Fotos: ID / Diego Lotito
Las calles de Madrid resonaron en la tarde del 31 de octubre al grito de “Askapena Aurrera” (Askapena Libre, en euskera). Más de mil personas, entre las que se encontraban cientos de jóvenes y numerosas organizaciones solidarias, marcharon a las 18 horas desde Atocha a Sol en solidaridad con los militantes de Askapena procesados.
Walter Wendelin, Gabriel Basáñez Ruiz, Unai Vázquez Puente, David Soto Aldaz y Aritz Gamboa de Miguel, los cinco de Askapena, acaban de ser juzgados en la Audiencia Nacional, acusados por la Fiscalía de ser parte del “aparato de relaciones internacionales” de ETA, al igual que para otras cuatro organizaciones, por participar en foros internacionales y campañas internacionales de boicot contra la multinacional imperialista Coca-Cola y el Estado sionista de Israel.
Walter Wendelin, uno de los acusados, declaró a Izquierda Diario que las acusaciones de la Fiscalía constituyen “un juicio eminentemente político y no hay posibilidad de defensa jurídica ni tampoco de defensa política, porque es un tribunal especial español de la Audiencia Nacional, el viejo tribunal especial franquista”.
Una de las abogadas defensoras, Amaia Izco, afirmó en declaraciones a tercerainformacion.es que “la acusación contra Askapena no tiene base probatoria” y que su fundamento, la tesis de “todo es ETA”, es el que ha utilizado el Estado español “para ilegalizar varias organizaciones y movimientos en el País Vasco.”
Esta doctrina, elaborada hace años por el ex juez español Baltasar Garzón y adoptada como propia por todos los partidos del régimen, empezando por el PP, se ha generalizado hasta el límite del absurdo para estigmatizar y perseguir a toda organización social o política que defienda los derechos civiles y políticos de Euskal Herria.
Convocada por la plataforma Libre Madrid con el lema centra el fin de los juicios políticos contra Euskal Herria, en la manifestación, se corearon consignas como “No estamos todas, faltan las presas”, “Internacionalismo no es delito”, “Estado español, cárcel de pueblos” y “Alfon libertad”, en reclamo de la liberación del joven militante vallecano condenado a cuatro años de prisión efectiva tras un escandaloso montaje policial.
Aunque la marcha transcurrió con total normalidad, previo a su realización la Policía Nacional española detuvo a unos 50 kilómetros de la capital castellana a varios autobuses que viajaban desde Euskal Herria para participar de la misma. Tras registrar el contenido y confiscar varias banderolas por la repatriación de los presos, escoltaron a los vehículos hasta el centro de Madrid.
Al finalizar la manifestación en Sol, se hizo lectura de un comunicado, en el que se denunciaron los “juicios políticos” del Estado español a numerosos militantes vascos y la “criminalización y persecución de las ideas políticas de la izquierda independentista vasca”. Una situación de represión que “va en consonancia con la creciente represión en el resto del Estado”
En el comunicado también se hizo mención al director del diario “Egin” Jabier Salutregi (liberado el pasado jueves tras siete años y medio de prisión, siendo hasta ahora el único director de un periódico condenado a prisión en Europa), así como a los anarquistas catalanes e independentistas gallegos arrestados durante esta semana.
El pasado jueves se celebró la última vista del juicio a los cinco de Askapena, para quienes la Fiscalía mantuvo la petición de penas de seis años de prisión para cada uno de los imputados, otros 14 de inhabilitación absoluta y la ilegalización de su organización.
Las acusaciones contra las organizaciones Askapeña, Elkar Truke, Herriak Aske y Herriak Aske Kultur Elkartea, sin embargo, fueron retiradas.
Tras la finalización del juicio, la Audiencia Nacional estaría lista para dictar sentencia, la cual podría tardar meses o incluso años en resolverse.
La solidaridad y la movilización con los cinco de Askapena y para enfrentar los juicios por venir (como el que comenzará en noviembre contra los 35 detenidos en la redada de Segura, que se enfrentan a entre seis y diez años de cárcel) continuará hasta terminar con los juicios políticos y la persecución a todos los militantes obreros, juveniles y populares presos por luchar. |