Mauricio Macri llegó a Jujuy a la caza del voto de Sergio Massa. “Mis propuestas son prácticamente las mismas que el UNA” -declaró a su llegada a Purmamarca-, para rematar con que: "El 82% móvil es un compromiso concreto".
Esta bandera (engañosa ya que se habla del 82% de la pobre jubilación mínima y no del último salario que recibió el trabajador en actividad como es el reclamo histórico), junto a la eliminación del impuesto al salario, le dio gran resultado a Sergio Massa entre los trabajadores del NOA y los jujeños en particular. Massa fue el candidato presidencial más votado el pasado 25 de octubre en la provincia. Con el valor agregado de un vice salteño como Sáenz, se impuso con casi 170 mil votos, seguido por Scioli con poco más 150 mil, y relegando al tercer lugar a Cambiemos, de Macri-Michetti, con menos de 70 mil votos.
El candidato a diputado provincial del PRO, Dago Pubzolu (dicho de paso, superado ampliamente por Alejandro Vilca del Frente de Izquierda, por más de 10 mil votos) consideró que “estamos en una provincia peronista, y el peronismo, que siempre vota al peronismo, esta vez no votó al Frente para la Victoria, sino que dio el voto a Sergio Massa. Tenemos un vicegobernador massista; los votos que sacó Macri fueron diferentes a los que obtuvo en las P.A.S.O; donde tuvo mayor caudal de votos. Pero así es Jujuy, así respondió el electorado”.
El voto a Massa que campeó en Jujuy tiene dos almas. Por un lado, refleja el pasaje de un peronismo disidente que abandonó el barco del FPV hacia el UNA, como demuestra el mismo vicegobernador de Gerardo Morales, Carlos Aquim, en la fórmula que se alzó con un triunfo histórico donde los radicales llegan por primera vez el poder ejecutivo jujeño.
Inclusive, después de la reciente debacle electoral del oficialismo, hay indicios que el primer diputado nacional de la lista de Scioli y Fellner, Guillermo Snopeck, dejaría el bloque del FPV para unirse al UNA en el Congreso Nacional después del 10 de diciembre.
Pero, además de estos movimientos en la superestructura política, el voto “peronista disidente” se hizo sentir por abajo en sectores de trabajadores hastiados de décadas de gobiernos pejotistas, muy dependientes de los fondos del gobierno nacional que, sin embargo, no depositan confianza en un declarado neoliberal como Macri, a pesar de la ostensible demagogia desplegada. De allí que el otro componente fuerte del voto a Massa, tiene un marcado sentimiento de “cambio” y es, en este sentido, difícil de recuperar para Scioli hacia el balotaje.
La batalla política del Frente de Izquierda hacia el 22N
Muy probablemente la mayoría de los votos que obtuvo Sergio Massa se inclinen hacia Macri, pero existe una franja de trabajadores, mujeres y jóvenes que optaron por esa variante de “voto útil por el cambio” que “no llega hasta Macri” (no solamente peronistas, sino también votantes radicales que no se tragan el sapo de la Convención de la UCR en Gualeguaychú entregada al PRO) y que incluso nutrieron el corte de boleta a diputado provincial a Alejandro Vilca y el FIT. Este “Ni Macri Ni Scioli” débil es, aun siendo minoritario en el conjunto de caudal total del electorado jujeño, una franja significativa y disputable por el Frente de Izquierda para el voto en blanco o nulo, aun dentro de la polarización reforzada que significa un balotaje.
El Frente de Izquierda, animado casi exclusivamente por el PTS en Jujuy, desplegará hacia el balotaje la combinación de la pelea por el voto en blanco o nulo, junto al inicio de una campaña de decenas de miles de firmas por una consulta popular donde el pueblo decida contra el escandaloso y proscriptivo piso, único en el país, que exige obtener el 5% de los votos del total del padrón para acceder al reparto de bancas en la Legislatura. Como resultado de esta norma restrictiva, de los 24 diputados provinciales que se renovaron, solo 9 ocupan una banca con más votos que Alejandro Vilca, en tanto que 15 ingresaron con menos votos que los diputados del FIT.
Alejandro Vilca declaró ante la visita de Macri que “habló en Jujuy contra las leyes de Lemas y acoples que se aplican en Tucumán y Santa Cruz, diciendo que hace falta una reforma política, pero vino a dar respaldo a Gerardo Morales que obtuvo la gobernación con la artimaña de 187 colectoras con cuatro candidatos presidenciales, y sostiene la proscripción a la izquierda. La campaña de firmas y pronunciamientos por el #ChauPiso5%, la vamos a encarar junto al llamado al voto en blanco o nulo como primera acción de resistencia ante los políticos millonarios como Macri y Scioli que, más allá de la desesperada demagogia de las últimas semanas, se sabe que aplicarán una devaluación y un ajuste, que significará caída del salario y despidos. Ante los compañeros que nos dicen que ‘hay que decidir entre los que hay’ decimos que nuestra decisión es justamente quitarles apoyo a quienes van a atacar las conquistas obtenidas y serán un freno para mejorar nuestras condiciones de vida y de trabajo. Cuanto más votos en blancos o nulos obtengamos los trabajadores, las mujeres y la juventud, menos autoridad tendrá el próximo gobierno, sea cual sea, para atacarnos”.
La conclusión es que si el kirchnerismo de los primeros años habló de “empoderar” a las organizaciones sociales, ahora, ante el inminente giro a derecha que querrá imponer el gobierno que surja, se trata de “desempoderar”, de desautorizar lo más posible a los verdugos de la clase trabajadora. |