El 4 de noviembre, con la presencia de Miguel Ángel Mancera, se presentó en el salón de actos de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCA) del Distrito Federal al nuevo Sindicato Nacional Independiente de Jornaleros Agrícolas y Similares, después de que las autoridades laborales dieran el reconocimiento legal a esta organización sindical que agrupa a los trabajadores de San Quintín y los de Xochimilco.
Sin embargo, horas después se dio a conocer que este era un “sindicato charro”, del cual los Jornaleros del Valle de San Quintín en Baja California se deslindaban. Así lo dio a conocer Fidel Sánchez, uno de los voceros de los jornaleros que se puso al frente de las movilizaciones y de las demandas de los más de 80 mil jornaleros de la región.
A principios de año, miles de jornaleras y jornaleros, la mayoría de ellos migrantes de estados como Oaxaca y Guerrero, pararon las actividades laborales en las empresas agrícolas que existen en Baja California, estado fronterizo con Estados Unidos, y exigieron mejoras salariarles y el fin de los abusos patronales.
Los trabajadores agrícolas denunciaron las condiciones de semiesclavitud en las que viven y trabajan. Con movilizaciones diarias, exigieron que su salario subiese de 120 pesos a, por lo menos, 200 pesos al día. Tan solo a unos metros de distancia, cruzando la frontera de Estados Unidos, por el mismo trabajo a los jornaleros se les paga 8 dólares la hora. Lo que visibiliza el grado de explotación al que son sometidos y las inmensas ganancias que se llevan los patrones, entre los que se encuentran funcionarios estatales para el campo.
Un sindicato charro vinculado a los partidos patronales
El nuevo sindicato recibió su constancia de manos de Mancera. Todos los trámites legales se hicieron en el más absoluto sigilo y con la complacencia de las autoridades laborales locales. Su Secretario General, Enrique Alatorre Navarrete, ni siquiera es jornalero, sino que es dueño de cervecerías y funcionario del ayuntamiento de Ensenada. Así lo denunció Fidel Sánchez al enterarse de esta noticia.
Fermín Salazar y Justino Herrera, que también ocupan cargos en este sindicato charro, son socios cooperativistas en el Valle de San Quintín y el segundo dejó de trabajar como jornalero hace 15 años. Sin embargo, buscaron el apoyo de Miguel Ángel Mancera y este vio una posibilidad para posicionarse políticamente rumbo a las elecciones presidenciales del 2018. He ahí la razón por la cual este Sindicato agrupa a trabajadores del campo de San Quintín… y de Xochimilco.
Los trabajadores agrícolas saben de antemano que este sindicato no va a representar los intereses de los trabajadores y sus luchas, sino que estarán al servicio del gobierno, los partidos patronales y los empresarios.
Las demandas del movimiento de San Quintín siguen sin cumplirse
A inicios de año los jornaleros se movilizaron durante semanas exigiendo que sus demandas salariales fueran cumplidas. El gobierno los amenazó, reprimió e incluso detuvo a 7 de ellos con fianzas millonarias. En el fondo, las decenas de miles de jornaleros en las calles cuestionaron que el hecho de que son ellos quienes producen las millonarias ganancias de los agrobusiness, que son ellos los que trabajan la tierra pero no la poseen, y que sus vidas y las de sus hijos se encuentra en condiciones de miseria.
No fue sino hasta el 14 de mayo cuando el gobierno federal tuvo que sentarse a negociar con los aguerridos trabajadores del campo. Ahí se firmaron una serie de compromisos entre los que estaba la creación de un sindicato independiente para los jornaleros, el alza en su salario, e inversión social en vivienda, salud, etc. para la región.
Sin embargo, al día de hoy la Alianza de Organizaciones Nacional, Estatal y Municipal por la Justicia Social -organización que se representó a los jornaleros en las negociaciones con el gobierno- no ha visto cumplidas ninguna de las demandas que el gobierno firmó. De hecho, el sindicato que ellos impulsan no ha sido aceptado por las autoridades laborales de Baja California. Por si fuera poco, el salario de los jornaleros no ha subido desde entonces, manteniéndose en 120 pesos.
Se vuelve a demostrar que, en este sistema de explotación y opresión, el gobierno no es más que una junta administradora de los negocios capitalistas. Y medida que toma, cada acción que ejecuta, es de acuerdo con los requerimientos de los empresarios. El gobierno utilizará todos los trucos y engaños que pueda para desmovilizar y desviar las luchas. Los trabajadores, agrícolas y de la ciudad, tenemos que confiar solamente en nuestras fuerzas, y poner en pie una gran organización de combate para unificar fuerzas, rodear las luchas de solidaridad clasista, y conquistar nuestras demandas por la vía de la movilización y la lucha, sin ninguna confianza en el gobierno y sus instituciones. |