En Santa Fe se impuso la fórmula de Mauricio Macri y Gabriela Michetti. Sin lograr la diferencia que obtuvieron en provincias como en Córdoba o en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la coalición Cambiemos superó por más 10 % al Frente para la Victoria.
En Rosario la diferencia fue menor a la media provincial. En las ciudades del interior ligadas a la actividad agraria donde el kirchnerismo nunca pudo volver a hacer pie desde el 2008, aun con candidatos como Perotti que mostraba un perfil más productivista, el programa macrista claro y abierto de bajar las retenciones produjo su efecto.
Lo cierto es que no pasaron días que el futuro gobernador Miguel Lifschitz ya se alistó en la primera fila para colaborar con Macri. A cambio de apoyo político el gobernador electo puso como condición que vuelva a fluir a las arcas provinciales dinero que adeuda la Nación a Santa Fe. Lifschitz se sumó al coro que aboga por un cambio más competitivo, es decir una devaluación, para las exportaciones agrícolas e industriales.
El Partido Socialista había optado por llamar a votar en blanco. Sin embargo como reflejamos en este medio detrás de esta decisión se escondía una política de negociar con el eventual ganador del balotaje. En esta clave la intendenta de Rosario, Mónica Fein, había recibido tanto a Michetti como a Scioli. La debilidad con la que se inicia el tercer mandato del Frente Progresista en la provincia, con un triple empate técnico, explican en parte esta decisión.
Sin embargo una vez conocido los resultados todo es algarabía para el Frente Progresista. Lejos quedó el recuerdo del monstruo de Miguel Del Sel con que socialistas y (en menor medida) radicales azuzaron para retener la gobernación, aunque sigamos hablando del mismo partido. Llegó la hora de sentarse, negociar e intercambiar apoyos por recursos con los mismos que hace meses se decía combatir.
Por su parte el triunfo de Macri fortalece relativamente la posición del radicalismo dentro de la coalición gobernante. El intendente de Santa Fe, José Corral y el diputado Mario Barletta jugaron abiertamente por Macri. En medio de las negociaciones por la conformación del gabinete seguramente exigirán una rebanada mayor en la repartija de cargos.
La campaña de cortar boleta por Binner, el llamado de Stolbizer a votar por Macri y los propios radicales que militaron abiertamente por Cambiemos conducían a un mismo camino, eran parte de una misma estrategia. El triunfo de Macri en la provincia y la derechización del progresismo santafesino, en la única provincia tienen algo por conservar, es parte de un mismo proceso que explican el 55 % de Cambiemos.
A pesar de ello la incógnita sobre lo que sucederá en Santa Fe sigue abierta. Lejos de cerrarse la crisis estatal con la policía sigue sin resolverse. Los problemas fundamentales no resueltos en estos doce años de gobiernos peronistas y progresista como la vivienda, el trabajo precario y los bajos salarios siguen acuciando a la inmensa mayoría de los trabajadores. El partido gobernante ya ofreció sus servicios para subordinarse y acompañar las políticas de ajuste del futuro gobierno macrista. Habrá que esperar a ver qué forma asume este pacto de gobernabilidad. |