En la Jornada Mundial por el Trabajo Decente, convocada en octubre por la Confederación Sindical Internacional (CSI), la Nueva Central de Trabajadores (NCT) denunció que la apuesta de los patrones y el gobierno es precarizar las condiciones de trabajo y plantean que hay que pelear por un salarió mínimo “digno” de $210 diarios, 6 mil 300 pesos mensuales para acotar la “avaricia patronal”.
Señaló que la reforma laboral eliminó derechos elementales, como el empleo seguro, introdujo formatos de contratación inestable como contratos a prueba o temporales y legalizó el outsourcing. Llaman también a exigir una legislación laboral que defienda los derechos laborales, salario justo, disminución de jornadas laborales a 35 horas semanales, y aumentar acciones para favorecer al sector juvenil y pensionado, los más afectados.
Deterioro salarial condena a pobreza a los trabajadores
La posición de la NCT se da luego de que la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (CONASAM) determinó que desde octubre habrá un salario mínimo unificado a nivel nacional de 70.10 pesos diarios, lo que significa un incremento de 2.66%.
El salario mínimo unificado envía al gran capital internacional la señal de que todo México es territorio de salarios bajos y de trabajo precario, no importando las diferencias en el costo del transporte, renta, servicios, etc., es decir, el costo de vida en distintas regiones del país.
El salario mínimo ha perdido gran cantidad de poder adquisitivo progresivamente desde que se impuso la fase neoliberal a los trabajadores. El Centro de Análisis Multidisciplinario de la Facultad de Economía de la UNAM (CAM), asegura que de 1987 a 2015 el precio de la Canasta Alimentaria Recomendable (CAR), (integrada por 40 alimentos, para la ingesta diaria de una familia tipo de 4 integrantes) aumentó casi 5,000 % mientras el salario mínimo sólo 1,000 %;una proporción de 5 a 1.
Pérdida de poder adquisitivo del salario de 78.71% que lleva a que tengamos el salario mínimo más bajo de América Latina en la última década, e incluso que en China.
Pero la CAR no considera gastos en salud, vivienda, transporte, vestido y calzado, educación; ni hablar de recreación; es decir, el salario de los trabajadores es más que insuficiente para solventar no solo alimentación sino el conjunto de las necesidades de familias obreras.
La política del régimen patronal es bajar los salarios y aumentar el empleo precarizado para garantizar mayores ganancias a los grandes empresarios y atraer inversiones, con la complicidad de los dirigentes charros de los sindicatos para atraer inversiones
El resultado, un nivel increíble de concentración de la riqueza entre los grandes capitalistas y el acrecentamiento de la pobreza para los trabajadores.
Desempleo, ligado a bajos salarios
La pelea por incremento salarial está incompleta si no se articula a la lucha contra el desempleo, usado por los patrones para presionar a la baja los salarios.
México es uno de los países de mayor aumento de desempleo entre jóvenes desde la crisis económica del 2008 pasó de 7% en 2007 a 10% en 2012 y aunque hacia 2015 el gobierno argumenta recuperación de empleos, no es sustancial. 21.9 millones de jóvenes no tienen acceso a la educación media y superior, pero tampoco al empleo.
Se trata de un ejército industrial de reserva que Marx señalaba y que como el mismo explica es usado por los capitalistas para llevar a la baja los salarios y las condiciones de trabajo de la clase obrera.
Es indispensable unir la lucha contra el desempleo con la lucha por incremento salarial y mejores condiciones laborales, sumar las fuerzas de los trabajadores empleados y desempleados. Si no, los patrones podrán seguir usando la tendencia estructural del capitalismo al desempleo de un sector de trabajadores para sustituir a los trabajadores que no acepten las condiciones de súper explotación por los que se hallan en el desempleo.
Contra el deterioro laboral: aumento salarial de emergencia, escala móvil de salarios y reparto de horas de trabajo
Los datos sobre la depreciación del salario y la pobreza a la que condena a los trabajadores, plantean que la pelea por salario mínimo de $210 diarios, es decir, un incremento de 200% sería un avance para que las familias obreras se acerquen a adquirir la Canasta Alimentaria Recomendable, pero es insuficiente para remontar la gran pérdida de poder adquisitivo que han sufrido los salarios en las últimas 3 décadas.
Una medida así, no sería más que un paliativo, aún con el incremento de salario mínimo a $210, la diferencia entre aumento del precio de la CAR y el salario sería de 3800%. Además, en cada revisión salarial los capitalistas impondrán nuevas reducciones al nivel de vida y los gobiernos patronales, nuevas leyes.
Para que los trabajadores puedan recuperar el poder adquisitivo perdido, hay que exigir incremento salarial de emergencia que sea capaz de recuperar el 78% del poder adquisitivo que ha perdido el salario los últimos 30 años.
Pero esto de ninguna manera resuelve la situación de millones de trabajadores que no pueden mantener a sus familias, obligados a trabajar horas extras, jornadas extenuantes, a tener más de un trabajo para sobrevivir o a combinar empleo formal e informal.
Además porque el sistema capitalista está cimentado sobre la base de la explotación de la clase trabajadora, la burguesía capitalista amasa sus fortunas con base en el trabajo no pagado a sus trabajadores, por eso no puede existir cosa tal como salario digno bajo este sistema de explotación. Esto se expresa con más crudeza en una situación internacional marcada por la crisis económica que los patrones querrán descargar sin duda alguna sobre los hombros de los trabajadores. Por eso decimos que el capitalismo lleva la decadencia y la ruina a los trabajadores.
Por eso mismo, la demanda de aumento salarial debe ser acompañada por la exigencia de escala móvil de salarios de acuerdo a la inflación y el incremento de precios de los bienes de la canasta básica familiar. Aumentos que no solo cubran el costo de la Canasta Alimentaria Recomendable, sino también aumento en el costo de vivienda, vestido y calzado, servicios como transporte, salud y educación.
Estas exigencias deben enlazarse con la movilización contra el desempleo, y es necesario demandar de escala móvil de horas de trabajo, y la exigencia al estado de planes de obras públicas y que el trabajo sea repartido entre trabajadores empleados y desempleados sin que los salarios disminuyan. Así puede defenderse verdaderamente el derecho al trabajo frente a la informalidad y el desempleo. Se impedirá la súper explotación en jornadas de 10, 12 horas o más y que los jóvenes sigan engrosando el desempleo.
Cualquier objeción de los patrones, el gobierno y los sindicatos charros debe ser contestada por los trabajadores con la exigencia de apertura de los estados de cuenta y la contabilidad de las empresas, lo que demostrará que la patronal es capaz de solventar a costa de sus inmensas ganancias estas demandas.
Toda empresa que argumente quiebra o imposibilidad de efectuar este incremento salarial de emergencia y escala móvil de salarios, debe ser expropiada y puesta a producir bajo control de sus trabajadores, cosa que debe suceder también con toda aquella empresa que cierre o despida, para enfrentar el ataque a la estabilidad laboral y las facilidades para el despido que denuncia la propia NCT.
El conjunto de estas demandas -al lado de la exigencia de aumento salarial-, deben empujar la pelea más lejos que solo la lucha contra los perores rasgos del neoliberalismo, partiendo de este programa los trabajadores podrán adquirir herramientas para avanzar en su cuestionamiento del sistema capitalista de conjunto. Y debe permitir plantear una lucha que vaya más allá de las mínimas migajas que sectores del anti neoliberalismo están dispuestos a pelear como si fueran las únicas posibles, les ayudará a entender que los intereses de patrones y trabajadores son contrapuestos e irreconciliables y que esto es inherente al capitalismo, por lo que hay que luchar en clave anticapitalista.
La decisión para atacar realmente los bolsillos de los patrones debe ser parámetro para demostrar si las centrales opositoras que buscan ser alternativas de dirección para los trabajadores están dispuestas a tomar un curso combativo en favor de la clase trabajadora.
Coordinar la lucha bajo una estrategia combativa
Además, la Nueva Central de Trabajadores no dice que ni la conquista de un salario de $210 diarios, ni ninguna se conseguirá sin que la clase trabajadora luche y encare esta batalla recurriendo a su propia organización y a sus métodos de lucha, con una política combativa.
Una lucha como estas debe enfrentar a los patrones nacionales y a las empresas transnacionales que se benefician de los salarios de miseria, enfrentará también el plan del gobierno y los partidos del régimen político de convertir al país en un gran paraíso de mano de obra barata y súper explotada, como parte de la gran entrega de recursos, conquistas y derechos de los trabajadores al capital. Enfrentará también a los grandes sindicatos charros ligados a los partidos del régimen, PRI, PAN y PRD que subordinan las organizaciones de los trabajadores a los intereses de la patronal. Y además, los límites del programa de sectores del reformismo, figuras políticas “progresivas” que aunque puedan exigir aumento de salario, no buscan trastocar los márgenes de ganancia de los empresarios.
La clase trabajadora solo podrá imponer estas demandas a través de una lucha que incline la relación de fuerzas a su favor. Las organizaciones obreras y sindicales que se reivindican democráticas e independientes como la UNT y la NCT deben encabezar esta lucha por mejoras salariales y contra el trabajo precario. Además, si quieren dar una pelea consecuente para constituirse en verdaderas alternativas de organización sindical combativa e independiente, contrapuestas a las centrales charras deben ponerse a la cabeza de la solidaridad efectiva con las luchas de los trabajadores desde una perspectiva combativa y aportando significativamente a la coordinación de las luchas entre sí, sobre todo en el marco del ataque al magisterio democrático del país que lucha contra la reforma educativa que busca arrebatarle derechos laborales.
Sobre todo porque hay luchas de trabajadores de diversos sectores, maquila, industria aeroespacial, autopartista, peleando por incrementos salariales, contra la precarización del trabajo y tratando de construir sindicatos independientes.
Es urgente coordinar las distintas luchas que se encuentran aisladas entre sí, fortalecer los lazos y las medidas de solidaridad de los trabajadores para enfrentar los ataques en su contra y que sus demandas de incremento salarial entre otras se consigan.
Los trabajadores no pueden depositar confianza en que será por medio de la acción legal que obtendrán sus reivindicaciones, las organizaciones políticas y sindicales que no advierten de esto a los trabajadores, debilitan la combatividad obrera. Hay que apostar a la movilización, la acción en las calles, tejer lazos de solidaridad obrera y popular y usar métodos clásicos como el paro y la huelga para poder vencer a la patronal y al Estado.
El movimiento obrero tiene que pelear también por recuperar las organizaciones sindicales como verdaderos representantes de sus intereses y herramientas para la lucha, a las que estén integrados el conjunto de los trabajadores precarizados que no cuentan con sindicato que los represente. Estos tendrían que ser los primeros pasos para luchar por un sindicalismo combativo, independiente, democrático.
Partiendo de estas consideraciones, seguimos a León Trotsky, que acertadamente planteaba que la movilización revolucionaria es la única herramienta realmente eficaz para luchar por lar demandas mínimas y democráticas de los trabajadores bajo el sistema capitalista. Esto desde luego implica como planteamos que los sindicatos rompan la sujeción del Estado para organizarse y con recuperar los mecanismos de organización democrática al interior, es decir, la democracia obrera y su independencia política de los patrones y sus partidos políticos. |