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27 de octubre de 2015 Twitter Faceboock

Política
Cinco años de la muerte de Néstor Kirchner
Virginia Pescarmona | @virpes

Se cumple un nuevo aniversario del fallecimiento de quien jugara un rol fundamental en la recuperación del régimen político burgués en Argentina, post crisis del 2001.

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Néstor Carlos Kirchner nació en Río Gallegos el 25 de febrero de 1950. Su carrera política empezará en el peronismo en los primeros años 80, a fines de la dictadura militar. Luego de haber sido intendente de Río Gallegos y gobernador de la provincia de Santa Cruz, se convertirá en presidente de la Nación a partir del 25 de mayo de 2003 hasta el 10 de diciembre de 2007, cuando le entregará la banda presidencial a Cristina Fernández, su esposa. Fallecerá el 27 de octubre del año 2010, a los 60 años, de un paro respiratorio no traumático.

Su protagonismo en la historia política nacional es un hecho indiscutible del período reciente, más allá del lugar desde el que se haga la evaluación. Kirchner entró en la política nacional luego de la crisis del año 2001, que terminaría en la caída de Fernando de la Rúa por la movilización de sectores amplios de la población. Esas movilizaciones significaron una estocada a las instituciones del régimen democrático.
En el año 2003 Kirchner llegará a la presidencia, luego de que Carlos Menem renunciara a participar en la segunda vuelta presidencial. En la primera vuelta el ex presidente había obtenido un 24% y Kirchner un poco más de 22%. Catapultado por Duhalde, Néstor se transformó, del candidato que cosechó poco más de 22%, a una figura política de amplia aceptación social en poco tiempo.

En su rol desde la presidencia aportó significativamente a la recomposición del régimen político golpeado post crisis del 2001. A diferencia de lo que se sostiene desde el discurso oficialista, la gestión de Néstor Kirchner no expresó una continuidad con ese proceso de movilización. Por el contrario, actuó decididamente para desactivar los elementos de acción directa y acción autónoma de sectores de masas todavía existentes. Su objetivo fue la restauración de la autoridad estatal reconstruyendo, en primer lugar, el prestigio de la figura presidencial.

En ese marco, apeló constantemente a la polarización política con las “corporaciones” como las empresas privatizadas, sectores del empresariado y organismos de crédito internacional. A partir del prestigio recobrado pudo aportar a reconstituir el régimen político. Desde la fortaleza de la figura presidencial el kirchnerismo también permitió la reconstitución de otras instituciones desprestigiadas como la Corte Suprema y las FF. AA.

En el terreno de los partidos políticos, lejos del discurso de transversalidad inicial, el kirchnerismo basó su poder en el rancio peronismo bonaerense, los “barones” o “caciques” eternos, que en muchos casos fueron derrotados electoralmente el domingo pasado. El manejo de los municipios de la Provincia de Buenos Aires, de la policía brava Bonaerense y la relación con la burocracia sindical. Lo que fue llamado en algún momento las “Tres B” (burocracia sindical, barones del Conurbano y la Bonaerense).

Un aspecto no menor fue la apropiación por parte del gobierno de la lucha de los organismos de DDHH y la izquierda durante décadas por la cárcel a los genocidas. Esto aportó al desarrollo de los juicios contra los militares pero a costa de solo juzgar a algunas figuras emblemáticas, dejando impunes a miles de represores, aún en funciones.

Una de las consecuencias de esa impunidad de miles de represores fue la desaparición de Jorge Julio López, el 18 de setiembre de 2006. Frente a la desaparición, Aníbal Fernández llegó a decir que “debía estar en casa de su tía”. A pesar de que han transcurrido 9 años, no hay detenidos por el caso y la investigación no progresó ni un milímetro. También en este período presidencial fue asesinado el maestro Carlos Fuentealba en una represión en Neuquén, ordenada por el gobernador Jorge Sobisch.

Néstor Kirchner falleció el 27 de octubre de 2010, una semana después del asesinato de Mariano Ferreyra. Hay quienes lo atribuyen al stress producto de discusiones con Hugo Moyano, producto precisamente del asesinato de Mariano. Se trató sin duda de una crisis importante para el PJ y en particular para el kirchnerismo que había hecho de la no represión a la protesta social, demagógicamente, una bandera.

Según afirmó en ese momento Cristina Fernández, su hijo había dicho que “la bala que mató a Mariano rozó el corazón de Néstor”. Bastante cinismo teniendo en cuenta que se comprobó que Pedraza, burócrata sindical aliado al gobierno, era responsable de la muerte de Mariano. También quedó en evidencia la complicidad de la Policía Federal y además se comprobaron las relaciones de los asesinos y patoteros con el gobierno nacional y con nombres como el de Carlos Tomada o Noemí Rial.

Funerales masivos

Néstor Kirchner fue velado durante casi cuatro jornadas. Decenas de miles de personas pasaron por la Capilla ardiente que se puso en pie. Entre ellos importantes figuras de la política internacional y nacional.

Los presidentes Hugo Chávez, Evo Morales, Lula da Silva, Fernando Lugo y José Mujica entre otros. Entre las figuras del ámbito nacional destacaron, entre otras, Hugo Moyano, Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini, Diego Armando Maradona, Marcelo Tinelli, Andrea del Boca, Florencia Peña, Nancy Duplaa y Pablo Echarri.

Fueron miles de jóvenes los que en esos días fueron a demostrar su simpatía hacia la figura del ex presidente. A partir de ese momento, el kirchnerismo se relanzó políticamente, luego de la crisis sufrida en los dos años anteriores.

Las muestras de adhesión popular en los funerales fueron utilizadas para relanzar a un gobierno que venía en crisis. Ese fortalecimiento, junto a las mejoras en las condiciones económicas internacionales luego de la crisis del 2008-2009, permitiría a Cristina Fernández consagrarse presidenta en el año 2011 con el 54% de los votos.

En su momento, ante esas enormes muestras de simpatía, desde la izquierda se señalaba que “El PTS respeta el dolor que sienten amplios sectores de trabajadores y el pueblo, que identifican al ex Presidente con determinadas conquistas. Pero éstas fueron el producto de la lucha del pueblo argentino y de la necesidad de la clase dominante de contener y desviar el proceso abierto en el 2001”.

 
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