El posicionamiento a favor del voto en blanco en el balotaje adoptado por el Frente de Izquierda (recordemos, ya adelantado antes de la elección del 25 de octubre por Nicolás del Caño) abrió un debate, y muchos ataques, desde las filas del kirchnerismo. Los llamados a votar “al mal menor” y a “no hacerle el juego a la derecha” son, en última instancia, argumentos entendibles en quienes hicieron el tragar sapos una costumbre “nacional y popular” entre los seguidores del gobierno de Cristina. Contra esos argumentos debatimos todos los días, incluso con compañeros y compañeras que nunca apoyaron al kirchnerismo. Con ellos también seguiremos el debate, y seguramente, gane quien gane el domingo, enfrentando las medidas de ajuste del próximo gobierno.
Pero hay sectores del sindicalismo kirchnerista que, a medida que se acortan las horas para el balotaje, más alto pareciera el nivel de “stalinismo en sangre” que corre por sus venas. Ya escuchamos las amenazas de una delegada de UPCN a sus pares con echarlos del gremio si no votan a Scioli. Ahora el Secretario Adjunto de la CTA Neuquén y dirigente de ATEN, Pablo Grisón, en una seguidilla de twits acusa a Raúl Godoy de “facho”, traidor y antiobrero, al PTS de ser “socios de Sobisch” y al FIT también de ser “fachos” y firmar la paz social. Todo eso por llamar a votar en blanco y no apoyar ni al derechista de Macri, ni al derechista de Scioli.
Esta impotencia, los dirigentes sindicales K deberían dirigirla contra quienes los llevaron a esta encrucijada de tener que votar a un menemista como Scioli, para enfrentar a otro menemista como Macri, y no contra la izquierda. Pero sería más probable que un olmo de peras…
Quien nos acusa de firmar la paz social, ser traidores, fachos, socios de Sobisch y hasta de la CIA (faltó decir que Godoy llegó a Neuquén en un tren blindado con oro Alemán, pero cierto, el menemismo y 12 años de kirchnerismo sólo dejaron un trencito de paseo entre Neuquén y Cipolletti), están a la cabeza de un sindicato y una central sindical que hace años abandonó las huelgas y las asambleas para reemplazarlas por cómodas mesas junto a funcionarios del gobernador Sapag. Incluso son ellos, que hace dos años pararon y se movilizaron contra el acuerdo YPF-Chevron (movilización que encontró al PTS y a Raúl Godoy, siendo diputado, a la cabeza, por lo cual fue procesado) quienes hoy llaman a apoyar a un candidato que, para seguir ese camino, quiere al gobernador Sapag, cómplice de la impunidad a Sobisch, en su eventual Ministerio de Energía.
Más allá del resultado del domingo, #ScioliPresidente es la derrota de la “batalla cultural” del progresismo kirchnerista. |