Desde el inicio varias organizaciones de la izquierda venimos debatiendo con el contenido que las agrupaciones ligadas al kirchnerismo quieren imprimirle a esta fecha. Las compañeras de Pan y Rosas planteamos la necesidad de que se exprese una gran movilización de las mujeres que alzamos la voz por el #NiUnaMenos como muestra de cómo nos preparamos para enfrentar los ataques que querrá imponer el nuevo gobierno. La tarea de la izquierda en este contexto es denunciar que no hay mal menor porque durante estos 12 años de kirchnerismo nadie nos regaló nada y, por el contrario, mientras tanto el Frente para la Victoria como el PRO refuerzan cada vez más sus lazos con el Vaticano, siguen muriendo más de 300 mujeres por año por el aborto clandestino.
Lamentablemente desde la “izquierda independiente” no lo entienden así y corrientes como Patria Grande (que conforma la Secretaría de Género de la CTA) y otras más pequeñas hicieron causa común con un sector de mujeres K para evitar por todos los medios que se exprese esta posición de independencia política frente a los dos candidatos que se disputarán la presidencia, llegando a la maniobra de convocar la última reunión para cerrar el documento "unitario" a la misma hora y en el mismo lugar que se desarrollaba el cierre de campaña del FpV. En este contexto las militantes de estas corrientes comunicaron al resto de las organizaciones que participamos de la multisectorial de mujeres que no incorporarían ninguna de las denuncias que señalaban al gobierno y la oposición como responsables por la muerte de mujeres por abortos clandestinos, o por la falta de respuesta ante los atroces femicidios que se suceden cada vez con mayor frecuencia en nuestro país. Además anunciaron que no habilitarían el micrófono para que, quienes no estábamos de acuerdo con el contenido del documento, pudiéramos expresar nuestras opiniones ante las mujeres allí movilizadas. En nombre de la “unidad” y el “consenso” le quitan la palabra a una decena de organizaciones que forman parte de la multisectorial, entre ellas al Frente de Izquierda, que cosechó el apoyo de un millón de jóvenes, mujeres y trabajadores en la última elección nacional, y que es parte de las más duras luchas que enfrentan a las patronales y el gobierno en nuestro país.
El PCR y el MST, parte del Frente Social y Popular junto a Patria Grande, tuvieron una posición correcta frente al balotaje llamando a votar en blanco. Sin embargo en las reuniones de la multisectorial se llamaron al silencio y fueron parte de las maniobras burocráticas para dejar afuera a la izquierda consecuente.
Las tareas de las mujeres frente al nuevo gobierno
Queremos aquí discutir el fondo de éste asunto, que es la deriva que están tomando las organizaciones provenientes de la izquierda que decidieron llamar a votar a Scioli como “mal menor”. En el terreno de la lucha de las mujeres por sus derechos la alianza de las agrupaciones que son parte del FSyP con el kirchnerismo las está llevando a abandonar las banderas de lucha que en estos años levantó el movimiento de mujeres, para ir como furgón de cola de los K. Mantener este acuerdo con el peronismo que gobernó durante 12 años las lleva a renunciar señalar que el gobierno de Cristina Fernández es el responsable de la clandestinidad del aborto que llevó a la muerte silenciosa de miles de mujeres. O que ante los femicidios y la violencia machista son el Estado nacional y los Estados provinciales los que se niegan a destinar el presupuesto necesario para impulsar medidas paliativas que les permitan a las mujeres salir de las situaciones de violencia, mientras los presupuestos destinados a petrechar a las fuerzas de seguridad que reprimen a los trabajadores en cada lucha y que son cómplices y participes de las redes de trata, aumentan exponencialmente.
Este sector de la izquierda que se pasa “con armas y bagajes” al bando del kirchnerismo deja de lado la dura pero entusiasmante tarea de forjar un movimiento de mujeres independiente de los sectores capitalistas hoy en pugna, que confíe en sus propias fuerzas para encarar las peleas que tenemos por delante, y que sepa que sus únicos aliados son la juventud, los trabajadores, los estudiantes y el pueblo pobre. Por el contrario, Patria Grande toma un atajo y se aboca a la tarea de embellecer a Scioli, ya no como “mal menor”, si no como la única posibilidad para que las mujeres avancemos en la conquista de nuestros derechos ¿Cómo van entonces a enfrentar mañana los ataques de un posible gobierno de Scioli si hoy siembran la expectativa de que esta es la alternativa posible para los sectores populares?
El trasfondo de esta posición de Patria Grande y las demás corrientes del FSyP (y del propio Del Frade) esconde una concepción estratégica profunda: la desconfianza y el escepticismo de que los trabajadores, los jóvenes y las mujeres puedan construir una fuerza social que tome en sus propias manos la pelea por su emancipación, enfrentando a cualquier variante burguesa que, tarde o temprano querrá avanzar sobre nuestras conquistas.
Por nuestra parte desde Pan y Rosas este 25N confluiremos en las calles con numerosas agrupaciones para expresar una alternativa independiente de las mujeres, denunciando la responsabilidad de los gobiernos frente a los padecimientos que sufrimos cotidianamente. Plantearemos claramente que no será de la mano del próximo gobierno que avanzaremos en nuestras demandas, si no llamando a la organización en cada escuela y facultad, en los barrios y los lugares de trabajo, impulsando la construcción de un gran movimiento de mujeres que confluya en las calles para pelear por los derechos que aún nos niegan los distintos gobiernos en alianza con la Iglesia católica. |