Redactado: En 1923 por Luis Emilio Recabarren, luego de un viaje a Rusia para asistir al IV Congreso de la Internacional Comunista - Comintern y al II Congreso de la Internacional Sindical Roja - Profintern, realizados en noviembre y diciembre de 1922.
Publicación: En 1923. Impreso en Santiago - Chile por Talleres Gráficos.
Transcripción: René, 2019.
Esta edición: Marxists Internet Archive, enero 2019.
Prefacio
Existen ya muchas publicaciones sobre la Rusia de los Trabajadores, ya sea escritas con pesimismo o con optimismo, a favor y en contra, según el modo de pensar y el estado de ánimo de cada escritor. Algunos han escrito después de haber visitado aquel país. Por cierto algunos escritores fueron a Rusia a ver el comunismo establecido por los comunistas y como no lo encontraron en la forma y manera que su imaginación caprichosa se trazara, declararon después que los comunistas habían fracasado.
Yo fui a Rusia, enviado delegado al 4to Congreso de la Internacional Comunista y al 2do Congreso de la Internacional de los Sindicatos Rojos. Y fui a Rusia llevando en mi convicción de que los comunistas no habían podido construir todavía la sociedad comunista en Rusia, por las razones que se leerán en el transcurso de estas páginas, y que con el poder político y económico en sus manos se ocupaban desde el 7 de Noviembre de 1917 en acumular los elementos para la construcción de la sociedad comunista que tenemos trazada en nuestros programas y aspiraciones. Este modo de apreciar la situación de Rusia, durante los cinco años transcurridos, y predicados durante el mismo tiempo en Chile, es lo que ha formado en la masa trabajadora organizada de este país una idea clara y sin equívocos de la verdadera condición en que se desenvuelve la creación de la sociedad comunista en Rusia.
Con este criterio, con la constante información que nos proporcionábamos sobre la marcha de los acontecimientos de Rusia, yo fui a aquel país a ver el trabajo realizado hasta la fecha que habrá de conducir al proletariado a la edificación del comunismo; no iba, pues, a ver funcionando el comunismo como muchos, ingenuamente o malévolamente se lo quieren imaginar. Repito, yo iba anheloso a ver cuanto trabajo se había avanzado ya en la preparación de la sociedad comunista.
Sobre lo que vi y constaté durante los cuarenta y tres días que estuve en Moscú, he escrito algunos artículos, cinco de los cuales se publicaron en "La Nación" de Santiago. Esos artículos y las conferencias que he dado, después de mi llegada, de regreso de Rusia, coleccionados y con agregados qué completan las informaciones, son el material que hoy ofrezco en este modesto folletito, con la intención de llevar a los lectores una información real de lo que hasta la, fecha lleva construido el proletariado que en Rusia tiene hoy en su poder la suma del poder político y económico, después de haber destruido despiadadamente todo el mecanismo de la sociedad capitalista explotadora.
Se me podrá observar que cuarenta y tres días, no son suficientes para reconocer e informarse de todo lo que es necesario en un país que ha cambiado tan fundamentalmente su régimen social, político y económico. Pero yo responderé a eso que yo no fui a Rusia a buscar detalles, que para este objetivo no los necesito, fui solamente a constatar lo más fundamental, con lo cual se construirá el porvenir.
Fui a ver si la clase trabajadora tenía en sus manos efectivamente el poder político, con el cual garantice la conservación en sus manos el poder económico;
Fui a ver si la clase trabajadora tenía en sus manos la dirección del poder económico, con el cual irá construyendo su bienestar;
Fui a ver si la clase trabajadora había abolido ya definitivamente todo el estado de explotación capitalista y de tiranía;
Fui a ver si la expropiación de los explotadores estaba ya completamente consumada en Rusia;
Fui a ver si habría posibilidad de restauración del sistema capitalista. No fui en busca de menudencias y detalles.
Para recoger lo fundamental me alcanzó el tiempo.
Y pude ver con alegría, que los trabajadores de Rusia, tenían efectivamente en sus manos toda la fuerza del poder político y económico, y que parece imposible que haya en el mundo una fuerza capaz de despojar al proletariado de Rusia de aquel poder ya conquistado;
Pude constatar además que la expropiación de los explotadores es completa, de tal manera que jamás volverá a Rusia un régimen de explotación y tiranía, como el que todavía soportamos en Chile;
Pude convencerme, que no me había engañado anteriormente, cuando he predicado en este país, que el proletariado de Rusia tiene en sus manos todo el poder para realizar su felicidad futura y va reuniendo los elementos para construir la sociedad comunista, como verdadero reinado de justicia social.
También pude saber cómo la clase trabajadora tomó en sus manos todo el poder y las responsabilidades del caso, y cómo por medio de la dictadura proletaria, lo conservará en su poder impidiendo que la burguesía derrumbada pretenda reconquistarlo.
Y el detalle de eso, que es lo fundamentalmente interesante, es lo que relato en este folleto.
El proletariado de Chile, recogerá de la lectura de este folleto, muchas enseñanzas para sus actividades futuras, que le permitan avanzar con éxito hacia el derrumbe del estado capitalista, que es la causa del estado de tiranía y de explotación que nos vemos obligados a soportar.
No creo haber mirado la nueva organización de Rusia, con ojos optimistas y benévolos, lo cual no lo lo consideraba de utilidad para mis propias convicciones. He examinado si los fundamentos establecidos ya en Rusia, son los fundamentos que se necesitan para la construcción de la sociedad comunista. Y es ese examen el que me ha convencido de que el pueblo de Rusia tiene en sus manos los elementos que se necesitan para la construcción de la sociedad comunista.
También quise convencerme si las condiciones del pueblo ruso eran más propicias para la revolución y para el comunismo que las condiciones en que se encuentra el proletariado de Chile para acometer la misma empresa y creo no engañarme si aseguro que al proletariado de Chile solo le falta disciplinar un poco más su organización política y económica, para encontrarse en capacidad de realizar la Revolución Social que expropiará todo el sistema de explotación capitalista y que termine definitivamente con el caos capitalista incapaz de producir el bienestar social que reclama la población de Chile. Es de esperar que después de la lectura reposada de este corto folleto, cada proletario sepa tomar el sitio que le corresponde para encaminar sus actividades hacia la realización del programa de combate del comunismo que destruya este sistema capitalista que ya ha probado de sobra su total incapacidad para dar al país ningún bienestar.
Continuar en la inactividad o a la espera de ilusorias promesas que se renuevan sin cesar, para mantener la esperanza de los crédulos que desgraciadamente son siempre los incapaces; continuar en esa condición, es mantener el malestar permanente para todos, malestar que desde hace treinta años se hace sufrir al pueblo de Chile, engañándolo con promesas que no han tenido otro objeto que prolongar el estado de explotación capitalista que permite a unos pocos hacerse millonarios en poco tiempo, mientras la mayoría de la población permanece en la más vil miseria.
Dar al pueblo los medios para terminar con su malestar, es, entre otros el objetivo de este folleto.
LUIS E. RECABARREN S.
Marzo de 1923.
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