Dirigida por Ernst De Geer, este film sueco es una satírica comedia romántica, con dos actuaciones que juegan un rol más importante que la cámara. En la era del “pitch” y el “couching”, una pareja de jóvenes quiere conseguir inversiones para su nueva app creada para ayudar en la “salud femenina” en los países más pobres, pero esta mirada “feminista” choca con la vida que está allí afuera del discurso.
La película se estrenó en 2023 y recibió varios premios, como el de Globo de Cristal a mejor actor en el 57 Festival de la ciudad checa Karlovy Vary. El guion pertenece a un trabajo conjunto del director Ernst De Geer y la guionista Mads Stegger -fórmula que ya han repetido antes-.
En “Hipnosis”, la pareja protagonista son Vera (Asta Kamma August) y André (Herbert Nordrum) que, influenciados por la madre de Vera -una mujer de negocios-, se presentan a un concurso con inversores y otros desarrolladores en una competencia por conocer nuevos socios para su proyecto de app.
Lo que introduce el conflicto es que Vera cambia su actitud ante la vida y las personas, incluida su pareja, luego de recibir una terapia de hipnosis a la que acude para dejar de fumar. Esta transformación de la protagonista choca de lleno con el mundo machista y “careta” de los negocios (en sueco tal vez diría “hipócrita”).
Respecto al lenguaje audiovisual predomina un profundo trabajo del color, donde juegan mucho los contrastes de cálidos con fríos y algunos fuera de campo bien narrativos que acompañan muy bien el drama. La película se desarrolla con fuerte centralidad en las actuaciones y una cámara casi no sale fuera de la altura normal de la vista.
Romper límites
Luego de la terapia vemos que Vera casi no expresa sus pensamientos en palabras, directamente actúa y esta actitud se contrapone con la reacción que produce en André que destapan la oscuridad de este personaje que -a simple vista- parece un hombre de clase media amable que se preocupa por la salud de las mujeres y ama a su pareja.
La sinceridad y la hipocresía son dos elementos que van creciendo durante el film. Al parecer, para las mujeres es diferente romper los límites que para los hombres.
Cuando Vera rompe límites, empieza por desconocer toda la idea de ella que tengan los demás, simplemente parece que fluye. Cuando él rompe las reglas es odioso, incómodo, egocéntrico e incluso profundamente dañino y machista. De nuevo, cuando ella rompe las reglas es contra los estereotipos y contra su propio conservadurismo, desde la ropa hasta abrirse a momentos de actuar como clown.
“¿Que importa la igualdad de género si no tenemos planeta?", pregunta uno de los participantes del concurso y creador de una app "ecologista", otro "emprendedor" y líder masculino.
La película logra poner en cuestión muchos de los adjetivos que le caben a la clase media con aspiraciones de ascenso social y muestra la perversidad que radica en sus dobles discursos. El peso de las apariencias y el sostén de posturas progresistas con fines de lucro, son también elementos que reflejan nuestros días.
Por último, otro elemento destacable del guion es cómo plantea la mirada que tiene esta ideología pequeñoburguesa sobre la salud mental. Todas las actitudes de Vera que rompían con lógicas machistas u opresivas, eran catalogadas por otra mujer como “psicópata”, pero no sucederá lo mismo con las actitudes violentas de André.
