Trump reasume como presidente de Estados Unidos el próximo 20 de enero y vuelve con redobladas fanfarroneadas. Pareciera incluso que la presidencia de Biden no ocurrió. El día de ayer, martes 7 de enero, el magnate racista realizó escandalosas declaraciones contra diversos territorios de América: habló de retomar el Canal de Panamá por la fuerza, comprar Groenlandia a Dinamarca y renombrar el Golfo de México como Golfo de América ("América" como sinónimo de Estados Unidos, por supuesto). Desde su mansión en Mar a Lago, declaró:

Vamos a cambiar el nombre del Golfo de México a Golfo de América. Es un hermoso nombre y es apropiado. México tiene que dejar de permitir que millones de personas lleguen a nuestro país.

La mañana de este miércoles, la presidenta Sheinbaum respondió a las declaraciones de Trump. Esto ya podría ser el primer antecedente en que se vea la tónica entre ambos mandatarios: la primer mujer presidente de México, autoproclamada de "izquierda", y del otro lado un magnate machista y racista reelecto por el corrupto y antidemocrático sistema electoral de Estados Unidos.

Hay derecho internacional, no se puede actuar individualmente, hay un derecho internacional. Yo creo que hay que esperar, también el presidente Trump llegar formalmente a la presidencia. Por eso mencioné, el día de hoy hablamos del nombre. Desde 1607 se llama América Mexicana, América del Norte.

De la mano de José Alfonso Suárez del Real, asesor político de la Coordinación de Comunicación Social de la presidencia, la respuesta del gobierno mexicano enfatizó los antecedentes históricos y el derecho internacional que respetan el nombre del cuerpo de agua situado entre las penínsulas de Yucatán y Florida; la primera aparición figura de un mapamundi de 1607. Sheinbaum ironizó incluso: "sería muy bonito renombrar Estados Unidos como ’América Mexicana’".

Las razones de Sheinbaum residen en nada menos que la Constitución de Apatzingán, en la cual se declara la independencia de España y Europa del territorio americano y de la "América Mexicana", que en aquel entonces conformaba los territorios del Virreinato de Nueva España y los territorios de la Luisiana francesa, los cuales luego fueron comprados por Estados Unidos. Ante las acusaciones de Trump de que en México gobierna el narco, Sheinbaum respondió:

Presidente Trump, le mal informaron, con todo respeto, porque yo creo que le informaron que en México todavía gobernaba Felipe Calderón y García Luna, pero no en México gobierna el pueblo

Continuando con los discursos soberanistas del mandato de AMLO, el gobierno de Sheinbaum nuevamente se tendrá que enfrentar al racismo y extravagancia de Trump, con la cual tuvo que lidiar su mencionado antecesor. Faltará ver qué tanto puede avanzar Trump en sus amenazas, cuánto puede cumplir y cuánto estará dispuesta Sheinbaum a tolerar y a dejar pasar.

Pero la situación no es la misma. No es el 2016 alarmante con la derrota de Hilary Clinton y el gobierno de Trump provocando un caos en la geopolítica internacional y enfrentando una pandemia, con un movimiento de masas despertando de un largo letargo. Ahora ambos mandatarios se enfrentan a una realidad post-COVID, donde en el gigante del norte opera la llamada "Generación U", por "union" (sindicato); es decir, de un movimiento obrero, multiétnico, mayoritariamente juvenil, solidario con Palestina y los migrantes, dispuesto a enfrentar a la policía como ocurrió en Seattle en 2020.

Aunado a eso, le tocará resolver el desastre de la guerra de Ucrania y dar salida a la guerra de Netanyahu en Palestina, poniendo en la balanza sus fantasías imperialistas y los sueños coloniales de Israel, pero con el consejo de sus asesores que tendrán que convencerlo de no hacer acciones que orillen al mundo a más guerras regionales o incluso a una Tercera Guerra Mundial.

Por más que la derecha celebre su crecimiento en Estados Unidos, América y Europa (con los gobiernos de Trump, Milei, Bukele, el mandato lacayo de Netanyahu en Israel y los resultados de la AfD en Alemania), la respuesta y la clave para frenarlos debe venir de la lucha en las calles.