Foto: Ataque en Kabul, EFE/Jawad Jalali
El ataque, perpetrado en un área de alta seguridad que acoge diversas misiones diplomáticas extranjeras y edificios gubernamentales, comenzó con una explosión a la que siguió un asalto y un enfrentamiento con las fuerzas de seguridad.
Un coche bomba explotó sobre las 18.00, hora local (13.30 GMT) en las inmediaciones de la embajada española, hiriendo al menos nueve afganos.
Tras la detonación, un grupo de talibanes ingresaron en la casa de huéspedes, lo que provocó un tiroteo con las tropas afganas, que mataron a dos de los atacantes y causaron heridas a un tercero, indicó el viceministro de Interior afgano, Mohammad Ayub Salangi.
Los Gobiernos afgano y español confirmaron que sus respectivos cuerpos policiales sufrieron al menos una baja cada uno.
La zona en la que se produjo la operación tiene el acceso limitado a vehículos autorizados y a aquellos que sean invitados por las organizaciones con sede en el bloque, mientras que la entrada a pie requiere ser cacheado por los guardias de seguridad.
Este es el segundo ataque con una alta simbología que se produce esta semana en Afganistán, después de que los talibanes lanzasen el martes una acción contra el aeropuerto internacional de Kandahar (sur), que se extendió durante cerca de 24 horas y se saldó con 68 muertos.
La noche del viernes las autoridades de Afganistán no habían logrado reestablecer su control en la zona.
"La zona todavía no ha sido despejada, es posible que haya algún terrorista en el interior del edificio", indicó a Efe el portavoz del Ministerio de Interior afgano, Sediq Sediqqi, quien situó el número de atacantes en "posiblemente" tres.
Por su parte, el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, salió a aclarar que el asalto no fue contra la embajada española como se había informado en un primer momento, sino que ocurrió en una casa de huéspedes cercana.
"No ha habido un ataque ni era la intención de hacerlo contra la embajada de España en Afganistán y así lo han reivindicado los talibanes", dijo Rajoy al confirmar también la muerte de un policía español en la operación.
"Hoy por la tarde en el área de Sherpor en Kabul varios buscadores de martirio (atacantes suicidas) han entrado en una casa de huéspedes de los extranjeros invasores", indicó el portavoz del grupo Zabihullah Mujahid en su cuenta de Twitter.
Los extranjeros se encuentran en lo más alto de la lista de objetivos talibanes junto a las fuerzas de seguridad afganas y funcionarios públicos, siendo a menudo objeto de ataques armados y secuestros.
El ataque se produjo apenas unas horas después de que el presidente de Afganistán, Ashraf Gani, anunciase que su Ejecutivo retomará, en cuestión de "semanas", las negociaciones de paz con los insurgentes, suspendidas desde hace más de cuatro meses.
La inseguridad se ha disparado este año en el país asiático, con un incremento del control talibán en varias áreas del país, tras tomar temporalmente el pasado septiembre la ciudad nororiental de Kunduz en su mayor logro militar desde la caída del régimen en 2001.
Afganistán vive uno de los años más sangrientos desde 2001, que ha causado solo en el primer semestre al menos 1.592 muertos y 3.329 heridos civiles.
La OTAN ha anunciado que mantendrá unos 12.000 efectivos en Afganistán a lo largo de 2016 en su operación de “asesoramiento” a fuerzas afganas, el triple de su presencia actual, ante la situación del país.
En medio de la campaña electoral española, la noticia del ataque cerca de la embajada española causó nerviosismo en las altas esferas políticas.
El estado español participa desde el año 2002 en las operaciones imperialistas en Afganistán, llegando a tener 1500 soldados en su territorio. Actualmente quedan solo una veintena de militares, después de que terminara oficialmente su despliegue en el país.
Su intervención militar en 14 países, coloca al Estado español en el punto de mira de posibles ataques, como ya ha sucedido en el pasado. |