Ante los últimos hechos ocurridos, se ha visualizado, cómo la violencia en los estadios termina por opacar el partido de fútbol que cientos de personas esperan. Es que si nos ponemos a pensar, la mercantilización de este deporte, ha llevado a generar dicha violencia, y es que los responsables de la crisis del fútbol son los empresarios, que han visto en este deporte, un negocio rentable tanto a nivel nacional como internacional.
Los casos de corrupción tanto en la FIFA como en la ANFP, han dejado claro cuál es el verdadero interés de las empresas, a estas no les interesa el fútbol; lo que les importa es el lucro que se produce con él y engordar sus bolsillos, a cambio de la explotación de miles de personas.
Este fin de semana, finalizó el Campeonato de Apertura y una vez más fuimos testigos, de otra consecuencia más de la crisis del fútbol; la violencia en los estadios. Donde hinchas de Colo Colo comenzaron a romper rejas, entrando al estadio y provocando a la barra de Wanderers con los cuales se habían enfrentando a golpes por las calles de Valparaíso antes de que comenzara el partido. Se generó una disputa entre ambas hinchadas, una disputa innecesaria, cuando en realidad el enemigo no es la otra hinchada, sino que el Gobierno y sus empresarios que han transformado el fútbol en un negocio. Pero, el capitalismo es astuto, y sabe muy bien cómo actuar, generando odio entre los “marginados”, entre quienes pertenecen a una misma clase, cuando por el contrario, son estos marginados quienes de la mano de la clase obrera deben unirse y atacar el verdadero enemigo; la burguesía y todo su aparataje.
Y es así mismo, como el gobierno y sus empresarios buscan tomar medidas represivas frente a todo lo sucedido, implementando mayor cantidad de carabineros dentro los estadios, y a su vez impidiendo la presencia de público a partidos de alta complejidad. Poco a poco estamos siendo partícipes de una crónica de una muerte futbolística anunciada, donde el poder ingresar a ver un partido de fútbol a un estadio comenzará a extinguirse. Dejando sin un espacio de recreación y de entretención a miles de personas.
A su vez, se busca profundizar el Plan de Estadio Seguro, como medida represiva para mantener el orden en los estadios, lo que a cuatro años de su creación ha sido completamente un fracaso.
¿Qué hay detrás del Plan de Estadio Seguro?
El Plan de Estadio Seguro, es una iniciativa impulsada en el Gobierno de Sebastián Piñera, por la división de prevención y seguridad en espectáculos masivos y deportivos del Ministerio del Interior y seguridad pública, el cual surgió para enfrentar el problema de la violencia en los estadios, apostando a lograr que los recintos fuesen más seguros para que así toda la población pudiese acceder a ellas sin temores.
Si bien, ha sufrido algunas modificaciones desde su comienzo, lo irónico es que este plan busca acabar con la violencia en los estadios a través de mayores medidas represivas, como el control de identidad preventivo, sanciones a los clubes deportivos y mayor cantidad de carabineros dentro de los estadios con el fin de mantener el orden.
A más de cuatro años de la vigencia de este plan, las consecuencias han sido nefastas, puesto que la implementación de estas medidas represivas no han hecho más que generar mayor violencia en los hinchas. Tan sólo durante el año 2015 hemos sido testigos de varios episodios de violencia en los estadios.
Y es que las medidas represivas del Estadio Seguro y el impedimento para ingresar público a los recintos, no viene a acabar con la violencia, puesto que no soluciona el problema, los enfrentamientos pueden suceder afuera de las canchas, como ocurrió en Valparaíso momentos antes del enfrentamiento dentro del estadio, y, a su vez, la prohibición de público en las canchas significaría que el Gobierno acepta que no se pueden hacer convivir dos hinchadas, y con esto sólo habrá un paso para la extinción del fútbol. Esto es inaceptable.
Entonces, la medida no soluciona lo que busca solucionar, y genera problemas nuevos. La mercantilización del fútbol ha dejado mucho que desear. Se hace necesario recuperar ciertas experiencias como por ejemplo en Argentina, los trabajadores de la fábrica Madygraf vienen organizando la liga de amistad obrera, como forma de conquistar lugares de recreación de los propios trabajadores, sin jefes, reconociéndose como clase, y jugando independiente del gobierno y sus empresarios que solo buscan lucrar con este deporte el cual debe volver a recuperarse como emancipador y como un territorio de identidad de la clase obrera. |