desmantelar la sanidad pública para favorecer a las empresas privadas.
Vecinas junto a trabajadoras expresaron la convicción de seguir peleando. Edurne Prado, dejaba claro que “No vamos a parar, trabajadoras y usuaria tenemos memoria y sabemos que las privatizaciones se pueden parar con organización y lucha”.
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