El último símbolo de la decadencia del imperialismo francés en su histórico "patio trasero" tuvo lugar en Costa de Marfil. El presidente marfileño anunció la “retirada concertada y organizada” del ejército francés de su país. Aunque sin firmar una ruptura con su histórico aliado, se trata del último capítulo de la caída de Francáfrica, como se conoce a la relación de dominación neocolonial que Francia mantuvo con sus excolonias africanas y que se viene resquebrajando de manera acelerada.
El 31 de diciembre, el presidente marfileño, Alassane Ouattara, anunció la reducción de la presencia militar francesa en el país: "Podemos estar orgullosos de nuestro ejército, cuya modernización ya es efectiva. Es en este marco que decidimos la retirada concertada y organizada de las fuerzas francesas en Costa de Marfil".
La base militar de Abiyán, el campo de Port-Bouët, deberá ser entregada a las fuerzas marfileñas este mes. Allí estaban desplegados unos 1.000 soldados en el 43.º Batallón de Infantería de Marina francesa. Ahora se espera que el número de soldados franceses baje de 400 a aproximadamente un centenar, y el campamento estará comandado por el ejército marfileño. Según una fuente francesa citada por Le Monde, la asociación militar también continuará, por ejemplo, con formación en pilotaje de helicópteros, artillería o remoción de minas, con la posibilidad de enviar refuerzos "puntualmente". Se espera que fuerzas armadas de otros países, incluido Estados Unidos, estén en el campamento para reforzar las necesidades de entrenamiento.
Se trata de un nuevo signo del declive general del imperialismo francés en el continente. Este anuncio se suma a los de Chad y Senegal en noviembre sobre el fin de la presencia del ejército francés en estos dos países. Sin embargo, a diferencia de sus homólogos, Ouattara subrayó que esta decisión no fue unilateral sino que se tomó en consulta con Francia, que prepara la reconfiguración de su presencia militar en la región.
Sin embargo, esta "rearticulación" no refleja simplemente decisiones tácticas. De hecho, se produce después de que Francia fuera expulsada de Mali, Burkina Faso y Níger en los últimos años. Esta retirada parcial responde, pues, principalmente a la ira popular contra la presencia francesa en su territorio histórico. Ante estas dificultades, el gobierno francés está tratando de desarrollar una nueva "narrativa" para tratar de relegitimar su política colonial, centrándose en particular en una cooperación militar menos visible, pero igual de presente. En este sentido, el Estado francés lleva meses discutiendo la retirada de las unidades militares coloniales, incluida la 43.ª BIMa en Costa de Marfil .
El presidente marfileño también destacó la fuerza del ejército nacional y anunció que el campamento pasará a llamarse con el nombre del primer jefe de estado mayor del ejército marfileño, Ouattara Thomas Aquinas. Alassane Ouattara quiere demostrar que no está sujeto a los intereses franceses y su discurso debe contextualizarse en un año electoral que promete estar lleno de acontecimientos. De hecho, Ouattara no descarta presentarse a un cuarto mandato en octubre y podría enfrentarse a opositores que cuestionaron su victoria en 2010, lo que desembocaría en un conflicto mortal que provocaría miles de muertes. El ejército francés desempeñó entonces un papel importante en el apoyo a su aliado histórico. Hoy, Ouattara busca contener un enfado general cada vez más fuerte contra la presencia militar francesa en la región, en un contexto en el que parte de la juventud y de las clases trabajadoras del país ven con buenos ojos las sucesivas retiradas del ejército francés en los países del Sahel. Algunos de sus potenciales oponentes evocan el fin de la colaboración militar francesa y del franco CFA [moneda que utilizan excolonias francesas en África], buscando aprovechar la ola que afecta a la región .
Así, si Ouattara desea evitar que esta ira se convierta en un grito de guerra para sus oponentes políticos, no debemos olvidar que su llegada al poder en 2010 fue posible en gran medida gracias a la tutela militar impulsada por el imperialismo francés. En su anuncio del 31 de diciembre, el presidente de Costa de Marfil, a menudo calificado de subprefecto de Francia, afirmó que sigue en contacto diplomático con el país.
Por lo tanto, aparentemente Francia sólo tendrá este año dos bases militares permanentes en el continente africano, en Gabón y Yibuti, que el gobierno ha anunciado que serán ahora su principal base de despliegue en el continente africano. Esta reorganización en Costa de Marfil es parte de un declive más global de Francia que hizo de la dominación del Sahel y de África Occidental una de las bases de su mantenimiento como potencia de primer nivel. Costa de Marfil jugó allí un papel clave, con figuras históricas. como el de Félix Houphouët-Boigny, primer presidente marfileño y defensor del sistema francés.
Este nuevo anuncio ilustra una vez más la decadencia del imperialismo francés en lo que siempre ha constituido su principal dominio colonial. Esto demuestra que Francia juega cada vez más por encima de su categoría en el orden mundial. Sin embargo, si aumenta la ira popular contra Francáfrica, eso por sí solo no será suficiente para acabar con la injerencia imperialista en el continente. No sólo Francia sigue manteniendo posiciones en la región, sino que otras potencias no menos opresivas buscan aprovechar sus dificultades para avanzar. Para lograr un declive real del imperialismo francés en la región y cualquier interferencia extranjera, debemos exigir no sólo la retirada de todas las tropas imperialistas (incluidas las que supervisan a las tropas africanas en el lugar), sino también la abolición de todos los mecanismos que los imperialistas utilizan para encadenar a las antiguas colonias a los intereses franceses, empezando por la abolición de la deuda externa, la abolición del franco CFA y la expropiación de los grandes grupos imperialistas. Sin esa política, no podría haber una victoria real contra el imperialismo francés y sus relevos nacionales, de los que Ouattara forma abiertamente parte.
La versión original de este artículo fue publicada en frances en el sitio Révolution Permanente, parte de la Red Internacional Izquierda Diario en Francia. |
