"Nunca aceptó a la Revolución Cubana y experiencias como las del chavismo, la boliviana o la ecuatoriana han sido permanente objeto de sus enojosas diatribas, solo comparables a las que disparan los agentes de la derecha. Cultivan la malsana ficción de una revolución que sólo existe en su imaginación; una revolución tan clara y límpida, y ausente de toda contradicción, que más que un tumultuoso proceso histórico se parece a un teorema de la trigonometría. Por eso son implacables críticos de la Revolución Rusa, la China, la Vietnamita, la sandinista, aparte de las arriba mencionadas”.
Los trotskistas, a diferencia de los estalinistas argentinos, militamos desde el primer día en defensa de la Revolución Cubana. Simple y sencillamente discutimos su dirección, enfrentamos la burocratización y la subordinación del castrismo con la política del Kremlin, que entre otras cosas llevo al régimen cubano a silenciar sus criticas contra la dictadura genocida en Argentina. En la actualidad denunciamos el carácter restauracionista de la política de la burocracia castrista. Nosotros defendemos la revolución, Borón al castrismo. Por otra parte, el chavismo, Evo Morales y la revolución ciudadana de Correa los caracterizamos por su política de clase, sin engaños, como gobiernos de tipo nacionalista burgués que han reorganizado el Estado capitalista en sus países impidiendo revoluciones sociales que expresen el poder de la clase obrera y el pueblo pobre.
Pero fundamentalmente el trotskismo se caracteriza por ser un implacable crítico de las dictaduras burocráticas estalinistas que hundieron y enlodaron las grandes revoluciones del siglo XX y la causa del socialismo internacional. Los trotskistas nos opusimos, y pagamos con nuestras vidas dicha oposición, al estalinismo, los gulags y el estrangulamiento de la revolución mundial en nombre de la colaboración con la burguesía.
Es precisamente eso lo que molesta profundamente a Borón y al Partido Comunista. Lejanos los tiempos en que la critica trotskista podía ser acallada con los métodos de don Vitorio Codovilla, el académico izquierdista defensor del carácter progresista del menemista Scioli apela a los métodos literarios de sus predecesores. |