Ayer, jueves 19, en el Centro Cultural La Toma, cerró la campaña Amor sí, Macri no. En un verdadero acto del Frente para la Victoria, se destacó la reivindicación del peronismo hecho por Del Frade, quien llamó “cínicos” a los que plantean el voto en blanco.
Participaron, centralmente, el Movimiento Evita, La Cámpora y el PC. Para ellos era el cierre de su campaña presidencial y, en esa faena, tuvieron aliados especiales, Patria Grande, con el diputado electo por el Frente Social y Popular, y el Partido de la Ciudad Futura de Juan Monteverde. En los últimos días, además de estos dos referentes, la concejal electa por el espacio de Del Frade, Celeste Lepratti, también sumó apoyo a la candidatura de Scioli.
Estas organizaciones, en un principio, habían encarado sus campañas hacia el balotaje con un planteo por la negativa: el No a Mauricio Macri, sugiriendo que su voto al candidato del Frente Para la Victoria era un voto crítico, casi “desgarrado”, parafraseando a Horacio Gonzalez. En ese momento en La Izquierda Diario debatimos con la idea de que pueda existir un mal menor entre dos candidatos igualmente menemistas que preparan un ajuste y, para ello, arman gabinetes atestados de represores contra el pueblo trabajador.
Pero el escenario de ayer fue un salto en calidad. Del voto contra el macrismo, ante lo cual el multimedios K utilizó a estas corrientes llamadas de izquierda independiente para cubrirse débilmente por izquierda, pasaron a compartir un acto con toda la militancia kirchnerista, siendo furgón de cola de los defensores acríticos del gobierno amigo de la Barrick Gold y de Chevron, sin criticar ni una sola cuestión de las que antes les parecían cuestionables. ¿Dónde quedó el título de izquierda independiente? ¿Y la cuestión de ser distintos a los partidos tradicionales?
Llamó la atención el discurso encendido del periodista Carlos del Frade. De un discurso que insiste en la “unidad de las corrientes de la izquierda”, ayer pasó a una ferviente defensa del peronismo, una acrítica reivindicación de la campaña de Scioli y un ataque al Frente de Izquierda. Del Frade llamó “cínicos” a los que llaman a votar en blanco, siendo aplaudido con fuerza por los que ocultan en su discurso las muertes de originarios, la represión a los trabajadores, la entrega nacional, Lo que se dice, un acto de leso “cinismo”. Recordemos que al menos dos de las corrientes que llevaron a Del Frade a su banca, el MST y el PCR, llaman a votar en blanco. Para ellos también fue el ataque de Del Frade.
Una izquierda que se vuelve acrítica de los que representan a los partidos de las grandes empresas, pierde razón de existir como izquierda y tenderá a disolverse en alguno de los partidos del régimen. El acto de ayer, que fue un evento del Frente para la Victoria adornado con la izquierda independiente que jugó la función de atacar a la izquierda consecuente, es un hito en esa dinámica de autodestrucción.
Se abrirá, en el nuevo período post domingo, un escenario de ajuste, como lo venimos alertando desde el Frente de Izquierda, con Nicolás del Caño a la cabeza de la campaña hacia las generales y hacia el balotaje. Por lo tanto, la tarea de la izquierda es organizar a la fuerza social que va a enfrentar los ataques al pueblo trabajador, y de ninguna manera depositar confianza (ir a un acto disolviéndose en el sciolismo lo es) en algún candidato que representa intereses antagónicos a los de los trabajadores, las mujeres, los pueblos originarios, los desocupados y los jóvenes perseguidos por la policía, por poner solo algunos ejemplos. Los que cruzan de trinchera no apuestan a organizar ésta fuerza social. Sino a confundirla.