La población de las ciudades vecinas, Itabirito y Ouro Preto, está movilizada por la atención de los que han quedado sin hogar. El gobernador del PT Fernando Pimentel, en un comunicado oficial, pidió investigar los hechos y la presidenta Dilma Rousseff envió al ministro de Integración Nacional, Gilberto Occhi, a la zona. Uno de los fiscales designados para la investigación afirmó que “ningún dique se rompe por casualidad, esto no es una fatalidad”. Uno de los dirigentes del Sindicato de los Trabajadores de la Industria de Extracción Mineral de Mariana (Metabase) afirmó: “Mucha gente pudo haber muerto porque no logró salir a tiempo. Lo que sucedió fue una irresponsabilidad”.
La última rotura de un dique en la región se dio el año pasado, en el que tres obreros murieron y uno resultó herido en la empresa Herculano Minera, en Ouro Preto. Esto deja en evidencia la vulnerabilidad de la población en las regiones mineras del Estado. La rotura del dique es una realidad triste y cruel de una región dominada por la sed de ganancias de las empresas mineras.
Samarco es una Joint-Venture con el 50% de participación de la empresa Vale y 50% de participación de la australiana BHP, dos de las mayores empresas mineras del mundo, siendo la Vale un “gigante” nacional que multiplicó sus ganancias a lo largo de los gobiernos petistas. Motivada por la sed de lucro, la empresa divulgó en su informe administrativo de 2014 que aumentó la tasa total de accidentes al implementar programas para aumentar su tasa de lucro.
Es necesario una investigación independiente de las empresas mineras y de los políticos y funcionarios públicos de alto rango que gobiernan al servicio del lucro de esas empresas; el castigo a los responsables, así como la confiscación de los activos de Samarco para que se invierta en la atención de la población, familiares y la región devastada por la sed de lucro de las empresas mineras. |