El conflicto comenzó a mediados de año, con atrasos en los pagos y otros ataques de parte de la empresa. Los obreros de la carne hicieron medidas que fuerza que incluyeron piquetes en la puerta. Sin embargo, a principios de diciembre el empresario Martínez anunció el cese de la producción. Ofreció pagarles las deudas con carne.
Desde ese momento decidieron ocupar la planta, en la localidad de General Las Heras, para cuidar las fuentes de trabajo y evitar el desmantelamiento. Hacen guardias en base a sus turnos laborales.
Martúnez no apareció nunca más. Los trabajadores le pidieron a uno de los sindicatos de la carne que encabece el reclamo. El secretario general de la "Federación" contó que "hicimos los reclamos en el ministerio de Trabajo, golpeamos todas las puertas pero desgraciadamente nadie nos escuchó" (Mundo Gremial).
En efecto, los funcionarios de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires no han acercado ninguna solución.
En las últimas semanas se han realizado reuniones de solidaridad, donde participaron vecinos y otros gremios de la zona, como SUTEBA.
No es un hecho aislado. Esta semana se conoció el cierre de Dánica y Dass, los piquetes en Euro (Gálvez) por un caso similar, las protestas en las líneas de colectivos de "La Ideal" y en Lipo (alimentación). Las patronales buscan descargar la recesión en las espaldas obreras. Ganaron millones en los últimos años pero ante una baja del consumo despiden, suspenden, no pagan salarios. O quieren contratar trabajadores más precarios aún.
Ante esa política, hay que enfrentarla otra: que la crisis la paguen los que la generaron, los gobiernos y empresarios. Hay que prohibir los despidos y suspensiones, abrir los libros contables de las empresas y, como hicieron en Las Heras o Textilcom de Catamarca, ocupar toda fábrica que cierre o despida masivamente. Son ellos o nosotros. |