En vísperas de la Navidad, los trabajadores de Amazon en Estados Unidos van a ir a la huelga en dos almacenes de la ciudad de Nueva York: JFK8 y DBK4. Será la primera huelga nacional de trabajadores de Amazon en la historia de Estados Unidos y demostrará a los multimillonarios el poder de una clase trabajadora unida. Los estudiantes de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), financiada con fondos públicos, deben solidarizarse con los trabajadores de Amazon en huelga; nuestros enemigos son los mismos y nuestras luchas están conectadas.
CUNY es la universidad de la clase obrera de Nueva York y eso nos da conexiones orgánicas y naturales con los trabajadores, incluidos los de Amazon. Nuestra solidaridad con estos trabajadores es fundamental para impulsar la lucha de clases en este momento. Amazon es el mayor empleador de Estados Unidos, sólo por detrás de Walmart, que no tiene presencia física en la ciudad de Nueva York. Esto hace aún más necesario que nosotros, los estudiantes de CUNY, nos solidaricemos con los trabajadores de Amazon mientras hacen historia en nuestra propia ciudad.
Mientras el sistema universitario está siendo atacado por el gobierno mediante la quita de financiación estatal, Amazon recibe más de 6.700 millones de dólares en subvenciones fiscales, de los cuales más de 700 millones proceden solo de Nueva York. A los profesores de CUNY se les acaba de plantear un recorte salarial en el último Memorando de Acuerdo mientras Amazon sigue robando la financiación de nuestra universidad. Sabemos que no es cierto que CUNY no pueda permitirse pagar a nuestros profesores un salario digno. En otras palabras, mientras nos endeudamos para pagar nuestra educación, mientras los edificios de nuestra universidad se desmoronan y mientras nuestros profesores y personal no docente están muy mal pagos, una empresa de un billón de dólares recibe subvenciones fiscales.
Amazon y CUNY han estado colaborando para canalizar a los estudiantes de CUNY, que en su mayoría proceden de comunidades inmigrantes de color de clase trabajadora, hacia una vía de empleo precarizado en Amazon. Desde 2022, Amazon se ha comprometido a cubrir la matrícula de sus empleados por hora que asisten a ocho universidades de CUNY, creando un incentivo para que los pobres y precarios destruyan sus cuerpos para la empresa con el fin de recibir una educación que podría abrirles puertas.
Además de este robo del dinero de los contribuyentes y de la explotación de estudiantes desfavorecidos, Amazon sigue ufanándose descaradamente por sus contribuciones filantrópicas a CUNY. Ha cedido una planta a CUNY en su nueva oficina llamada «Hank» en Manhattan. Amazon Go y Amazon Fresh donaron recientemente 100.000 dólares a la Panther Pantry del Borough of Manhattan Community College (BMCC) para “reducir el hambre en el campus”. En 2023, Amazon introdujo una nueva beca para los estudiantes de CUNY que son residentes del sistema de vivienda pública en la ciudad de Nueva York operado por la Autoridad de Vivienda de la Ciudad de Nueva York (NYCHA).
Los estudiantes de CUNY no debemos caer en esos engaños y levantarnos contra la explotación a trabajadores y estudiantes, así como develar el mito de la supuesta “movilidad social y económica” que utiliza la universidad mientras entrega nuestro futuro a Amazon. Una sociedad que rompe los cuerpos de sus jóvenes en los almacenes y hace que las universidades estén fuera del alcance de muchos, está fundamentalmente rota. Mientras Amazon acumula riqueza tras robar a sistemas públicos como CUNY y NYCHA, perversamente les «dona» una pequeña fracción de este dinero como parte de sus trucos publicitarios.
No debemos perdonar a Amazon por crear hambre y pobreza en nuestras comunidades que luego pretende «resolver» a través de esas frívolas donaciones. Mientras CUNY y Amazon colaboran para explotarnos, los estudiantes debemos permanecer obstinadamente unidos en nuestra resistencia. La huelga en curso de los trabajadores de Amazon es también una lucha por el futuro de los estudiantes de CUNY. Nuestros libros de texto esenciales, mochilas, electrodomésticos, ropa, accesorios y muchos más artículos son entregados por los trabajadores de Amazon. Tenemos que luchar no sólo por una universidad libre gestionada por estudiantes y trabajadores, sino también para que nuestra economía se libere de corporaciones oligopólicas como Amazon.
La alianza de estudiantes y trabajadores ha sido históricamente transformadora en momentos de mayor lucha de clases. Desde el Cordobazo argentino de 1969 hasta el Mayo francés de 1968, pasando por el movimiento contra la guerra en Estados Unidos durante la guerra de Vietnam o la huelga de 1999 en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Las recientes acampadas en las universidades estadounidenses en solidaridad con Palestina han cimentado el poder de los estudiantes en este sistema capitalista de hambre, muerte y genocidio. A medida que la crisis de la vivienda y la sanidad crecen y afectan desproporcionadamente a los sectores pobres de Nueva York, donde el alquiler cuesta mucho más que en cualquier otra ciudad del mundo, los estudiantes de CUNY tenemos que decidirnos a luchar con uñas y dientes para salvar a nuestras comunidades.
Para conquistar el mundo que queremos, tenemos que unirnos a los trabajadores porque son la clase que tiene la potencia de fuego y el posicionamiento estratégico necesarios para asestar realmente un golpe mortal al sistema. Pero los trabajadores no pueden hacerlo solos; la unidad de estudiantes y trabajadores es estratégica. La solidaridad desde fuera de los centros de trabajo, de los jóvenes con cánticos, tambores y energía es esencial. Y además, los estudiantes entran en contacto con ideas, a veces de izquierdas, a través de la universidad. Pueden llevar estas ideas al piquete, señalando, por ejemplo, las conexiones entre Amazon y Palestina. Google y Amazon tienen un contrato de 1.200 millones de dólares con el gobierno israelí para suministrar la tecnología utilizada en el genocidio en curso en Gaza.
Al mismo tiempo, los trabajadores pueden romper las ideologías burguesas que las universidades intentan crear -entendiendo que no es suficiente que una persona “lo consiga”, necesitamos la liberación colectiva de la clase obrera y los oprimidos-. Los trabajadores pueden mostrar a los estudiantes que necesitamos pensar de forma materialista y que los trabajadores están en el centro de la economía, mientras que los estudiantes pueden ayudar a expandir la visión de la clase obrera de lo que es posible, y asegurar que la lucha de la clase obrera también asuma las luchas de los oprimidos e incorpore un programa social radical.
Pero tampoco debemos ver a estos dos grupos como totalmente separados. Como muestra Amazon, muchos estudiantes son trabajadores y, por tanto, sus intereses están profundamente ligados al destino de toda la clase trabajadora. La alianza entre trabajadores y estudiantes ayuda a ambos y nuestros destinos están ligados en la batalla por un mundo mejor.
Solo en el tercer trimestre de 2024, Amazon obtuvo 15.300 millones de dólares de ganancias. Tenemos que demostrar a los capitalistas que este robo de nuestras instituciones mientras ellos se deleitan con beneficios récord no puede tener lugar bajo nuestra vigilancia. Tenemos que transformar la universidad en un lugar donde aprendamos a autoorganizarnos y dirigir la ciudad sin la clase capitalista parasitaria de multimillonarios. Debemos rechazar la cooptación de las universidades como centros de formación para un trabajo agotador que no paga ni la vivienda ni la sanidad en la ciudad más cara del mundo.
Aunque nos sintamos impotentes ante este sistema, debemos recordar que hay casi un cuarto de millón de estudiantes en CUNY. La mayoría de nosotros también trabajamos mientras asistimos a la universidad. Somos capaces de dirigir esta ciudad con nuestro trabajo mientras asistimos a la universidad y deberíamos poder decidir cómo funcionan nuestras universidades, no Jeff Bezos, Eric Adams, Kathy Hochul o Donald Trump. Nuestra presencia en los piquetes de Amazon puede ayudar a sostener la lucha de los trabajadores que comparten los mismos opresores que nosotros.
Nuestro horizonte como estudiantes y trabajadores debe ampliarse para incluir algo más que las migajas que nos dan los jefes y administradores. Debemos exigir una universidad totalmente financiada por el estado, dirigida por los trabajadores, los estudiantes y la comunidad, una universidad que esté al servicio de la clase obrera y los oprimidos, no de los patrones y opresores. Debemos luchar por la autoorganización no solo de la universidad, sino también de los lugares de trabajo. Los trabajadores de Amazon, al igual que los trabajadores y estudiantes de CUNY, saben cómo deben funcionar las cosas; saben que ellos son esenciales y los jefes no.
La clase obrera hace funcionar el mundo y la clase obrera debe hacer funcionar el mundo. Nosotros, como estudiantes de CUNY, nos solidarizamos con orgullo con los trabajadores de Amazon y con todos los trabajadores que luchan contra los capitalistas que quieren super-explotarnos, arruinar nuestros cuerpos, robar nuestras ideas y envenenar nuestras mentes. Nos solidarizamos con los trabajadores y nos esforzamos por levantar alto el estandarte de la revolución socialista. Una injuria a uno es una injuria a todos y nosotros como estudiantes estamos preparados para enfrentarnos a los que nos injurian. | 
