El hijo menor de Rivas, de diez años, está de visita en el Estado español debido a un permiso para estar con su madre, aunque este acabó el pasado 2 de enero. Pese a las denuncias y testimonios de maltrato, sin embargo, la justicia italiana ordenó el regreso de Daniel a Italia con su padre el 8 de enero.
En diciembre, el hijo mayor de Rivas presentó una denuncia donde reconoció haber sufrido abusos por parte de su padre y que también las había sufrido su hermano menor. Juana Rivas denunció posteriormente a Arcuri por coacción a testigo y amenazas, solicitando protección para que Daniel permaneciera en el país.
El hijo menor, Daniel, ha relatado que su padre lo obliga a mentir sobre el maltrato y a declarar a su favor en el proceso italiano mediante coacciones y amenazas. Rivas también ha denunciado a Arcuri por enviarle mensajes "intimidatorios" y acoso telefónico constante. Además, Arcuri enfrenta un nuevo procesamiento en Italia por delitos de maltrato contra sus dos hijos.
Los argumentos de la defensa de Juana Rivas y movilización feminista
Ante esta situación, la defensa de Juana Rivas ha solicitado a un juzgado de Granada que escuche el testimonio de Daniel para evitar su regreso a Italia. Los abogados de Rivas argumentan el "riesgo" que supondría para el menor regresar con su padre, procesado por maltrato, y han solicitado medidas cautelares. Se ha destacado la urgencia del caso, y un juzgado se ha comprometido a dictar una resolución el mismo día de la solicitud.
El movimiento feminista también se ha movilizado ampliamente iniciando una campaña en redes sociales bajo el hashtag #DanielSeQueda exigiendo que se protejan los derechos del niño y que la justicia actúe contra la violencia machista, enfatizando que las instituciones deben garantizar los derechos de la infancia.
El caso de Juan Rivas y la justicia patriarcal
El caso de Juana Rivas despertó la rabia y la indignación en enero de 2018 cuando la fiscalía pidió para Juana cinco años de cárcel y la inhabilitación para ejercer el derecho de patria potestad por un plazo de seis años, proceso por el cual fue condenada a cumplir una pena de cinco años.
El motivo de la acusación y la condena se basaron en que Juana Rivas se escondió con sus hijos para no entregárselos a su expareja, denunciado y condenado por malos tratos en varias ocasiones. Iniciado ya el proceso contra ella, Juana solicitó en reiteradas ocasiones que sus hijos fueran escuchados por la jueza encargada del caso, pero la justicia patriarcal ignoró su pedido.
El caso de Juana estalló en un momento en el que la justicia patriarcal se encontraba en el centro de las denuncias del movimiento de mujeres, después de que estallase el movimiento contra el caso de “La Manada”.
En noviembre de 2021 el “Gobierno progresista” negó el indulto total a Juana Rivas y solo le otorgó un indulto parcial, reduciendo a la mitad la condena que le impuso el Tribunal Supremo de dos años y medio de cárcel. Finalmente, casi seis años después de volver al país con sus dos hijos menores de edad, en mayo de 2016, y casi cinco después de no atender el requerimiento judicial en julio de 2017 de entregar esos dos niños a su padre y de haberse refugiado con ellos durante un mes, Juana Rivas tiene logró un auto judicial que la dejó en libertad.
Sin embargo, el tormento continúa para ella y sus hijos, especialmente su hijo menor, Daniel, pendiente de ser enviado el próximo 8 de enero con su padre acusado de maltrato.
#DanielSeQueda Un llamado a la acción
La situación de Daniel ha movilizado al movimiento feminista y otros sectores sociales que demandan que se priorice la seguridad y el bienestar del menor. Se exige al Gobierno español y a la Justicia que intervengan para que Daniel se quede en el país con su madre.
El caso resalta la urgencia de proteger a los menores involucrados en situaciones de abuso familiar y continuar la lucha del movimiento de mujeres contra la violencia machista y la justicia patriarcal. | 
