Frente a las dificultades económicas del país y ante un escenario complicado a nivel internacional, se aprobó en lo general un presupuesto restringido y con recortes que intentará dar salida a la crisis de las finanzas públicas que el gobierno federal enfrenta.
Ante la tendencia aún decreciente de los precios del petróleo y la dificultad que presenta la recaudación del gobierno federal, los recortes al presupuesto anunciados desde septiembre por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público se concretan en 97 millones de pesos.
¿Cómo quedó el presupuesto?
El tema del presupuesto de egresos se discutió en la Cámara de Diputados por alrededor de 12 horas el pasado viernes 13 de noviembre. El monto total a repartir fue de 4 billones 763 mil 874 millones de pesos.
Si bien, como dijimos arriba, los recortes al presupuesto se concretaron en general, en lo particular es interesante ver como se repartió el nuevo presupuesto, cuáles fueron las partidas que se vieron beneficiadas y cuales las afectadas.
Cinco fueron los rubros a los que se les destinó menor presupuesto que el programado en 2015: salud, educación, agricultura, comunicaciones y transportes y el Instituto Nacional Electoral (INE)
Los ramos beneficiados por aumentos en el presupuesto destinado fueron: Poder legislativo, Secretaría de desarrollo Urbano y Territorial (Sedatu), Judicatura federal, Poder Judicial y la Secretaría de la Defensa (Sedena)
¿A quién y por qué se beneficia?
Como hemos planteado aquí, la crisis política que enfrenta el gobierno mexicano desde la desaparición de 43 normalistas en septiembre del año pasado continúa presente. El gobierno federal no ha encontrado la fórmula para recuperarse del descrédito , y ha recrudecido la ofensiva en contra de aquellos que luchar y en especial en contra de quienes, como el magisterio, cuestionan las reformas estructurales que afectan, entre otros, de derechos fundamentales como la salud y la educación.
¿Qué tiene que ver el presupuesto con todo esto? Los ramos que salieron beneficiados por el reparto del gasto son aquellos que garantizan el accionar de las instituciones contra los trabajadores y el pueblo. Son los cuerpos armados, la marina y los militares, y la clase política, legisladores y jueces, quienes tendrán más dinero proveniente del gobierno el próximo año, ¿casualidad?
Del gasto programable (destinado a las instituciones y dependencias del estado) se destinó 27%, es decir 5 mil millones de pesos para educación y cultura, 11.8% a salud y 9.9% al desarrollo social. Pero, por otro lado, el gasto corriente que se destina a financiar el aparato estatal se corresponde con el 62.7% del gasto total.
No hay medidas de austeridad para el gobierno. No conformes con eso, los mismos diputados se aprobaron para si mismos (500 diputados) un presupuesto de 10 mil millones de pesos para el fondo de fortalecimiento de la infraestructura municipal y estatal. A cada uno de ellos le tocarán este año 20 millones de pesos, que aunque según lo establecido por el poder legislativo serán transparentados y deberán ser utilizados en sus localidades, son designados por la partida referente a provisiones y salarios.
Que el pueblo trabajador decida sobre los recursos del país
Si bien, el gobierno federal desde hace algunos años se ha jactado de tomar en cuenta la voz de la población y la semana previa a la discusión en la Cámara de Diputados se realiza una consulta de “presupuesto participativo”, en lo concreto son los representantes de los partidos patronales quienes deciden a que se destina el dinero del presupuesto de egresos.
Los intereses del gobierno federal por recuperar el crédito perdido y mantener a salvo los intereses de los grandes empresarios pasa por fortalecer el aparato del estado y las instituciones; para eso, aumentar las lealtades de las fuerzas armadas y los organismos legislativos.
Se trata de un presupuesto que reduce aún más los recursos -ya de por sí exiguos- para la salud, la educación y la cultura, lo que muestra que serán las grandes mayorías las que pagarán la reducción de ingresos a las arcas del gobierno federal, mientras que de los planes económicos continúan beneficiándose las trasnacionales.
Esto está hecho por un gobierno y un régimen político al servicio de los capitalistas. Menos dinero para educación y salud y más dinero para armas y militares no suena a algo que las y los trabajadores de México hayan decidido y que los beneficie.
Frente a esto, para que los recursos del país estén puestos al servicio de la clase trabajadora y la mayoría de la población, y para que sea estos quienes decidan el destino de los mismos, es necesario luchar por un gobierno de los trabajadores y el pueblo.
Con información de La Jornada y Forbes |