Un tiro por elevación
¿Qué busca la intransigencia del Gobierno? Disciplinar a todos los trabajadores.
Ya el problema se desplazó. Quieren que los trabajadores moderen sus demandas, o directamente, que ni siquiera las presenten.
El ex ministro PPD Sergio Bitar y actual integrante del consejo del Ministerio de Educación para la gratuidad, declaró que “como nunca antes hay una brecha entre las expectativas creadas y las restricciones económicas”.
Insisten en que las consecuencias de la desaceleración la paguen los trabajadores, para asegurar las ganancias de los empresarios. En la minería es donde más fuerte se produce esto, con más de 18.000 despidos.
Hay algo más. Temen una explosión de movilizaciones y demandas. El mismo Bitar agregó que “el gobierno se encuentra en una situación delicada, porque si se crea el precedente de que tú paralizas un servicio público, que del punto de vista formal es una paralización ilegal, y el gobierno afloja, después es difícil manejar la situación”.
Reforzó la idea el senador del PS Carlos Montes, diciendo que “a todos les cuesta asumir que estamos en una situación de contracción económica, y hay distintos gremios que esperan cosas que no son posibles en el contexto actual”.
La Nueva Mayoría quiere que, los que “asuman” esto, sean los trabajadores.
El ex presidente y actual diputado del PS Osvaldo Andrade, incluso, trató de “ilegítimo” el paro.
Les preocupa además, en lo inmediato, que confluya con la negociación por el reajuste del sector público.
¿Quién manda?
El Gobierno implementó su política anti-sindical del re-emplazo de trabajadores en huelga. Le fracasó. Los trámites que iniciaron, apenas podían responder a los usuarios.
Por el contrario, los trabajadores repusieron los turnos éticos, atendiendo público. El resultado fue el opuesto al del Gobierno, logrando satisfacer la demanda de documentación.
La presidenta de la asociación de funcionarios, Nelly Díaz expresó que "en dos horas hicimos los trámites para los que el Gobierno necesita 3 días".
¿Cómo pasó esto Lo explicó en forma sencilla, y es que se debe "al desconocimiento que tienen de trabajo y están improvisando".
Es lo que pasa en todos los lugares de trabajo. Empresarios y jefes sobran. Los que producen, son los propios trabajadores.
Perspectivas
El nuevo director del Registro Civil Luis Acevedo, insiste en las medidas de castigo. Ayer se acercó a la Contraloría para que diera curso a los sumarios, para despedir trabajadores.
La Ministra de Trabajo Javiera Blanco anunció que no hará nuevas propuestas.
Por otro lado, en una nueva marcha realizada ayer, al pasar frente al Ministerio de Justicia, los trabajadores exigieron la renuncia de la Ministra.
La ANEF demandó que el Gobierno instale una mesa de diálogo.
Mantener la movilización y fortalecerla parece ser el único camino. Los diálogos con un Gobierno intransigente no conducen a ningún lado. Lo demuestra la minería. La directiva de la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC) se reunirá con Bachelet en Rancagua para reafirmar el Pacto Estratégico y Modelo de Relacionamiento entre CODELCO y los trabajadores. Entre medio, siguen los despidos. Y el silencio de las dirigencias cupulares.
Los efectos en los usuarios
No es la primera vez que una paralización afecta a los usuarios. Hoy, la prensa empresarial lanza una campaña diría y masiva para oponer a los usuarios a los trabajadores. Muestran hasta el cansancio “casos” de usuarios afectados.
En otras paralizaciones ha sucedido lo mismo. Y los trabajadores y sus organizaciones sindicales deben responder a este intento del Gobierno, los empresarios y sus medios de comunicación.
¿Cómo responder?
La historia enseña. Décadas atrás, un paro de los trabajadores de ferrocarriles en Rusia también afectaba a los usuarios. En ese entonces, los partidarios de Lenin y Trotsky sacaban una conclusión clara: "La huelga de los ferrocarriles golpea indudablemente los intereses de las más amplias capas de la población. Pero la salida de esa situación no es el sabotaje criminal a esa huelga, es obligar al Gobierno a satisfacer en el más breve plazo las exigencias legítimas de los ferroviarios. Ese objetivo no puede alcanzarse más que de una manera: los obreros de todas las ramas de la industria, los soldados y los campesinos que tienen una conciencia política desarrollada y, en general, todos los ciudadanos honestos, deben rodear(los) de una atmósfera de completa solidaridad". |